Nueva York. — ¿Busca novia? ¿Tiene cinco minutos y facilidad para conocer gente nueva?
Los encuentros fugaces para conocerse, en los que se le da unos pocos minutos a dos personas para decidir si quieren verse en el futuro, están siendo promocionados como una alternativa más fresca para las personas que buscan pareja en la internet.
En el barrio neoyorquino de Williamsburg, en Brooklyn, un evento llamado “La internet acabó con tu sociabilidad” atrae cantidades de personas el primer jueves de cada mes y llena un bar con veinteañeros que lucen sombreros tipo fedora.
Julia Segal, de 25 años, creó el evento con la propuesta de pulir la capacidad de socializar de la gente, que está siendo triturada por las redes sociales como Facebook y los servicios cibernéticos que arreglan citas románticas.
“No digo que sea mejor, pero es más divertido”, afirmó Segal. “Tratamos de hacerlo divertido e informal, para que le resulte atractivo a los jóvenes”.
El éxito del evento ha sido tal, que se está programando otro similar en Park Slope, otro barrio de Brooklyn.
Una cantidad de agencias que arreglan encuentros están ofreciendo servicios de citas rápidas. Speed Dating Connections, una firma de Manhattan, dice que arregló 10.000 encuentros en los dos últimos años y que muchos de los interesados tenían pretensiones bien específicas.
Speed Dating Connections lidia mayormente con clientes indios y asiáticos. Y ofrece una cantidad de servicios. Sus ejecutivos dicen que usan criterios muy detallados y buscan, por ejemplo, gente con mascotas, de las fuerzas armadas o con aptitudes atléticas.
El propietario de la agencia Jacob Tanur dice que es lógico tratar de satisfacer el gusto del cliente.
“Todos quieren algo específico en una persona”, comentó. “Una persona atlética no quiere salir con un tipo que se pasa el día viendo televisión”.
En el evento más reciente, unas 20 personas van de mesa en mesa y entablan conversaciones cortas al compás del tema de Roxy Music “Love is the Drug”. Cuando cambia de tema, se inicia otro encuentro.
Al finalizar la sesión, los clientes le entregan notas a Segal en las que dicen si hay alguien que las interesaría volver a ver. Al día siguiente, Segal envía correos electrónicos en los que le revela a cada cliente quienes expresaron interés en él o ella.
David Castillo, de 27 años y uno de los fundadores del servicio de encuentros rápidos, dice que alguien solo puede encontrar una persona compatible mediante contactos en persona. Conoció a su novia hace cuatro años bailando en un club y cree que no es normal arreglar encuentros por la internet.
Ed Cadmus, muchacho de 23 años que vive en Manhattan, no hace encuentros rápidos, pero le gusta ver lo que sucede en esas sesiones. Los curiosos tienen tantas posibilidades de conseguir a alguien como quienes participan en los encuentros. “He visto gente que entabla conversaciones en el bar después de las sesiones”, manifestó.
Tanur cree que quienes apelan a estos servicios no deben esperar encontrar la persona ideal, por lo menos no en lo inmediato.
“El asunto no es buscar alguien con quien pasar el resto de tu vida”, expresó. “Si tienes suerte encuentras alguien con quien pasar el resto de la noche”.
Algunos expertos estiman que estos encuentros rápidos no te ayudarán a hallar el amor de tu vida.
“¿Qué puedes contarle a alguien en esos pocos minutos?”, preguntó April Beyer, fundador y presidente de Beyer and Co., empresa que asesora sobre las relaciones románticas de Los Angeles. “Las mujeres necesitan saber que hay una conexión”.
Según Beyer, los hombres invariablemente eligen la persona equivocada cuando tienen frente a sí un grupo de mujeres atractivas.
“Son como bebés”, declaró. “No puedes presentarles demasiadas opciones. Si los pones delante de 30 mujeres, van a elegir la persona equivocada”.
En los encuentros fugaces, no obstante, reina un aire de sana inocencia.
Emmanuel Cruz, de 25 años, dice que no se pierde nada con probar.
El mes pasado asistió por primera vez a una de estas sesiones con un ojo morado pues poco antes lo habían asaltado. No pasó nada. Espera tener mejor suerte esta vez.
“Probaré una vez más”, dijo. “En realidad, no tengo nada que perder porque no vengo con ninguna expectativa”.