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“La violencia la llevamos dentro, se expresa en las relaciones entre las personas”

Presidenta de la ONG Mundo sin Guerras apunta al mundo violento que enfrentamos día a día y que en distintos ámbitos nos agrede. Asegura que los chilenos estamos cada vez más conscientes del tema y nos estamos movilizando.

11 de Marzo de 2010 | 08:44 |
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Parece un tema lejano. La amenaza de una guerra no se nos presenta como algo real para los chilenos y la duda sobre si la paz mundial nos convoca aparece en el horizonte.

Pero, el tema va mucho más allá y como dice Gloria Morrison, presidenta de la ONG Mundo sin Guerras, es sólo para mujeres y hombres valientes.

A menos de una semana del encuentro que tuvo el movimiento en Punta de Vacas, a los pies del Aconcagua por el lado argentino, reflexionar sobre una sociedad no violenta se hace necesario. La Marcha Mundial por la Paz recorrió durante un año 93 países y concluyó el pasado 2 de enero en Chile con un gran concierto.

Ligado al movimiento humanista y a Silo, en sus orígenes, Mundo sin Guerras, comenzó a movilizarse hace más de 30 años, pero recién en 2008 se formalizó en una ONG que promueve, entre los grandes objetivos, el desarme mundial y el retiro de tropas en territorios ocupados.

El proyecto común “humanizar la tierra” ha encontrado diferentes vertientes de expresión como el partido político y organizaciones sociales y culturales y todos apuntan a crear conciencia sobre la no violencia.

“Las personas creen que la violencia es algo natural, innato, algo normal como la salida del sol, pero nosotros postulamos que la paz es una cosa de valientes, porque hay que tener la valentía de cuestionar lo establecido. Es posible un mundo no basado en la violencia”, dice.

-¿En qué ámbitos?
“Nosotros vivimos en un mundo violento, un sistema violento. Tenemos una economía violenta, una educación violenta, una salud violenta, hay discriminación de todo tipo por género, religión, raza, incluso a los niños”.

-¿O sea ustedes apuntan a la cotidianeidad?
“Nosotros apuntamos al concepto de la imposición de uno por encima del otro y eso se vive en el día a día. La violencia que se ve plasmada en el mundo internacional, puede darse a nivel local, personal. Nosotros la llevamos dentro, se expresa en las relaciones entre las personas, en lo más íntimo de las parejas, de las familias... hay mucha violencia que se expresa en forma física, psicológica, etc.”.

-¿La chilena, es una sociedad violenta?
“La chilena y la mundial; los chilenos no son particulares en ese sentido. El mundo vive en un mundo violento, porque esa violencia que llevamos dentro es la misma que se expresa en todos los ámbitos del quehacer humano”.

Intérprete de profesión, británica de nacionalidad, pero argentina de crianza y residente de Chile desde hace 20 años, Gloria Morrison insiste que para conseguir el objetivo final de un mundo sin guerras se debe vivir de acuerdo a la metodología de la no violencia.

“Se habla de la paz, todas las guerras se han declarado en nombre de la paz. Sin ir más lejos, escuchamos al Presidente Obama, recién galardonado con el Premio Nobel de la Paz, que la guerra es justa y necesaria. O sea, en nombre de la paz se han cometido las mayores barbaridades”, apunta.

-¿Vivimos en eterna contradicción? Pacifista en lo público, violento en lo diario.
“Es la contradicción interna y por eso, para ser coherentes uno tiene que poder pensar, sentir y actuar en la misma dirección.
“Veo esa contradicción en la humanidad toda, hoy. Es algo que debemos superar y nuestro objetivo es precisamente crear conciencia acerca de que hay una posibilidad... aunque sea muy poquito; a lo que aspiramos es a tener la valentía de cuestionar lo establecido, que la violencia es algo con lo que tenemos que vivir”.

-¿Cuánto motiva este mensaje a los chilenos si algunos de sus contenidos nos parecen lejanos, como el desarme nuclear?
“Cuando empezamos a hablar sobre esto hace un año nos miraban con ojos de plato. Hoy, es un poquito más cercano y debiera ser así, porque cuando se piensa que a nivel mundial hay 21 mil armas nucleares que tienen la capacidad de hacer explotar el planeta 25 veces; yo pregunto qué tan lejos estamos de esa amenaza.
“Es un tema, estoy de acuerdo, que se vive mucho más de cerca en lugares como Europa o el Medio Oriente, pero no porque estemos en Chile, estamos lejos del problema. Y menos ahora en que la amenaza nuclear ya no está en manos o control de los gobiernos como era hace 10 años, sino que en manos de cualquier grupo radicalizado.
“Esto es una amenaza real”.

-¿Crees que este tema compromete más a los chilenos que en décadas pasadas? ¿O en el pasado fueron más militantes de la no violencia?
“Creo que recién ahora estamos empezando a vislumbrar la posibilidad de la no violencia. Creo que la sociedad chilena ha vivido, como muchas otras, en carne propia muchísima violencia como las aberraciones en derechos humanos. Ha habido mucha represión y cuando eso se vive de cerca y te marca, entonces, tal vez, cuesta un poquito más llegar a creer o vislumbrar que eso no necesariamente tiene que ser así.
“Creo que estamos ganando terreno, se quiere creer eso”.

-¿Pero las generaciones de fines de los 60 se movilizaban mucho más?
“A fines de los 60 hubo a nivel planetario un movimiento que llegó a toda la juventud y fue muy espontáneo. Era una generación que cuestionaba lo establecido y sin una racionalidad detrás, tenía el sentimiento de cambiar el mundo.
“Creo que ahora estamos empezando a ver un renacimiento de algo similar; no igual, porque las cosas no se dan exactamente igual, pero se ve esa inspiración, ese sentimiento entre los jóvenes, que quieren un mundo distinto y no se van a quedar sentados. El movimiento pingüino fue una muestra y este tipo de fenómeno se va a seguir dando”.