Debido al excesivo calor, es necesario regar el jardín diariamente. Los cortes de prado deben ser semanales, dejándolo de dos a tres centímetros de altura para evitar el resecamiento.
Para mejorar el desarrollo del prado, aplicar salitre potásico, en dosis de 30 gramos por metro cuadrado, luego dar un buen riego para permitir que el producto se diluya.
Las plantas bulbosas ya comienzan con su receso vegetativo: eliminar hojas amarillas y aprovechar de separar bulbos viejos para guardarlos en un lugar fresco o bien volver a plantarlos en un terreno bien preparado y aplicación de abono completo.
Marcar el lugar de plantación para evitar perderlos o dañarlos con las herramientas de jardín.
Podar para redondear arbustos que ya florecieron, como son cianotos, pitosporos y verónicas, producirán brotes nuevos que florecerán el próximo año.
Las agateas, paqueretes y dimorfotecas se deben limpiar, eliminando las flores viejas, para permitir una nueva floración. Es necesario cortar las rosas bajo una hoja de cinco foliolos, con lo que mantendremos la floración.
Las rosas floribundas se deben desbotonar para mejorar y uniformar la floración.
Controlar el oídio que es el polvillo blanco ubicado sobre la superficie de las hojas que se produce por hongos al mojar la planta con el agua de riego.
En este mes comienzan los ataques de arañitas, se pueden prevenir con aplicaciones de productos específicos. Las hojas se tornan amarillentas y la planta decae su crecimiento, este ataque es típico en acer japónico, mirtos, rosas y algunos frutales.
Cristina Auda Martínez Ingeniero agrónomo y paisajista cristinaauda@hotmail.com