La sencillez, a pesar de su estampa de hombre elegante, lo han mantenido con los pies en la tierra: “Soy muy hogareño, muy centrado en mi familia, cariñoso y buen amigo por lo que dicen. Tengo amigos dentro del canal como el “Pato Frez” y conservo los que tengo hace muchos años”, declara Iván Torres mientras busca palabras para definirse.
Él se declara 100% entregado a su familia. Está casado y tiene tres hijos: Javier de 14, Tomás de 9 y Agustina de 3 años. Para ellos es normal ver al papá en pantalla porque lo hacen desde que tienen uso de razón, pero se han quejado cuando Iván no ha acertado en el pronóstico del tiempo. Sin embargo, su mamá es la más crítica en su familia: “Mi vieja me llama, a veces, y me reta porque todavía somos como sus niños. Me dice ‘oye tú, ayer habías dicho tantos grados y me dio frío, o ¡no dijiste lluvia y me moje!’ Ella es súper crítica conmigo”, confiesa.
“El hombre del tiempo”, como muchos lo llaman, es un “puente altino” de corazón. Allí creció y vivió gran parte de su vida. Actualmente tiene su casa en Cajón del Maipo, bastante lejos del canal pero “por cosa de calidad de vida y por la naturaleza con esos vientos cálidos y esa lluvia espectacular” le gusta vivir allí.
Con su gusto por la naturaleza, el pronóstico era que desde niño soñara con ser meteorólogo. Pero no. En realidad, estudio Ingeniería en Calefacción, Refrigeración y Aire Acondicionado y luego, a causa de la crisis del ’82 decidió formarse como meteorólogo en la Escuela de Aeronáutica de la Dirección General de Aeronáutica Civil, porque encontró que era una oferta atractiva. Postuló junto a algunos compañeros de la universidad y quedaron unos pocos.
Desde ahí, comenzó a forjar una carrera ascendente como meteorólogo. Se especializó como sinóptico, tarea que consistía en hacer los pronósticos de cada día. Luego trabajó en el departamento de RR.PP. de la Dirección Meteorológica y también fue representante del país ante las Naciones Unidas en meteorología pública.
La televisión llegó muchos años después cuando, hace 15 años, el Buenos Días a Todos lo eligió para entregar el reporte del tiempo. “El ‘Tata’ había mandado un fax a la Dirección pidiendo un meteorólogo y como trabajaba en RRPP., me correspondió la tarea de asignar los colegas. Al final, el director me incluyo en la lista y quedé luego de hacer un casting con 6 o 7 meteorólogos más”, relata. La oportunidad era por unos meses pero finalmente pasó a indefinido.
-¿Cuál es tu estación del año favorita?
“A mí me encanta el invierno. Me gusta la lluvia, el viento y el frío porque puedes combatirlo, a diferencia del calor: te abrigas y te pones una estufita y listo”.
-¿Te gusta a pesar de que cause problemas?
“Lo que pasa es que esos problemas son ajenos a la naturaleza, son problemas antropogénicos, de nosotros. Son cosas como una mala construcción o un camino, pero la naturaleza esta hecha así. El resto son problemas de obras viales”.
-¿Te sientes cómodo dando el tiempo? Se te ve demasiado formal a veces.
“En general soy formal aunque tengo mi lado lúdico. Como soy meteorólogo de profesión me siento cómodo porque estoy dando una información que he entregado por veintitantos años. La diferencia es que ahora la gente me ve dando el pronóstico para todo el país y antes trabajaba en la dirección meteorológica de Chile y la gente no sabía que era yo”.
¿Te gustaría hacer algo distinto a ser conductor del tiempo?
“Si me hablas del ámbito profesional, yo como meteorólogo tengo una consultora, soy profesor universitario en la Federico Santa María y con eso se me acaba el tiempo. En televisión yo estoy muy bien encasillado en lo que hago. Yo no estudié para venir a la televisión; yo estudié para ser meteorólogo. Si hay algún proyecto interesante que esté relacionado con lo que yo hago con medio ambiente o con meteorología, encantado. No aspiro a ser animador ni nada por el estilo porque no es mi ámbito. Tengo una función acá y la cumplo lo mejor que puedo”.
-¿Cómo fue la experiencia en ‘Fiebre de Baile’?
