EMOLTV

“El sentido de la pesca submarina es ganarte a ti mismo”

Médico cirujano, es campeona nacional y mundial en pesca submarina pulmón libre. El camino por este derrotero, que ha hecho toda su familia, ha estado plagado de éxitos, donde, asegura, prima la experiencia más que la capacidad física.

29 de Abril de 2010 | 11:16 |
imagen
Nunca ha estado en las turquesas aguas del Caribe, pero sí sabe a ciencia cierta lo que es comer pescado fresco.

Margarita Aldunate empezó a bucear a los 5 años, en Algarrobo, siguiendo los pasos de su padre y hermanos. A los 11 ya estaba en la primera competencia de pesca submarina y resolvió que para hacer esto más entretenido lucharía por el campeonato nacional. Bueno, lo consiguió 10 veces; entonces, decidió ir por el mundial y también lo ganó en 2006.

Pero el camino no ha sido nada de fácil y, por el contrario, ha importado muchos sacrificios. La pesca submarina pulmón libre se desarrolla sin apoyo de aire comprimido, por lo que el buzo debe subir y bajar cuantas veces sea necesario, usando sólo sus pulmones para cazar con arpón las cinco variedades de peces que se exigen en cada competición. Y nada de bote para entrar, se hace desde la orilla ‘a pedal’, como lo llaman.

Margarita alcanza a hacer una apnea (no respirar) de 2 minutos y medio cuando está en reposo, es decir, sentada en la arena; cuando está en el mar, a 15 metros de profundidad. sólo lo logra por uno. Por eso, asegura que para poder salir airosos lo que vale es la experiencia.

Cirujano infantil –se nota que su profesión es otra de sus pasiones-, a los 45 años, con un pequeño hijo de 6 años que ya bucea, esta mujer tiene historias por contar, pero ninguna comprende paradisíacas aguas en Tahiti.

-¿Por qué la pesca submarina?
“Por mi familia; mira, al final, todos los deportistas son hijos de deportistas como González de un tenista, los Miranda de un esquiador y así. Mi padre conoció la pesca submarina como el año 68 y ahí empezaron, todos, de a poco a meterse, mis hermanos y yo”.

Sus recuerdos de esos primeros pasos era meterse al agua con una máscara a buscar caracoles; después vinieron los desafíos de traje de agua y arpón.

-¿Por qué pulmón libre?
“Nosotros pescamos con arpón sin aire comprimido; con estanque o con tubo lo que haces es ametrallar pajaritos. El sentido de esta pesca submarina es ganarte a ti mismo, porque tienes que contener tu respiración, bajar, buscar el pez y arponearlo. Se puede así estar 4 ó 5 horas compitiendo, subiendo y bajando y soportando el frío, en el caso de la costa chilena”.

-¿Cualquier pez?
“No, existen normas que te indican cuáles son los que se pueden pescar (congrios, lenguados, rojillos), pero además tienen que tener un peso mínimo, de lo contrario me castigan. Esto implica planificar mi estrategia de buceo para las horas de competencia y eso significa partir por la rompiente de la ola o irme a aguas más profundas según el hábitat de cada especie”.

-O sea, además de buenos pulmones hay que tener excelente vista.
“Uno tiene que tener experiencia; de hecho hay gente que usa anteojos adentro de la máscara. Se debe conocer las especies en el lugar donde vas a bucear y tener una estrategia”.

-Fuiste campeona mundial el 2006 en Portugal. ¡Qué sabías de los peces de allá!
(Se ríe) “El equipo de hombres había ido un año antes, y entre ellos había un biólogo marino; ellos hicieron un levantamiento de los peces y además, me metí en internet y encontré información; imprimí las imágenes y las estudié. Cuando llegué a Portugal, ellos me guiaron sobre a qué pez chileno se parecía cada especie”.

Cuenta que en esas costas compitió con buzos de Rusia, Venezuela y España de Islas Canarias, que tenían más ventajas, pero al final se impuso por una cuestión de experiencia.

-¿Por qué te quedaste en la pesca submarina?
“Al principio no fue opción, por ser la menor de 5 hermanos y porque veía a mi papá salir con locos y erizos. Si bien me pasearon por distintas escuelas deportivas –hice gimnasia en aparatos, tenis, natación en el Club Manquehue, voleibol, artes marciales- el buceo era el deporte familiar.
“Después uno establece sus grupos de amistades y te quedas. Cuando entré a la Universidad de Chile, tenía este grupo con el que me iba de carrete, nos íbamos a acampar al norte, a guitarrear y bucear. Este grupo se ha mantenido por más de 20 años, muchos se casaron entre ellos”.

