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La nueva 'libertad' de la mujer

15 de Marzo de 2010 | 16:19 |
Roma.- Las mujeres italianas tienen hoy “permiso" para dejar a su maridos en casa, salir solas con sus amigas e, incluso, ir a ver algún espectáculo subido de tono, en una clara inversión de papeles que se produce sobre todo el centro y sur de Italia con motivo del Día de la Mujer.

Los orígenes del Día de la Mujer se remontan a 1908 cuando 129 trabajadoras de la empresa textil Triangle en Nueva York murieron en un incendio al cerrar el dueño todas las puertas de la fábrica, tras varios días de protestas por las duras condiciones de trabajo.

En Italia, el 8 de marzo, el Día de la Mujer es símbolo de la liberación, y las feministas se manifiestan para celebrar los logros sociales conseguidos durante el siglo XX.

Sin embargo, estos actos de reivindicación conviven con las salidas nocturnas de miles de mujeres que, según dijo a EFE el que fuera primer catedrático de Sociología de la Universidad de la Sapienza de Roma, Marco Ferrarotti, llegan a adquirir tintes "retrógrados y machistas.”

En un país en el que las directoras, ministras o presidentas se hace llamar aún directores, ministros o presidentes, también es bien recibido que hoy las féminas italianas reciban mimosas y obtengan el permiso de los hombres para salir solas “lo que significa una fuerte retorno del poder machista,” agregó el sociólogo.

Y es que las mujeres van a cenar con un grupo de amigas y después la mayoría de ellas acuden, en lo que ya se ha convertido en una tradición, a espectáculos de hombres que se desnudan y se contonean ante ellas mientras suena la música y se beben ingentes cantidades de alcohol.

Los restaurantes están preparados y han competido entre sí para albergar a cientos de mujeres a las que ofrecen un menú ya cerrado, para después agasajarlas con un pastel llamado “mimosa” con la forma y los colores amarillos de la flor.

Después llega la hora de visitar los locales nocturnos.

"Se trata -refirió Ferrarotti- de una libertad mal entendida, una manera superficial de expresarla, pues no ataca el poder machista en su profundidad.”

"Los logros conseguidos por la mujer desde el punto de vista del derecho familiar como la patria potestad, el derecho a la herencia o la posibilidad de tener a la hijos fuera del matrimonio, constituyen una victoria y toda victoria comporta un riesgo.”

"El hombre se siente amenazado, inseguro y muestra de ello es esta costumbre en la que otorga una licencia a su mujer y por tanto, le refuerza en su posición dominante,” agregó.

A la comercialización del Día de la Mujer se han apuntado también agencias de viajes, políticos como Nadia Qualarsa candidata del PDL, el partido de Berlusconi, en la región del Veneto, que regalará silbatos anti-agresión a las mujeres y museos y monumentos de Italia que regalan la entrada libre a las féminas.

Aunque las mujeres italianas pueden salir cualquier noche solas, ese día lo hacen con “más entusiasmo” porque se intercambian los papeles, actúan como hombres y se desinhiben en una concesión tramposa, refirió Ferrarotti.

Para Rita Ubertini, limpiadora de 50 años, el Día de la Mujer “es el único día que no me gusta salir porque la fiesta de la mujer debería celebrarse todo el año,” y añadió que esa noche “sólo salen las que se pasan el año encerradas en casa.”

Según relató Ubertini: “El único año que salí con un grupo pasé mucha vergüenza porque una mujer de unos 60 año trató de desnudar a un camarero.”

Otras, como Simonetta Metallo, de 62 años y ama de casa, defendió la fiesta con uñas y dientes: “Todo el año trabajando y atendiendo el marido y ¿no nos podemos dar un respiro? Ya tenemos mesa reservada en un restaurante para quince y allí mismo hay boys. No hay hora para el regreso a casa y mi marido está de acuerdo.”

El fenómeno de esta peculiar noche liberal también puede tener una explicación en el hecho de que una de cada cuatro mujeres italianas (27%) abandona definitivamente su puesto de trabajo tras dar a luz a su primer hijo, un dato que, según un reciente estudio de la fundación ManagerItalia, explica que la tasa de ocupación femenina en el país sea un 50 por ciento más baja que la masculina.

Además, según el sociólogo, no puede compararse Roma, siempre bajo la influencia de la Iglesia, y el sur de Italia gobernada por una monarquía con regiones como Lombardía, Véneto o Toscana que han sido ciudades-estado y han mantenido un sentido de independencia y un anhelo de libertad incomparable con sus vecinos meridionales.
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