Las cosas no han estado fáciles. Entre rumores y artículos de prensa, las aguas se han visto agitadas en el Sernam.
Carolina Schmidt, quien no acostumbra hacerle el quite a los problemas, tomó el toro por las astas y se reunió hace una semana con todos los funcionarios de su repartición para despejar las dudas.
Y es que entre instructivos poco claros sobre la sexualidad adolescente y nuevos ejes de trabajo que ponen el acento también en la familia, además de la mujer, los sectores más militantes del feminismo se pusieron en pie de guerra.
“En el 99% de las cosas hay acuerdo total de lo que queremos lograr, lo que pasa es que como hay mucho prejuicio en esto, todo el mundo toma posiciones y creo que los prejuicios se van a ir bajando y los temas se van a manejar”, dice.
Para la ministra lo que está pasando era evidente y agrega que al Gobierno “no los asusta. El disenso está bien, pero hay que tener las cosas claras; aquí hay un plan de Gobierno, hay un rol del Sernam que está establecido en la ley y dentro de ello, podrá haber un disenso de cómo hacer las cosas, pero eso es fuente de valor. Bienvenido el disenso siempre que esté encausado en las certezas del plan de Gobierno y la ley del Sernam”.
-Las críticas apuntan a que se logró imponer el ala más conservadora de la derecha.
"Lo descarto absolutamente, porque el Presidente Piñera definió muy bien cuales eran las definiciones específica sobre la cantidad de temáticas en las que pudo haber habido discusión entre las dos alas de la derecha. Lo hizo en la primera reunión de gabinete y tiene que ver con el matrimonio homosexual, el aborto, la píldora del día después, la educación sexual. Todo está definido claramente en el programa de gobierno, por lo tanto, aquí no hay un gallito entre las alas. “Puede haber un prejuicio, pero no podemos hacer una décima diferente a lo que definió el Presidente”.
-Pero hay señales, aisladas, no muy alentadoras. Una virgen al ingreso de la Junji, el instructivo de la minifalda... alertan sensibilidades.
“Alertan sensibilidades que están basadas en el prejuicio o susto, porque no responden ni a un plan de gobierno. La famosa minuta del Sernam sobre sexualidad adolescente fue hecha por un empleado antiguo, no por gente nueva, por lo que no responde a una política pública. Se tomó y agrandó diciendo que había que tener ojo, que se venía el ala conservadora, pero se cayó solo”.
-La mayor sensibilidad está en que se está variando el enfoque del Sernam, desde la mujer hacia la familia, según los nuevos ejes de trabajo. Familia, para algunos, significa mantener a la mujer sujetada a un rol.
“En la ley orgánica que da origen al Sernam está claramente definido el artículo que señala que es obligación del Sernam velar por la familia, así que aquí no se le está cambiando el rol al servicio. Y no sólo defiende la familia, sino también habla de la maternidad.
“En lo otro concuerdo con el feminismo respecto de estar en contra del rol tradicional de la mujer en la familia, pero eso no significa estar en contra de la familia, sino de ese rol tradicional. Si se ve la campaña de corresponsabilidad que estamos impulsando no estamos por quebrar la familia, donde los hombres vayan para un lado y las mujeres para otro, porque eso es fuente de infelicidad. No es que no se pueda hacer y las mujeres somos capaces de salir adelante solas, pero las encuestas te señalan que la mayor fuente de felicidad es la familia y por lo tanto, el anhelo natural es vivir en familia.
“Nosotros decimos que la familia es buena, pero no queremos que replique el modelo del hombre proveedor y la madre cuidadora, porque eso, en la práctica, no permite a la mujer ejercer su libertad de poder desarrollarse plenamente en todos los ámbitos. Queremos que la mujer ejerza su libertad y eso pasa la corresponsabilidad. “Queremos ser un país desarrollado, desarrollado en capital humano y eso no lo vamos a lograr si la mujer se queda restringida al mundo de lo privado”.
-¿Se está dejando atrás el término conciliación que se usó para hablar de mujer, familia y trabajo?
“Lo que pasa es que si se impulsa conciliación, sin corresponsabilidad, efectivamente se da que es la mujer la que termina conciliando y no es eso lo que buscamos. Queremos que hombres y mujeres deban ser capaces de conciliar y entender que ambos son responsables de la crianza, porque sino los hijos crecen con una mirada parcial. Cuando la madre es la única que está a cargo, se invisibiliza la parte del padre que es necesaria. La conciliación la tenemos que buscar para hombres y mujeres”.
