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La historia tras la mujer que inventó el fitness moderno

03 de Septiembre de 2010 | 15:09 | EFE
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www.lotteberk.co.uk/

LONDRES.- Lotte Berk, la judía alemana que introdujo en Gran Bretaña la industria del fitness moderno, fue una madre avasalladora y horrible, según relata su hija, Esther Fairfax en un libro que acaba de publicar bajo el título inglés de "My Improper Mother and Me".

Numerosas famosas como las actrices Joan Collins, Britt Ekland, Zoë Wanamaker, o Maureen Lipman, acudieron a partir de los años sesenta a las clases de Berk para mejorar su atractivo físico y poder lucir sus piernas gracias a la minifalda, popularizada entonces por la diseñadora Mary Quant y la modelo Twiggy.

Según el retrato que hace de ella su hija, Lotte Berk era una mujer profundamente neurótica y con una lengua viperina para cualquier otra fémina que se cruzase en su camino, incluida su hija, que osó seguir su profesión.

"Para mí ocupa un lugar junto a Marlene Dietrich y Greta Garbo, es una dura superviviente como ésas. Era difícil vivir con ella, pero al mismo tiempo era de una belleza, un carisma, un talento y una inteligencia tales que yo la adoraba", recuerda su hija en declaraciones al "Daily Telegraph" con motivo de la publicación del libro.

Esther Fairfax, que a sus 76 años, luce un cuerpo firme y esbelto como el que caracterizó a su madre, dice que sólo ahora, siete años después de la muerte de ésa, a los 90 años, comienza a "salir de su sombra".

Según su hija, Lotte Berk era una adicta al chocolate, a la morfina, a los somníferos y sobre todo al sexo y muchas veces la enviaba a casa de otra gente para poder disfrutar sin interrupciones de alguna aventura extraconyugal.

Esther Fairfax cuenta que una vez, cuando tenía quince años, su madre le ofreció un chelín por practicar el sexo oral con un hombre con el que ésa actuaba en un teatro local. Ese mismo año, Esther fue violada por el productor de un espectáculo en el que actuaban sus padres, y la madre se limitó a decirle que "tratara de olvidarlo porque si no, todos podríamos quedarnos sin trabajo".

Lotte Berk nació en Colonia (Alemania) en 1913. Su nombre era Lieselotte Heymansohn y su padre era un sastre judío muy exitoso en su profesión hasta el punto de poder permitirse un chófer, que llevaba a su hija a todas partes.

Lotte aprendió pronto a tocar al piano y se apasionó por la danza moderna, lo que le permitió junto al pasaporte británico de su marido bailarín, Ernest, dejar Alemania en 1933 para escapar de la amenaza nacionalsocialista.

En Gran Bretaña, continuó su carrera de bailarina con el famoso ballet Rambert y con ENSA (Entertainment National Services Associations), compañía que ofrecía espectáculos para las Fuerzas Armadas británicas durante la Segunda Guerra Mundial.

Cuando por culpa de los años tuvo que dejar la danza, comenzó una nueva carrera con sus clases de "fitness", que comenzó a impartir en 1959 y constituyeron en su día toda una novedad.

Su hija, que ha seguido también la profesión de su madre y ha escrito tres libros sobre fitness, confiesa que a sus veintitantos años frente al rechazo que sentía de su madre sufrió una crisis, tuvo que recurrir a los somníferos y terminó casándose con un poeta alcohólico, John Fairfax, del que terminó divorciándose en 1981.