“Fue muy positiva. Más que nada porque pesaba 100 kilos y llegué a los 85 (ríe). Pero era muy agotador por las jornadas de ensayo y yo seguía trabajando en lo que hacía. El día más fregado era el viernes porque el programa era el jueves en la noche y terminábamos de madrugada y llegaba a la casa como a las 2.30, para levantarme a las 4.30. Los días sábado y domingo también ensayábamos porque no soy bailarín, entonces, Miriam Martínez, mi compañera de baile me exigía mucho. Pero me fue bien. Llegué bastante arriba”.
-¿Has seguido bailando y practicando lo que aprendiste?
“Sí pero muy poco. Aunque ahora al menos tengo una idea de qué pasos dar, cómo hacerlos y antes naaadaaa”.
-¿Te gustó algún baile en especial?
“Me gustaron mucho los bailes europeos que son como yo, más ‘tiecito’, más formal. Con los bailes tropicales no hallaba como moverme. Eso de mover las caderas y los pies al mismo tiempo y los brazos para otro lado me costaba mucho a pesar de que son lindos. El tango europeo me gustó mucho porque tiene pasos entretenidos, elegantes. Ahora, dónde se baila eso, no tengo idea, jajaja”.
Se produce un corte en la entrevista. En ese momento debe volver a dar el pronóstico del tiempo en el matinal. Lo llaman para que entre al aire por unos minutos y él se prepara con gusto. Después de hacerlo se reacomoda para responder más preguntas y dice: “pucha, no tengo muchas cosas atractivas que contar”.
-¿Por qué dices eso? ¿No te sientes lo suficientemente atractivo para estar en televisión?
“Es que no es que no sea atractivo para la tele pero para los diarios o la farándula no tengo nada que aportar. Yo llevo una vida normal. Soy amante de mi familia, me centro en ellos y mi vida sigue igual. Yo voy a la feria, al supermercado, a todas partes. No estoy ligado a escándalos, no tengo amantes, lo cual me agrada mucho después de todo”.
-¿Te consideras una persona famosa?
“Yo creo que soy una persona bastante conocida sobre todo después del “Baile”. Hubo un antes y un después porque yo hago las cosas que cualquier dueño de casa hace. Voy al supermercado, me encanta ir a la feria. Entonces los que no me veían en la mañana lo hacían en la noche, y además ahora que estoy dando el tiempo en la noche también me reconocen más”.
-¿Qué te dice la gente cuando te ve?
“Hay una broma recurrente. Siempre me preguntan “¿cuándo llueve?” sea invierno o verano. Yo creo que la gente me tiene cariño porque nunca he tenido algún problema con nadie. Me sacan fotos con los celulares, es entretenido”.
-¿Eres muy vanidoso?
“Vanidoso he sido siempre en algunas cosas. Por ejemplo, andar siempre bien vestido, bien afeitadito, salvo en vacaciones que me relajo. Pero más allá creo que no, solamente lo normal. Lo que sí, trato de poner mi mejor lado cuando estoy en pantalla porque no tengo bonito perfil, entonces me pongo de frente” (ríe).
-¿Cuál es tu programa y animador favorito?
“Aunque parezca que hago la pata, a mí me gusta el Buenos Días a Todos. Es un programa bien completo que abarca de todo: tienes entretención, emociones y te informas. Y de animadores me quedo con Felipe Camiroaga. Tú lo ves y es versátil, hace cualquier cosa, es entretenido. Una animadora sería la Karen (Doggenweiler). A la Kathy (Katherine Salosny) estoy recién conociéndola y creo que también es muy buena. La he escuchado hasta cantar y es súper divertida. Yo creo que hay que sacarle más provecho”.
-¿Tuviste algún referente para entregar el tiempo?
“No tengo ningún referente. Cuando chico recuerdo que estaba Willy Duarte y tenía un modelo bastante de acuerdo a la época “acartonado”. Yo tengo mi propio estilo y lo utilizo donde sea que vaya”.
-¿Cuál es tu vicio privado?
“En general soy poco vicioso pero puedo decir que soy un goloso: me encanta comer. Me gustan los chocolates y los helados (lo dice y expresa con todo su cuerpo). Yo puedo sentarme y comer un litro solo y no le convido a nadie. En invierno y verano, me escondo en la casa sin que mis hijos me vean y para que mi señora no me rete. Sobre todo, ¡me mata el helado de menta con chocolate!”.