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Mujeres asaltadas cambian sus rutinas

Adaptan sus actividades debido al estrés post traumático manteniéndose, por ejemplo, en vigilancia constante.

03 de Septiembre de 2010 | 14:19 | Emol
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José Miguel Pérez, El Mercurio
Hasta por seis meses, las mujeres asaltadas pueden restringir férreamente sus rutinas como consecuencia del temor que sienten tras haber sido asaltadas en la vía pública.

Así lo revela un estudio de la Universidad de Chile que detectó que tras el hecho delictual las chilenas se mantienen en vigilancia constante, restringiendo sus desplazamientos o haciéndose acompañar en sus salidas.

“El sentimiento de inseguridad, amenaza y tensión permanente ponen a prueba a las personas. De hecho, según estudios de la Fundación Paz Ciudadana las mujeres tienen mayor riesgo de exposición a un asalto que a otro tipo de hecho traumático y presentan mayor probabilidad de desarrollar un trastorno por estrés post traumático”, comentó Laura Rueda.

El estudio realizado por las académicas de la Escuela de Terapia Ocupacional de la Universidad de Chile, Laura Rueda y María Angélica Montenegro fue presentado en el VIII Congreso Latinoamericano y el Primer Congreso Peruano de Terapia Ocupacional, donde recibió la primera mención honrosa del encuentro.

De acuerdo al las mujeres asaltadas se mantenían con una sensación de alerta y vigilancia permanente, así como con angustia y actividad onírica de persecución. Asimismo, habían restringido sus desplazamientos procurando no salir de noche y, en general, se hacían acompañar por alguien.

“De ser mujeres autónomas habían pasado a ser dependientes y algunas evitaban de plano los lugares que juzgaban peligrosos, por ejemplo, le pedían a un familiar que las fuera a buscar al paradero”, apuntó María Angélica Montenegro.

Respecto a los asaltantes, las mujeres revelaron cierta incapacidad para describir en detalle a los sujetos, ello por la rapidez con que había ocurrido el hecho y el impacto de los factores afectivos. “La mayoría sólo pudo aportar con características muy generales, es decir, cuál era el sexo del ladrón, otro grupo bastante más reducido comentó el rango etario del sujeto, así como el medio de desplazamiento en que se movilizaba. Los rasgos fisonómicos específicos escasearon”, añadió Laura Rueda.

Las especialistas señalan que es recomendable que las mujeres reciben ayuda profesional y apoyo para recobrar su independencia, ya que el retorno a sus actividades es siempre en una situación de precariedad en el equilibrio.

“En general quienes fueron asaltadas elaboraron respuestas adaptativas para conseguir el reingreso ocupacional, un desafío que podría verse afectado si sufrieran más agresiones, hecho que podría traducirse en que padecieran disfunciones efectivas”, acotaron las académicas.
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