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A iniciar la poda

La mayoría de las plantas de hoja caduca están en completo reposo vegetativo; los tallos juveniles comienzan a madurar y se van rigidizando, lo que significa que ya es posible iniciar el trabajo de poda.

17 de Junio de 2010 | 11:17 |
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La poda es una de las labores fundamentales en la jardinería y en el manejo cultural de las plantas leñosas de hoja caduca.

Conviene señalar que no todas las especies deben ser podadas. Muchas veces, el jardinero sin adecuados conocimientos técnicos corta por parejo las plantas, indiscriminadamente, impidiendo la floración de muchas de ellas.

Desde esta perspectiva, hay que considerar que los árboles y arbustos se dividen en aquellos que florecen antes de formar la hoja y otros que florecen después. Dicho de otro modo, unas plantas florecen a fines de invierno y otras tardíamente, desde fines de primavera a verano.

En general, las especies que florecen temprano no se podan en junio-julio, sino después que haya caído el 75 % de las flores. Por ejemplo, si un ciruelo de flor es podado entre mayo y junio no florece porque al podar las ramillas se eliminan las yemas florales.

Un concepto que hay que revisar año a año es 'la intensidad de la poda'; es decir, qué tan drástica ha de ser. Ésta se refiere más bien a la cantidad de madera de la temporada que se suprime. Una poda intensa, fuerte, elimina el 75 % del largo de la ramilla; una mediana elimina el 50 % del largo de la ramilla; en tanto, una suave elimina el 25 % del largo de la ramilla.

La intensidad de la poda está relacionada con el despunte, aspecto que se permite en arbustos ornamentales, pero que está prohibido en árboles (a menos que sean frutales). Por ejemplo, en los árboles de sombra se podrá sacar una rama completa si está mal situada, o aquella enferma o tronchada por el viento, pero esa misma rama no se despunta. Es decir, la poda en los árboles ornamentales es de raleo de ramas.

Hay especies que con las podas se deforman completamente. Es el caso de los liquidámbar. Aquellos ejemplares situados bajo los cables eléctricos y que han debido despuntarse, además de verse feísimos, ven alterado su hábito de crecimiento, transformándose en árboles globosos.

El plátano oriental requiere una poda específica, que es más bien de limpieza. Se eliminan ramillas de bajo calibre, aquellas enfermas o secas por efecto del sombreamiento que otorgan las ramas superiores o periféricas. Este árbol tolera las podas de despunte, pero su crecimiento se ve afectado. Los ejemplares podados en Avda. Cristóbal Colón, en Santiago, ofrecen un aspecto precario y generan una sombra esmirriada.

El ceibo se poda sólo por razones de seguridad: se sacan aquellas ramas excesivamente largas porque con el peso se pueden desganchar. Y como se trata de una especie subtropical, la fecha adecuada para hacerlo es una vez afirmada la temperatura en primavera, idealmente sobre los 22 grados Celsius.


Las plantaciones

Otra labor importante durante los meses fríos es la plantación de árboles y arbustos de hoja caduca. Entre ellos caben mencionar: Acer negundo, Acer pseudoplatanus, Acer palmatum, Aesculus hippocastanum, Morus alba, Tilia cordata, Platanus orientalis, Liriodendron tulipifera, Quercus palustris, Quercus falcata, Fraxinus ornus, Fraxinus americana, Zelkova serrata, Catalpa bignonioides, Paulownia tomentosa, Syringa persica, Cotoneaster horizontalis, Forsythia suspensa, Hibiscus syriacus, Kerria japonica.

Los viveristas y jardines comerciales ofrecen plantas a raíz desnuda; es decir, sin tierra. Este aspecto es muy interesante porque permite al comprador examinar la raíz, particularmente cuando se trata de una especie longeva o de alto costo, como una haya roja.

Una buena raíz debe ser proporcional al tamaño del ejemplar, sin colores negros, manchas acuosas, nódulos ni mal olor. Tampoco debe presentar tronchaduras, roturas o lesiones. Asimismo, debe estar libre de larvas e insectos.

El hoyo de plantación debe ser generoso. Cuando el suelo es malo, es decir, extremadamente duro, pedregoso, rocoso, hay que aumentar su tamaño, de modo que las raíces se desenvuelvan cómodamente.

Cuando la profundidad del hoyo es insuficiente, la raíz se suele lateralizar, provocando deformaciones en los pavimentos, rompiendo muros y tubos de alcantarillado. Esto significa que siempre es más importante preocuparse de tener una buena profundidad, facilitando que las raíces escarben y se asienten en los horizontes inferiores del suelo.

Así, el fondo del hoyo se deja bien mullido, suelto y enriquecido con Superfosfato triple, fertilizante que contribuye a fomentar un buen cepellón radicular.

Especies que en un comienzo son delicadas al frío se plantan en primavera, tipo octubre o noviembre. Por ejemplo, paltos, cítricos, daphne, ceibo enano, ceibo común, jacarandá, hibisco corriente, buganvilia, grevilleas arbustivas, fucsias híbridas, floripondio, callistemon, lantana.


Corte del pasto

Durante junio y julio el corte de pasto es mínimo, a lo mejor cada 3 semanas, un corte rasante. Se aprovecha ese momento para eliminar la maleza. Muchas perennes crecen bastante en esta época porque no tienen la competencia del pasto. Así los plantagos (Plantago lanceolata y Plantago major) crecen avasalladoramente. Estas malezas acusan malos drenajes.

Donde el pasto está raleado por el pisoteo o sombreamiento, la maleza conocida como piojillo (Poa annua), se establece con facilidad. Si no se controla desde un comienzo, puede infectar toda la carpeta de pasto. Esta maleza, en la zona central florece todo el año, formando almácigos naturales.

La chépica bruta (diferentes especies del género Paspalum) acusa suelos degradados, con falta de nutrientes y de materia orgánica. Es alelopática; vale decir, que por sus raíces emite sustancias tóxicas que eliminan la competencia de otras plantas o no las deja establecerse. De modo que, una vez exterminada, hay que preocuparse de hacer un programa de recuperación del suelo mediante agregaciones de materia orgánica (compost, tierra de hoja, guano) y fertilizantes como Superfosfato triple. Esta maleza se reconoce fácilmente porque sus tallos rizomatosos son bien apegados al suelo y bastante largos.

Una maleza de hojas angostas propia de lugares que se encharcan y que compite seriamente con el pasto es la "chufa" o "coquillo" (Cyperus rotundus, Cyperussculentum), muy difícil de combatir manualmente porque está provisto de un bulbito a 35 - 40 cm de profundidad, el cual generalmente queda en el suelo y rebrota. Si la superficie invadida por esta maleza es considerable, se puede emplear herbicida, como Roundup, 3 - 4 cc en un litro de agua. Se aplica con brocha o rodillo sobre las hojas, sin que se disemine hacia otras plantas.

Después de desmalezar, si el suelo está muy compactado, se puede airear con la horqueta jardinera (laya), después se agrega un metro cúbico de tierra + 250 gr de Superfosfato triple. Esta dosis sirve para 200 metros cuadrados de pasto. Si además está raleado, junto con la tierra se pone 1,5 a 2 kilos de semilla de pasto. En estas condiciones la operación se llama 'topping': consiste en echar semilla + tierra + fertilizante.