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Leo Rey: “Sigo siendo el rey”

A meses de su salida del grupo que lo acompañó a la fama, el hombre coronado en Viña 2009, dice estar limando asperezas y reconciliándose con el pasado. “Me echan de menos”, dice de sus ex compañeros de La Noche, pero hoy, parece que su felicidad y energías están sólo en su carrera como solista.

03 de Septiembre de 2010 | 17:40 | Ángela Tapia F.
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Ricardo Abarca, El Mercurio.

Después de la tormenta, siempre sale el sol. Sobre todo para quien se considera un rey. Hoy Leo Rey ya se candidatea para cantar nuevamente en la Quinta, esta vez como solista, y no para de hacer presentaciones por el país ni de salir en programas de televisión, donde incluso Stefan Kramer lo imitó cantando, conversando y hasta vendiendo helados.

“Me reí mucho, mucho. Lo único que me incomodó, pero no al nivel de molestarme, fue que no entendí la rutina de los helados, porque no me acuerdo de haber vendido nunca helados, ni soy bueno para los helados y tampoco se me derriten. Le pregunté a Stefan y me dijo que era solamente para potenciar la parodia y nada más, sin ningún ánimo de ofender. Me encantó y me hizo sentir orgulloso, es muy gratificante que alguien te imite”, cuenta el moreno de perfecta melena enrulada y bisos rubios.

El lugar de la entrevista es nada menos que su productora, lugar que hoy organiza sus show por el país, y que promociona sus nuevas canciones “Quiero ser más que tu amigo” o “Te sigo amando”. Dice que esta vez quiere hacer las cosas de manera seria, como una empresa.

Es sorprendente que hace sólo dos meses, este hombre criado en Limache seguía cargando el dolor. A varias semanas después de su renuncia a La Noche, aseguraba estar sólo, sentirse traicionado y hasta dañado tras una enredada historia de intrigas.

Recapitulando una trama que ya muchos conocen, Cecil Leonardo Leiva Reyes –desde hace años Leo Rey- cantaba exitosos temas como “Que nadie se entere”, “Quiero ser libre”, “Ella te fue infiel”, con la famosa frase del grupo que lideraba: “te lo dice La Noche”.

El sonido tropical que amenizaba las fiestas de todas las clases sociales del país, llevó al conjunto hasta el Festival de Viña del Mar, donde recibieron antorchas de plata y oro, y la Gaviota de plata, y donde su vocalista -Leo en persona- fue coronado como Rey del certámen ese verano del 2009.

Pero para la sorpresa de todos -y como suele suceder en las mejores historias de “The E! True Hollwood Story”- tras los aplausos se escondía una disputa entre el cantante, rostro del grupo, y el mánager, de quien se llegó a mencionar la palabra robo porque, según lo declarado por Rey, los salarios no parecían muy acorde con las concurridas presentaciones en el país.

Por eso, tras mucho pensarlo y a través de un mensaje de texto, Leo decidió renunciar al grupo con el que se hizo localmente conocido, pensando que, obviamente, le pedirían que se quedara, porque preferían que se fuera el mánager antes que él y que estaban abiertos a negociar.

El resultado: le desearon suerte como solista y le dijeron que el éxito que había alcanzado se lo debía a La Noche, conjunto que no demoró más de dos semanas en encontrar un nuevo vocalista, Yoan Amor. Para Leo fue un golpe duro.



-En una entrevista que diste a Sergio Paz, se decía que estabas completamente solo, sin amigos, separándote... ¿Sigues guardando el dolor del pasado?

“No, creo que ha sido todo tan positivo, me ha ido tan bien, que ya estoy en la etapa de reconciliación con algunos de los muchachos del grupo. He escuchado por ahí que ellos comentan cosas buenas de mí, me echan de menos, así que estoy feliz sanando algunas heridas que tenía con ellos. Fue desilusionante saber tantas cosas y de un momento determinado sentir que ellos no estaban conmigo y que, en definitiva, me cambiaron por el mánager, cuando todos sabían el problema que había. De hecho, muchos músicos de ahí fueron los que comenzaron con esto que había que cambiarlo y yo solamente me uní a la decisión, pero al final fui el más afectado, ya que me tuve que salir. Cuando me hicieron esa entrevista estaba muy dolido, bastante confundido, pero hoy estoy muy bien con una tremenda familia de amigos, de músicos, y creo que todos los que me acompañan son las personas indicadas. Creo que no me equivoqué al elegirlos, así es que estoy muy bien”.