-Hay un programa al que le van a introducir modificaciones, el de violencia intrafamiliar. Ustedes se harían cargo ahora de atender a los agresores, pero se levantan resquemores de que se haga en los mismos centros de atención a las mujeres.
“La violencia intrafamiliar es un cáncer que tenemos oculto en la sociedad y lo vemos, básicamente, cuando ocurre un asesinato de una mujer, pero esto pasa en miles de hogares. El 35% de las familias en Chile sufre de violencia intrafamiliar, pero la mayoría no lo denuncia y cuando se pregunta por qué, una de las respuestas mayoritaria es que las cosas no van a cambiar, que el agresor va a estar detenido un par de días y va a volver.
“Por eso, generar un cambio no pasa sólo por atender a la mujer agredida, que es lo primero y lo más importante. Pero hay que hacerse cargo de cambiar las conductas y en el Sernam nunca ha habido duda de hacer esto, sobre todo porque la tasa de recuperación de agresores es altísima en etapas primarias (de 40 a 60%). La duda y discusión fue si atenderlo o no en las mismas casas de la mujer. Hay países que lo hacen ahí y en etapas avanzadas se atiende incluso a las parejas. En el plan piloto que vamos a hacer, que es con voluntarios y hombres que cumplan cierto perfil, se van a hacer en otras dependencias con los ejecutores como el Hogar de Cristo, los municipios. Esto parte en enero y ahí lo vamos a evaluar”.
-De los programas que venían de gobiernos anteriores, ¿se va a abandonar a alguno?
“No, lo que estamos hacendo es focalizando. El Presidente nos ha pedido que veamos el impacto de los programas sociales y hasta ahora la evaluación era de cobertura, pero no hay información sobre otras cosas como si cumplimos las metas que nos habíamos planteado. Si a las mujeres que les hicimos habilitación laboral, encontraron un trabajo o en emprendimiento, fueron capaces de generar un ingreso en el tiempo. Esto hay que ordenarlo y focalizarlo para generar mayor impacto.
“También los vamos a focalizar. En el programa de participación se hacía en mesas de trabajo comunitaria, en cambio hoy el foco es que las mujeres se integren en los sindicatos que es donde se toman las decisiones. También queremos hacerlo con las asociaciones gremiales donde hay baja participación y lo mismo con política. Queremos que las mujeres tengan posibilidad de participar en las instancias de toma de decisiones, pero los perfiles para cada caso son muy distintos”.
-¿Eso significa que van a seguir adelante con el proyecto de participación igualitaria en política postulado por el gobierno de Bachelet?
“El Presidente fue claro en cuanto a que el gobierno no está de acuerdo con una ley de cuotas...”
-Pero ese proyecto no es una ley de cuotas.
“El Gobierno está por una ley que incentive la participación de las mujeres en la política, incluso con un apoyo pecuniario a los partidos políticos. Eso se puede hacer por una reforma a la ley de partidos políticos”.
-Un tema vital hoy es la extensión del post natal. ¿Se convertirá en un problema desde el momento que le piden al Presidente cumplir su palabra?
“Hay que ser claros, es un compromiso del Presidente extender el post natal y en su programa de gobierno está explicitado. Pero el post natal es parte de una legislación laboral que toca la maternidad y que es tremendamente antigua y castigadora con las mujeres. Fue hecha con una mentalidad donde se hablaba del binomio madre-hijo y no el trinomio madre-padre-hijo.
“Esta legislación carga todos los costos de la maternidad a la contratación de mujeres y es la gran responsable de la dificultad que tienen las mujeres de ingresar al mercado formal. Y afecta a los sectores más vulnerables.
“Extender el post natal no va a solucionar los problemas y para eso hay que modernizar la legislación para que se genere una corresponsabilidad. Cómo se va a cumplir el compromiso de la campaña cuando pasa por idear una formula que impida que esto se convierta en un mayor impuesto a la contratación de mujeres, e implica cambiar una serie de leyes.
“Extender sólo e post natal de una manera rígida puede convertirse en eso, en un impuesto y por eso, el plan es modificar un conjunto de leyes, que son cinco”.
-Pueden las mujeres perder algún derecho adquirido?
"Imposible, no se van a tocar los derechos adquiridos de las mujeres. Lo que se busca en legislación es mejorar los derechos de las mujeres para que podamos efectivamente cumplir con tres objetivos: que podamos cuidar de mejor manera nuestros hijos; que la ampliación del post natal se haga en conjunto con la modificación de otras leyes para que no se transforme en un impuesto a la contratación y que genere una señal clara de corresponsabilidad entre padres y madres”.