Fueron los consumidores europeos los que, años atrás, empujaron a los dueños de supermercados a supervisar la calidad de los alimentos que vendían, por cuanto los primeros necesitaban saber si los productos contenían algunos ingredientes que podían ser contraproducentes en pacientes en quimioterapia.
Ese movimiento ciudadano hizo que surgiera el sello de productos orgánicos, con el cual se certifica que cada fruta o verdura consumida no se ha contaminado con ningún agente químico y/o artificial en toda la cadena de producción.
En Chile, lo orgánico está de moda. Algunos dicen que es sano para la salud, otros no se resisten al sabor de un tomate natural cultivado sin pesticidas ni a un huevo verdaderamente de campo.
Ya hay en la capital algunos lugares que expenden estos productos, pero no son masivos bajo ningún punto de vista. Además, los acompaña la mala fama de no ser baratos, de tamaño más reducido y, a veces, con feo aspecto.
María Prieto (31) es una de las precursoras. Licenciada en literatura, tuvo la oportunidad de conocer este mundo en Inglaterra, cuando cursó la carrera de agricultura biodinámica en la Universidad de Sussex, al sur de Londres.
Junto a un grupo de socios instaló en Vitacura el Mercado Orgánico que funciona todos los sábados y que en el verano se trasladó a Cachagua. Pero su proyecto es mucho más desafiante y está aunando manos y voces.
Explica que debe entenderse como producto orgánico, en estricto rigor, aquél que está certificado con un código internacional y que implica que no se usaron ni agroquímicos en su cultivo ni otro tipo de insumos artificiales en su post producción y venta.
-¿Qué se tiende a confundir con orgánico?
“Natural. Natural es todo, por lo tanto esta palabra le ha quitado valor a lo orgánico, porque muchas veces tienes nogales maravillosos rociados con plaguicidas y te venden las nueces como un producto natural”.
Sin mediar pausa, María va al fondo del asunto: los tóxicos y otros agroquímicos, finalmente, se acumulan en el cuerpo humano. Asegura que los estudios han demostrado que su efecto en la salud no es inmediato, sino que a largo plazo.
Agrega que no es tan difícil girar nuestra agricultura y la del mundo hacia lo orgánico, porque la agricultura ‘artificial’, por llamarla de alguna manera, se masificó después de la II Guerra Mundial cuando se debió aumentar la producción de alimento en forma explosiva.
“Tenemos más de 10 mil años de cultivos en la tierra en forma orgánica, desde los sumerios y eso se puede recuperar”.
-Esto hace patente una realidad; la agricultura con apoyo de agroquímicos es más eficiente y rápida. ¿Este es una de las desventaja de lo orgánico?
“Aquí hay un error; lo orgánico si se puede producir en grandes cantidades y se puede exportar, es más hoy es hasta biodinámica. Hay grandes industrias orgánicas, la única diferencia es que sus resultados no son inmediatos en toneladas, en cuanto a cantidad.
“Cuando vives en un mundo cuya población crece y crece, te ves en la urgencia de producir la mayor cantidad en el menor plazo posible y la agroindustria dio la respuesta, pero al largo plazo, lo orgánico te favorece por varias razones. Primero, no deterioras el suelo, aumentas la capa fértil, por ende, tu suelo durará útil 50 años en vez de 10. Hacerlo por el camino orgánico puede implicar un gran ahorro en recuperación de terrenos”.
-Pero, ¿los agroquímicos aceleran los procesos?
“Es cierto que algunos químicos aceleran algunos procesos y eso puede ser importante cuando la demanda es alta. Por esto la agricultura convencional tiene altos resultados, pero la orgánica tiene mejores resultados en el tiempo. Esto, implica, en todo caso, también una mayor inversión inicial”.
-Todo esto se refleja en el precio; hay una percepción de que lo orgánico es más caro.
“Sí, pero la razón es que hay más demanda que oferta, eso es todo. A medida que masifiquemos esto, que aumenten las relaciones entre productores y consumidores, el precio bajará.
“La producción orgánica es sólo más costosa los primeros dos años, máximo 4, y que tiene que ver con desintoxicar tu tierra”.
-¿Se va a zanjar el debate que existe respecto del daño o no que producen los agroquímicos?
“Está probado que el efecto no es inmediato, el resultado de ellos en el cuerpo humano no se ha terminado de ver y se necesitan algunos años más para ver sus efectos. Ver si son o no responsables del cáncer y otras enfermedades”.
María Prieto regresó a Chile el 2007, justo en el momento en que lo orgánico estaba empezando. Desde hace un tiempo desarrolló un proyecto de difusión de lo orgánico en Matucana 100.
-¿Lo orgánico no es un poco elitista?
“Sí y no. Lo orgánico sin certificación es el cultivo que hace la gente del campo, es el más básico, el más económico, donde el abono es de la vaca del vecino. Pero cuando el cultivo ya tiene una orgánica, efectivamente tiene una llegada a un grupo más selecto por una cuestión cultural”.
-¿De moda?
“De información, de haber viajado al extranjero y haber tenido la oportunidad de conocer los productos orgánicos”.
-¿Hay una suerte de contradicción entre quienes consumen productos orgánicos? Muchos no tienen cultura del reciclaje, por ejemplo.
“Es verdad, pero esto tiene que ver con el ámbito personal de las decisiones. Es una más de tus decisiones; te puedes quedar en una, comer orgánico, o sumar el reciclaje o la medición de la emisión de huella de carbono. Las opciones son varias, puede sólo quedarte en los alimentos orgánicos, o avanzar hacia los detergentes, los cosméticos y la ropa orgánica.
“No me preocupa cuánto se involucra la gente en orden a ser totalmente consciente en lo ambiental, siempre que se parta, porque una te lleva a la otra. No es un cambio de vida radical, que no funciona, es un cambio de vida realista. Todo tiene que ver con quienes y qué te rodea”.
-¿El proceso no va muy lento?
“No, me impresiona lo rápido. Alemania lleva 30 años en esto, utilizando el sistema de premios e incentivos o multas a la población. En Chile, tenemos más tierra, más agua, entonces no tenemos la necesidad de actuar rápido. Y hay que hacerlo, porque el cambio climático no tiene frontera”.