-¿Esa reconciliación podría significar un eventual regreso de Leo Rey a La Noche?
“No, para nada. La reconciliación es solamente de amistad, de recordar momentos que pasábamos juntos. Yo me juntaba mucho con los músicos en los siete años que trabajé con ellos. De hecho, hay uno que es mi compadre con el que tengo lazos de amistad muy fuertes. Él es padrino de mi hijo y con el que más fuerte fue la pelea, porque me sentí más traicionado. Yo a él lo traje al grupo, una vez que falló uno de los músicos de La Noche, que anecdóticamente trabaja hoy conmigo. Mi compadre me dijo que siempre me iba a seguir si algún día hacía carrera de solista y yo le prometí que siempre lo iba a ayudar mucho más que al resto, porque era mi compadre y mi amigo de muchos años. Pero sentí su deslealtad. Me puso mal que después dijera algunas cosas, como que prácticamente él era el que me había dado el éxito a mí. Esa fue una de las cosas que más me dolieron y es algo que quiero arreglar ya, sanar las heridas y el rencor, que no es una de mis cosas favoritas. El rencor no va conmigo”.

-¿Lograste demostrar que sigues siendo el rey?
“Claro, sigo siendo el rey, así que por ahí le vamos a poner al siguiente disco ‘La magia de la voz’, porque más que sólo el talento musical y lo buen músico que pueda ser la gente, hay que ser persona, muy cercano al público. Y creo que esa es la diferencia que tengo con los demás. Los del grupo La Noche de repente se creyeron más el cuento, decían que me hacían los temas y generaban el éxito, pero el éxito estuvo también porque Leo Rey -como decía Kramer- se quedaba hasta el último ahí, sacándose fotos, dando autógrafos, iba a los hospitales, a los hogares. Me he ganado el cariño del público y es por ser persona”.

-Al final sacas puros saldos positivos.
“Todo positivo”.

-¿El amor también?
“Sí, podría decir que sí. Tengo hartas pololas (ríe)”.

-¿Vives solo?
“En Santiago, sí. Tenemos un departamento donde alojamos a los músicos para que cuando lleguemos de un viaje podamos descansar ahí. Es un departamento que está lleno de camas, lleno de hombres. Es un poco caótico eso”.

-Es de imaginar, con calcetines tirados por todos lados y esas cosas…
“Sí, calcetines quebrados”.

-¿Cómo quebrados?
“De duros que están. Es un departamento bien desordenado porque son puros hombres (12, en total), pero lleno de buena onda, de amistad, de buena vibra. La mayoría de los muchachos son cristianos, así que están muy entregados a Dios; son muy creyentes y creo que con toda la fe que le tenemos, Él también nos está ayudando desde arriba”.

-¿Y la familia?
“Tengo cinco hermanos más. Quiero harto a mi mamá, a mi papá. De hecho, ayer estuve todo el día con él; conversamos de la vida, estaba orgulloso de mí… (Empieza a reír)”.

-¿Qué pasó?

“Es que en un minuto llevábamos una conversación de hombres y me da risa, pero no la puedo contar”.

-¿Hablaron de mujeres? “No precisamente. Conversaciones de hombres, de medidas y todo eso (ríe)”.

-Otro tópico de los hombres son los autos. Pareciera que la mayoría quiere tener un autazo y tú eres uno de los que se dio el gusto. ¿Tener un súper auto aumenta el ego o sólo es visto como un gran juguete por los hombres?
“En mi caso, es como un juguete. Yo manejé desde chiquitito, a los 8 años, el auto de mi papá, que era un Fiat 600 y así aprendí a manejar. Era fanático de los autos; tenía autitos chicos, y cuando veía en la calle uno me quedaba pegado. Desde que he estado con el grupo he tenido seis. Empecé por un Mazda, después pasé por un Subaru, después tuve un Pontiac rojito y ahora tengo un Camaro. Afortunadamente me lo pude comprar y no es para aparentar nada, sino que es mi juguete, me da felicidad y es lo que me permite tener siempre esta sonrisa cuando viene la gente y me pide autógrafos. Hay que pagarlo, eso sí, y hay que trabajar en la música para eso (ríe)”.

-¿Cuál es tu vicio privado?
“¿Cómo qué puede ser?”.

-Algunos dicen que los puros. Otros, algún deporte. Incluso han dicho que se meten palitos a la nariz para hacerse estornudar…
“¡Qué rico meterse un palito para estornudar! Yo también hago lo mismo, porque no puedo estornudar solo. Ocupo un fósforo y me hago cosquillitas. También me gusta mucho jugar PlayStation y la ropa”.

-Te preocupas harto de tu apariencia. ¿Qué es tu prioridad al comenzar el día?
“El pelo, siempre tiene que estar bien peinado, parejito”.

-¿Te echas algún producto?
“Sí, Launol (ríe), lindano, harto sapolio y peine. No, es así mi pelo, no lo cuido tanto, me hecho una cremita para que no se haga frizz no más, pero viene así de fábrica”.


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