EMOLTV

¿Qué tipo de estresada eres?

07 de Junio de 2010 | 09:39 |
imagen
No es ningún misterio, pero todas las personas reaccionan a situaciones estresantes de distinta manera. Algunas casi no se inmutan y otras pueden, a ojos de otros, sobrerreaccionar.

La psicología actual ha buscado personalizar el estrés y por eso, Stephanie McClellan y Beth Hamilton, lograron dar con cuatro tipos de ellos que exponen en su libro “¡Qué estrés!” de editorial Norma .

Las autoras señalan que descifrar lo anterior permitirá a cada persona seleccionar las técnicas adecuadas para atenuar la respuesta al estrés y regresar a un estado más saludable. Obviamente, la clasificación la hicieron a partir de las respuestas que se dan a situaciones de estrés crónico o traumático que genera una angustia persistente; y no frente a lo que se puede llamar preocupaciones cotidianas y estrés agudo que sólo conlleva cierta cantidad de angustia.

Tipo HiperS:

Las personas de este grupo tienen comportamientos inconfundibles, porque rara vez se pueden quedar quietas. Están vigilantes, tienden a ser nerviosas y le es difícil relajarse. Son propensas a las jaquecas y tienen problemas para conciliar el sueño, levantándose muy temprano. Para estas personas nada se puede postergar, todo es urgente y resultan parcas y directas para enfrentar los temas. Aunque estén cansadas, gastan enormes cantidades de energía y con ello se sienten más nerviosas.

Dentro de las señas que se pueden observar en este grupo están el golpeteo de los dedos o de los pies; comerse las uñas, acné, enrojecimiento de la piel, ejercicio en exceso y tensión en los hombros y cuello. Son siempre puntuales, tienen tendencia a engordaren el abdomen aunque sean delgadas y excesiva sudoración.

Tipo HipoS:

Son menos obvios que los HiperS, por lo que si están estresados se vuelven ansiosos, pero tienden a replegarse o esconderse. Las mujeres de este tipo son más bien calmadas, pero el estrés más mínimo les puede desatar una respuesta intensa. Hay tres síntomas que se asocian a este tipo: fatiga, dolor y sensibilidad aumentada al estrés. Tienden a desarrollar alergias a ciertos alimentos y a menudo sienten achaques inexplicables. Con frecuencia sienten que no tienen energías y se dicen a sí mismos que están agotados. Tienen tendencia al sobrepeso, pero más bien de caderas y muslos.

Entre las señas que se ven de ellos está la incapacidad para concentrarse, un sueño aumentado, aumento del apetito, fatiga y agotamiento, falta de motivación y entre las enfermedades se encuentran el asma, depresión estacional, alergias, cistitis y síndrome premenstrual.

Tipo HipoP:

Este grupo de personas tienen lo que algunos consideran la respuesta más rara al estrés, porque su reacción primera es desconectarse y convertirse en espectadores de su propia vida. Se retraen por no sentirse estimuladas por los otros y en sus respuestas físicas, pueden marearse si se ponen rápidamente de pie o se desmayan con facilidad. Son hipersensibles al estrés, por lo que se sienten indefensas y tienden a la pasividad cuando enfrentan situaciones duras. Pueden tener dificultades para expresar sus sentimientos y rara vez expresan placer o dolor emocional. Su tono de voz es plano y casi nunca sonríen.

Sus síntomas son marcados por los que se ven fatiga y agotamiento, aburrimiento, hipersensibilidad al estrés, falta de energía, diarrea, tendencia a sentirse mareada y tienen espasmos abdominales.

Tipo HiperP:

Por lo general, las personas de este grupo son de logros, no paran de trabajar hasta que colapsan. Las mujeres de este tipo tienden a excederse incluso en los momentos que debieran como el fin de semana o las vacaciones. Por eso cuando se derrumban, se sienten agotadas y exhaustas y pueden terminar tendidas sobre el sofá. En este tipo, los síntomas aparecen después de que la situación estresante pasa. Su respuesta es siempre extrema por lo que necesitan algo más que un poco de tiempo para recuperarse.

Las personas de este grupo sienten agotamiento excesivo, apatía, irritabilidad, emotividad excesiva, necesidad de dormir, retraimiento y visión borrosa. Entre otros síntomas están la incapacidad para iniciar nuevas actividades.

Según afirman Stephanie McClellan y Beth Hamilton, el tipo más común en las mujeres es el HipoS y sólo ejercicios rítmicos de bajo impacto le darían un gran impulso a su bienestar.