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Las tareas en el jardín no paran

Este es normalmente el mes más frío. Las plantas están en receso vegetativo, incluso aquellas de hoja persistente. Se encuentran activas algunas leñosas florales como azaleas y camelias. Pero las tareas en el jardín no disminuyen.

11 de Agosto de 2010 | 10:28 |
Entre las actividades que terminan radicalmente en este mes está el riego y el corte del pasto.

Durante julio se podan las rosas, hortensias, granados de flor, parras, Hibiscus syriacus y árboles frutales de carozo y de pepa como durazneros, manzanos, perales y membrillos.

Las hortensias se podan de la siguiente manera: bien corto el tallo que floreció y bien largo, con un despunte de 1/3 el que no floreció. Después se hace un mullimiento del suelo y se incorpora Superfosfato triple, 1 cucharada sopera por planta adulta. Se vuelve a mullir para incorporar el producto. La planta avejentada, excesivamente leñosa, se poda rasante, a 20 - 30 cm del suelo. Ese ejemplar se achuponará y no florecerá. Solamente formará hojas.

La rosa trepadora se poda de despunte suave y esa rama se arquea hacia abajo, amarrándola cerca del suelo a una estaquita. Las yemas que están en la rama brotan en primavera como ramillitas cortas de 8 a 12 cm de largo, según el vigor de la variedad. Sobre ellas se formarán las flores desde primavera hasta otoño si son reflorescientes. De modo que es fundamental en las trepadoras doblar la rama, de otro modo la savia circula con mucha velocidad y se tendrán poquísimas flores situadas en la parte superior de la rama.

La rosa miniatura se poda rebajándola un poco para ordenarla. Los trozos de ramillas sobrantes se utilizan para hacer estacas. Es, junto con la poda de las rosas polyanthas, la más sencilla: se usa la tijera para cortar pasto, sin fijarse en yemas, ni en un sistema predeterminado de formación. La rosa besito es una planta alta de flores pequeñas de modo que se poda como si se tratara de una híbrido de té. Una híbrido de té se poda en copa, es decir, se sacan las ramas interiores dejando 3 - 4 ramas exteriores para conformar la copa. Se pretende asolear y airear el interior. Esto indica que la última yema de la rama se deja hacia afuera, porque si se deja para adentro, la copa se vuelve a llenar, se forman sombras interiores y la floración es pobre, además de favorecer el oidium, enfermedad que no solamente afecta las hojas sino también las flores.

El Hibiscus syriacus es un arbusto interesante; de hoja caduca, presenta flores de gran riqueza tonal: blanco, rosado, rojo, lavanda, morado. El hábito es piramidal y alcanza a medir 3 a 3,5 metros de altura. Se recomienda recortar las ramillas del año a la mitad cuando la planta sobrepasa las medidas indicadas.

El granado de flor se poda cada 2 ó 3 años para bajar la altura del individuo. No requiere de una poda formal, simplemente es para mantenerla en los límites.

Después de las podas siempre se hace una pulverización con Bravo 720, un fungicida de amplio espectro que es capaz de controlar y prevenir varias enfermedades que se alojan en las heridas hechas por las podas.

Tratándose de arbustos florales, también se incorpora en el suelo Superfosfato triple para incentivar la floración futura.

Las azaleas y camelias con floración indecisa, desorganizada, se fertilizan con Nutrimán: se pulveriza el follaje, 15 cc en 10 litros de agua, cada 14 días hasta que se reinicie la floración plena. Seguramente se requirirá de 4 ó 5 aplicaciones. Como es tarde para obtener los efectos deseados, el esfuerzo se verá premiado también en el invierno siguiente.

Bougainvillea, fucsia, hibiscos, manihot son delicadas al frío y a las heladas, por lo que no se podan. Si son ejemplares juveniles, conviene incluso hacerles una protección con papel, plástico o un toldo de totora.

En general las especies de hoja persistente no se podan, solamente se hace limpieza de ramitas y ramas secas y entresaque de ramillas en los frutales para obtener mejor maduración de los frutos. En los arbustos, cuando crecen excesivamente o se desordenan, se podan recortándolos, pero una vez que la temperatura se estabiliza sobre los 16 grados, situación que se produce hacia el 15 de septiembre.

Tampoco se podan la flor de la pluma, el ciruelo de flor y las coronas del poeta porque estas plantas primero dan flor muy temprano, a salidas del invierno y después hacen sus hojas. Si se recortan las ramillas, simplemente no hay floración porque en ellas están las yemas florales hechas la temporada pasada.

Es importante considerar la fertilización de invierno. Se hace fundamentalmente con Superfosfato triple situado en la proximidad de las raíces. Se hace un complemento con compost o guano mezclado con Germinal o Terramar en las plantas de raíces superficiales, delicadas a las heladas. Es el caso de las rosas, los corcolenes hechos de estacas, las fucsias, los cítricos, las palmeras jóvenes recién trasplantadas, las hortensias recién plantadas.

Esta fertilización asegura una buena floración posterior y es especialmente necesaria en las plantas de larga floración como el Cistus, la Grevillea rosmarinifolia, la rosa Iceberg, el crespón. Lo mismo es válido para el limonero y la higuera.

Se cultivan pensamientos, violas, prímulas, orejas de oso y chinas por su floración en esta época. Para eso se hace una buena preparación de tierra, picando a 30 cm de profundidad, se incorpora Superfosfato triple, compost y guano. Si al picar aparecen gusanos, hay que espolvorear Diazinón, se da vuelta la tierra con la pala, se rastrilla y se planta un mínimo de 8 plantas por metro cuadrado.

También es época de reproducir plantas por estacas de madera dura. No hay que botar los sarmientos de las podas, se pueden convertir en nuevas plantas haciendo estacas de 15 a 20 cm, o con 3 nudos que se plantan en tierra con arena, en arena con perlita, en arena sola, en vermiculita o en tierra de hoja. La estaca se planta de modo que a lo menos un nudo quede enterrado.

El ideal es que se unte la base de la estaca con hormonas enraizantes para que en primavera se obtenga un buen cepellón de raíces. También sirve plantar las estacas muy juntas unas a otras; por ejemplo, en un tarro grande de 2 litros de capacidad, con hoyos sobre la costura inferior para asegurar el drenaje. No se hacen los hoyos en el fondo porque ahí salen las raíces, se oclusiona el escurrimiento de las aguas y muchas plantas sufren en su sistema radicular cuando éste ha incursionado en el suelo.


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