-¿El buceo es un deporte de mujeres? No si es femenino, sino que haya mayoritariamente mujeres.
“En todas partes del mundo la pesca submarina es practicada por más hombres que por mujeres, pero en el mundo de hoy. En el pasado, era lo contrario, porque las mujeres están fisiológicamente preparadas para el agua fría; en Japón son las mujeres las buceadoras de perlas, por una cuestión ancestral”.

-¿Físicamente el hombre no está más dotado, tiene más capacidad aeróbica?
“El hombre tiene más masa muscular, pero ésta consume más oxigeno. Tiene que haber una relación entre masa muscular, capacidad pulmonar, resistencia al ejercicio y otros. Al final, se pueden encontrar condiciones bastantes similares entre hombres y mujeres”.

Margarita señala que hace algunos años la cantidad de chilenas haciendo pesca submarina era mayor a la de la actualidad e indica que en parte, la disminución se debe a que ha habido un giro hacía el buceo fotográfico o con aire comprimido.

De paso, rechaza cualquier crítica de corte ecologista respecto a este deporte, indicando que “esto no es una matanza de animales, es caza selectiva para consumo. Yo sé que es comer, de verdad, pescado fresco”.

En contraposición, hace una denuncia indicando que los mariscadores, usando la juca (aire comprimido desde un bote) están haciendo una masacre de los peces de roca en la costa chilena. Margarita dice que por demanda de los restoranes y sin ningún tipo de regulación, y menos de fiscalización, están acabando con las especies que se mueven en los roqueríos como la vieja, el rollizo y el vilagay, los que están en serio peligro de extinción. “Eso no tiene nada de deportivo”, sentencia.

-Como todo deporte, tiene riesgo, ¿aquí son mayores?
“A mí no me gusta bucear profundo, no me sumerjo más de 15 metros.
“El buceo siempre es considerado un deporte de alto riesgo cuando se quiere tomar un seguro de vida, cuestión que me da entre risa y rabia, porque creo que es ignorancia. Si veo la cantidad de muertos por buceo deportivo, en Chile, en los últimos 30 años, no son más de 8, ¿cuántos han muerto corriendo autos? O mira el esquí, que es mucho más peligroso.
“En el buceo, el concepto de seguridad está presente porque se sabe que se corre el riesgo de perder el conocimiento por falta de oxigeno, entonces uno tiene que conocer bien las limitaciones. El que se ahoga, generalmente, no es un aprendiz, es un buzo experimentado que se exigió más de lo debido”.

-¿Has estado en riesgo?
“Nunca me he sentido en riesgo de vida. El principal accidente que he tenido bajo el agua es reventarme un tímpano nadando en una piscina. Los accidentes menores son que te entierras espinas de erizos y nunca me enterrado el arpón; hay muchos más accidentes con escopetas”.

-¿Cuál es el nivel de Chile a nivel mundial en pesca submarina?
“Chile es campeón mundial de varones, pero hasta hace algunos años no habían competencias mundiales femeninas. La primera fue acá, en Iquique, 2004, que no tuvo carácter oficial porque fue por invitación y vinieron muy pocas mujeres ya que no tenían apoyo de sus federaciones”.

No fue fácil llegar a ese primer mundial; se había retirado el 98 para concentrar todos sus fuerzas en el deseo de tener un hijo, cuestión que la enfrentó a múltiples complicaciones, abortos, dolores y lágrimas. Sólo después del nacimiento de Martín, el 2003, volvió al agua.

“No podría seguir buceando sin el apoyo de mi marido, (que también es campeón de buceo fotográfico), de mi familia y mis colegas, que juntaron plata para ayudarme a costear el viaje a Portugal”, asegura.

-¿Cuál ha sido el lugar más mágico donde has buceado?
“Mi momento mágico fue en Isla de Pascua, y no fue en pesca submarina, sino que buceo con aire. Fue el 2002, después de perder mi cuarto embarazo, me sumergí y comencé a alimentar a los peces con un erizo y de repente, de mi mano comía un jurel de unos 25 kilos. En medio del agua tibia y cristalina me puse a llorar, quizás para dejar atrás todas mis penas y angustias. Fue mi desahogo”.
EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?