Definitivamente, el verano es muy productivo. Pero no en lo económico ni lo profesional sino que en lo familiar. En esta época más que en ninguna otra, es cuando más embarazos se producen en el año. Por algo, el lapso de tiempo entre septiembre y diciembre es cuando más bebés nacen, según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Aunque estos indicadores acompañan bastante los ánimos de parejas que esperan tener hijos en “la estación de la vida”, sus estilos de vida pueden pasar la cuenta en la salud general y en la fertilidad de la pareja, al punto de disminuir sus chances de ser padres.
¿Quieres saber entonces cómo aumentar las posibilidades de quedar embarazada antes de que se acabe el verano? Aquí 7 consejos a seguir en verano (o todo el año), época donde el relajo, la vida al aire libre y la diversión pueden ayudar en el objetivo.
Sin ansiedad ni presiones
Gabriela Manitta, psicóloga de Clínica IVI, destaca que el acto de dar vida a otro ser es un evento fundamentalmente creativo y como tal no responde bien a las presiones y los plazos.
En este sentido, el aspecto psicológico de la pareja puede influir directamente en los intentos de quedar esperando un hijo. En esos momentos pueden surgir reacciones emocionales –como miedo e incertidumbre- debido a la presión social del entorno entre otros factores.
Pueden surgir interrogantes como ¿qué pasa si nos cuesta lograr un embarazo?, ¿cuál de los dos será el “culpable”? o ¿deberíamos pedir ayuda? que aumentan la incertidumbre y que se convierten en fuente de ansiedad.
Por esta razón la especialista recomienda aprovechar esta etapa de búsqueda de un hijo, que puede traer de paso beneficios a la relación: “La pareja puede disfrutar de la búsqueda de un hijo aprovechando esta etapa para reencontrarse y recuperar la intimidad, como también para comenzar a crear un lugar para el futuro hijo a nivel de las palabras y la fantasía”.
No fumar
Si tiene pensado tener hijos, dejar de fumar se convierte prácticamente en una obligación para la pareja. Su directa incidencia en la capacidad reproductiva de la pareja además de causar otros efectos nocivos sobre la salud no es menor. Así lo sostiene el ginecólogo Claudio Álvarez de la Clínica IVI Santiago.
Mientras que en las mujeres, el humo del tabaco repercute directamente en la capacidad reproductiva, en los hombres la situación es muy parecida. Según un estudio realizado por IVI, el cigarro daña el material genético de los espermatozoides y altera su calidad.
Tome nota del siguiente dato: el tabaco tiene una injerencia del 13% en casos donde se buscaron causas de infertilidad. Por eso piénselo bien antes de seguir fumando si espera tener descendencia.
Sin alcohol ni café en exceso
Lamentablemente disfrutar el sabor de un café repetidas veces en el día o el de un exquisito trago no va muy de la mano con ponerse las pilas para tener hijos. Tomar más de 20 porciones por semana de alcohol y 7 raciones de café al día disminuye radicalmente las posibilidades de lograr un embarazo.
El consejo es claro: disminuir o moderar el consumo de estos estimulantes mejorará el pronóstico reproductivo de la pareja.
En forma no sólo por la ‘facha’
El índice de masa corporal (IMC) no se toma en cuenta solamente para alcanzar el peso ideal. Esta relación entre el peso y la talla de la persona debe alcanzar un número adecuado si lo que se quiere es quedar embarazada.
La función del aparato reproductor femenino así lo requiere. Un IMC entre 18 y 25 se considera normal y cuando está por debajo de 18 o sobre 25 puede aumentar el riesgo de no ovulación o de implantación del embrión en el útero.
El hombre también debe tomar precauciones. Un IMC elevado puede alterar la calidad de los espermatozoides. Por eso machos, es importante que mantengan un IMC en rangos normales, mediante una dieta balanceada y actividad física regular.
Visita al médico
Un sagrado control médico previo al inicio de la búsqueda de un embarazo también es clave. Con tal chequeo se pueden pesquisar y/o controlar patologías que puedan estar no diagnosticadas o mal tratadas, como una diabetes, hipertensión o factores nutricionales, que pueden afectar un futuro embarazo.
Y de más está decir que una evaluación ginecológica y un examen de Papanicolau son parte del proceso.
Vitaminas suplementarias
Complementando una dieta balanceada, está demostrado que ingerir un suplemento vitamínico con ácido fólico -vitamina del complejo B incluidos en alimentos como espárragos, lechugas, espinacas, tomates y naranjas- ayuda a prevenir defectos de nacimiento en el sistema nervioso central del futuro niño.
La recomendación es iniciar su consumo entre 1 y 3 meses previos al embarazo y mantenerlo al mínimo durante el primer trimestre de gestación.
No olvide el sexo con tanto consejo
Nada sería posible si las parejas no mantuvieran una frecuencia en sus relaciones sexuales. Esta exigencia no debe significar un suplicio al cumplirla: se recomienda una regularidad en las relaciones sexuales para aumentar las posibilidades de gestar, previamente dejando de lado cualquier método de anticoncepción usado con anterioridad.
Ojo con las razones
Pese a los consejos anteriores, Josefina Guzmán, psicóloga de la Clínica Indisa, asegura que quedar esperando un hijo no es algo simple y poco trascendente.
“Al pensar en tener guagüitas, las dos personas que forman la pareja tienen que estar en la misma etapa. Es decir, decidir por qué y cómo quieren tener un hijo. Por ejemplo, si alguien quiere tenerlo para tener familia y la otra persona lo quiere para no separarse me parece que allí habría un conflicto”, señala.
Guzmán enfatiza que lo primordial es comprender qué se entiende por embarazo, “si es una opción o no o si es una imposición sociocultural”. La psicóloga subraya las influencias externas a la pareja que influencian la decisión de tener hijos, es decir, retoma el tema de las ansiedades y presiones que intervienen en el proceso.
“Por conceptos culturales, sociales, una guagua es todo lo que tiene que pasar a las mujeres, es lo más maravilloso del mundo, cuando en verdad a mi juicio es una elección de vida. Es algo que se debe planificar en pareja”, dice.
La especialista es cauta en recomendar el verano como el momento perfecto para concebir hijos. Si bien la frecuencia de las relaciones sexuales aumenta por motivos culturales y estacionales, no por ese motivo tiene que ser ‘la oportunidad’ propicia para “hacer” hijos.
“No sé si todos los casos de nacimientos en primavera sean lo correcto, pero sí pasa que muchos embarazos coinciden con la fecha. El 14 de febrero, por ejemplo, representa a nivel cultural un minuto en que la gente se encuentra y tiene más tiempo libre. Entonces se genera el contexto propicio para tener más relaciones sexuales pero no sé si para planear una guagua”, reconoce.
No obstante, Guzmán destaca las bondades de esta época y llama a aprovechar las vacaciones para conversar en pareja, y después de eso planear a conciencia y en conjunto tener en hijos. “Estas decisiones se deben tomar en conjunto. Por eso se podría aprovechar enero, febrero y marzo para tener conversaciones y ver cómo esta la relación y recién ahí tomar la decisión de tener guagüita o no”, sostiene.