El hombre clásico o decididamente deportivo reinó en colecciones de Milán
01 de Febrero de 2010 | 09:14 |
Milán.- Jugador de hockey, apasionado esquiador o trajes que se inspiran en los años 40, el invierno próximo el hombre deberá escoger entre un estilo decididamente deportivo o el clásico despreocupado algo retro, según las propuestas de la Semana de la Moda de Milán que acaba de concluir.
La última jornada de los desfiles milaneses se cerró en forma espectacular, con la colección de DSquared, marcada por el hechizo rock, botas altas, trajes de cuero pegados y plumas de avestruz como alas para el cantante Bill Kaulitz, del popular grupo alemán Tokyo Hotel, quien abrió la pasarela.
La majestuosa jaula metálica en la que descendió, inspirada en el filme "The Rocky Horror Picture Show", confirma la originalidad de la colección de los hermanos canadienses Dean y Dan Caten.
El "angel negro" de la pasarela relanza las cadenas, las cruces, las tachuelas y las manchas de sangre horripilantes para un joven amante del horror.
"Me encantó desfilar y también adoré los trajes", confesó el cantante, quien atrajo a cientos de adolescentes y seguidoras.
La línea juvenil de D&G, los diseñadores sicilianos Domenico Dolce y Stefano Gabbana, está dedicada al estilo de las altas montañas, con esquiadores bien cubiertos para soportar las bajas temperaturas.
Irrumpen los jóvenes del "snowboard", con prendas y chaquetones rellenos de plumas, forradas con piel al interior y lana externa, capuchones, pantalones anchos y muchos colores vivos, rojo, amarillo, verde, además de gafas de sol grandes: la vestimenta completa.
Los jersey son gruesos, el cárdigan domina y hasta los impermeables son de lana con diseños nórdicos repetidos, lo que ofrece un efecto mullido agradable.
Con Giorgio Armani se regresa al hombre clásico, al existencialista de la década de 1940, con boina vasca, anteojos de intelectual, pantalones ajustados con botas militares y mucho terciopelo.
El célebre modista, que confirmó que desfilará la próxima semana en París pese al cambio de horario que los desfavorece, emplea materiales cálidos y preciosos, como el cachemir, el cuero entrelazado, la piel de cordero, todo ello marcado por el corte de pantalones sin doblez, sueltos y en ocasiones botas altas.
El espíritu despreocupado dominó las colecciones milanesas, lo que fue aplaudido por algunos sectores de la sociedad.
"El hombre de hoy en día no quiere gastar fortunas por trajes que usa sólo seis meses", comentó el presidente de la asociación de compradores italianos, Beppe Angiolini, confirmando el regreso a la sencillez tras la crisis económica mundial.