El drama de Humberto Suazo, con su desgarro de 2,5 centímetros, lo sufrió todo Chile, pero más quienes han estado en la misma situación.
No es extraño encontrarse con un amigo que cojea y explica que haciendo deporte el fin de semana, en un clásico futbolito, se ha producido una lesión muscular que lo ha retirado repentinamente de las canchas.
Muchos sufren al no poder disfrutar de su deporte favorito por culpa de los habituales desgarros. En efecto, el 30 % de las lesiones deportivas son musculares, ocupando el segundo lugar en frecuencia detrás de las ósteo cartilaginosas, cifra que devela que tanto profesionales como aficionados encuentran en este tipo de lesiones una importante traba para realizar su deporte predilecto.
Un desgarro muscular es una rotura parcial o completa de las fibras musculares, ya sea dentro del músculo o en la unión del músculo con el tejido que lo recubre, que va acompañado de rotura de los vasos sanguíneos. Se produce en general en músculos que provocan movimientos de dos articulaciones de las extremidades inferiores y se caracteriza por un dolor súbito como un pinchazo y la imposibilidad para realizar el movimiento del músculo comprometido.
De acuerdo al médico fisiatra de la Mutual de Seguridad, José Tolentino, es una lesión que se produce con mayor frecuencia en los deportistas aficionados, quienes a diferencia de los deportistas profesionales, no tienen la suficiente preparación antes de realizar actividad deportiva: “Por lo general los deportistas aficionados tienen un músculo mal preparado, con mala elongación, un deficiente balance muscular y fuerza muscular disminuida. Además, es común que no realicen un precalentamiento adecuado antes del ejercicio, con lo cual el músculo esta más propenso a desgarrarse ante una elongación brusca”, asegura.
El especialista indica que lo primero que debe hacer el deportista afectado es reposo para evitar que la lesión aumente, ponerse abundante hielo en la zona para frenar la inflamación, mantener la zona afectada elevada y comprimir el músculo, con una venda por ejemplo. “Idealmente debe concurrir lo antes posible a un profesional médico especializado en medicina deportiva para así confirmar el diagnóstico y determinar la extensión del desgarro, ya que de esto dependerá el tipo de tratamiento (rehabilitación) y el tiempo que tomará la recuperación y la vuelta a la actividad deportiva”, sugiere.
El tiempo de recuperación varía dependiendo del desgarro y del tipo de paciente. En un deportista aficionado, los tiempos de recuperación aproximados varían según la gravedad. De esta forma, si padece de un microdesgarro, o un desgarro grado 1, serán cerca de 2 semanas, si es grado 2, entre 3 a 6 semanas y si es grado 3 más de 6 semanas, es decir cerca de un mes y medio alejado de su deporte favorito.
Por lo mismo, y para evitar la desgracia de estar en su casa a causa de una lesión muscular, el profesional de la Mutual de Seguridad indica que la mejor prevención es tener una adecuada preparación física, por lo que sugiere:
- Mantenga un buen balance muscular y fortalezca la musculatura.
- Desarrolle una buena elongación.
- Realice un buen precalentamiento antes de realizar deportes, sobretodo si este se realiza en forma esporádica (los fines de semana por ejemplo).
- Consulte a un especialista en medicina deportiva antes de iniciar algún deporte. Así podrá hacer una adecuada evaluación de su sistema músculo esquelético, determinando el tipo de preparación que debe realizar para evitar la aparición de lesiones.
