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Estudio revela que los chilenos sufren hipocondría colectiva

El temor a quedar relegado del sistema por una enfermedad sería el principal motor que lleva a los nacionales a "sobrepreocuparse" por prevenir males y a la automedicación.

19 de Enero de 2010 | 13:23 |
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SANTIAGO.- Los chilenos están paranoicos con la salud. Así lo refleja el último informe Chilescopio entregado por la consultora Visión Humana, que enseña las proyecciones de consumo nacional, entre las que se destacan el bienestar físico y mental como una de las principales preocupaciones en el país, al extremo de considerarse una “suerte de hipocondría colectiva”.

De hecho, “el valor de la salud es el segundo (en prioridad) después de la familia, en el caso de los chilenos”, asegura el director consultor de Visión Humana, Patricio Polizzi, quien afirma que esta inquietud se basa más en la prevención de males físicos, “sobrepasando los limites de la funcionalidad a la 'sobrepreocupación'”.

Según el informe, que fue titulado “Radar del consumidor chileno 2010”, desde el año 2005 esta “hipocondría” comenzó a ocupar un lugar central en el país, hasta llegar a nuestros días, en que “no hay medio masivo que no destine espacio para temas de salud (y) las farmacias están en prácticamente las principales esquinas de nuestras ciudades”, mientras no dejan de aparecer tratamientos médicos alternativos.

Para Polizzi, el principal factor que determina este comportamiento entre los chilenos, se debe netamente al temor a la exclusión social que podría significar sufrir una enfermedad.

“Hoy día la salud es lo que todos necesitan para estar bien con el resto. Si sufro alguna enfermedad quedo fuera del trabajo y del sistema”, explica Polizzi, agregando que existe un miedo patente a que algún familiar sufra alguna enfermedad y a quedar incapacitado física o mentalmente, porque eso supondría una desvinculación con el entorno y un quiebre con las relaciones sociales.
Otras predicciones de consumo
Entre los puntos que el informe “Radar del consumidor chileno 2010” destacó que el Bicentenario nos ha inundado con el sentimiento patriótico y de chilenidad, razón por la cual la publicidad recogerá este giro.

Pacientes que corrigen a los médicos

El evidente aumento de la información, a través de la red, canales de televisión y medios escritos dedicados exclusivamente al tema de la salud, es uno de los factores que han ayudado a acrecentar la "sobrepreocupación" con el tema, como comenta el miembro de Visión Humana.

“No resulta raro entonces, ver incrementada la automedicación de fármacos, de tomar por las propias manos la administración de la salud, alejándose de la figura del facultativo médico (...) Algunos doctores dicen que llegan pacientes que los corrigen, porque han buscado antes información de su enfermedad en internet”, dice Polizzi.

Esta tendencia se mantendrá e incluso aumentará este 2010, año en que se comenzará a demandar tratamientos más especializados e individualizados, más que para curar, para prevenir, como lo detalla el informe Chilescopio.

La “detención precoz de enfermedades, de análisis y chequeos cada vez más continuos, de aplicación de dietas especiales, de seguimiento médico, junto con el surgimiento creciente de las terapias alternativas”, serán los reflejos de este comportamiento nacional.

Nuevos chilenos

El radar del consumidor entrega interesantes claves sobre el chileno donde la tecnología juega un rol fundamental.

Dentro de las características que tenemos se encuentra que casi el 87% de la población vive en ciudades, cada vez más grandes, por lo que se destina mucho tiempo al traslado. De ahí que el nomadismo urbano, el estar permanentemente en tránsito, nos marque.

El individualismo y el consumismo ha dado paso un hogar muy especial que se adapta a cada uno de sus miembros con lo que se puede denominar pluriequipamiento en todo orden de cosas: aparatos para cada uno, comidas especiales para cada uno.

Siendo el tiempo un recurso escaso, cuando se trata de pasatiempos y entretención se busca todo aquello que genere procesos rápidos donde no haya pérdida e minutos valiosos, o sea, la satisfacción tiene que ser casi instantánea. Se suma a esto el hecho de que la ociomanía ha expandido los servicios del mercado, ya que la familia lo busca en forma impulsiva.

Los hijos se han convertido en reyes y los padres los tienen sobreatendidos, porque cada vez son menos por grupo familiar y hay una tedencia de los padres a sobrevalorarlos.

Como consumidores varias cosas nos marcan: lo aspiracional ya no está dado sólo en la tenencia de bienes, sino que en lo portable de ellos y se ha producido una suerte de enredamiento virtual, donde estar conectado es una necesidad básica porque las relaciones personales se construyen a partir de ello.

También destaca que la persona se ha convertido en un 'yo' marca, cuestión que se ve favorecía por la existencia de plataformas como Facebook o blogs que lo permiten.

Así como nos hemos convertidos en unos hipocondríacos, también hemos virado hacia la necesidad de alcanzar un mejor bienestar personal por vías espirituales más que materiales. Pero el camino tomado va por el esoterismo, las terapias, el coaching. El consumo del alma va de la mano de la nueva definición de felicidad.
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