MADRID. - La lencería y los colores vivos del lunes dejaron paso el martes a un aire más sofisticado, con sombreros elegantes y vestidos de fiesta en la Cibeles Fashion Week, que en esta edición recoge los diseños para la próxima temporada primavera-verano.
Alma Aguilar abrió el día desplegando en su pasarela un decorado ecuestre, con modelos apropiados para las carreras de Ascot. Los sombreros, entre la fantasía y lo recatado, fueron los protagonistas absolutos de la colección, combinados con vestidos y chaquetas.
Después fue el turno de Devota & Lomba, con una propuesta de figuras esbeltas construidas con tejidos vaporosos y estampados multicolor, aunque sin resultar estridentes.
Hannibal Laguna fue el más sofisticado de la jornada. Su desfile presentó a la mujer fatal de la próxima temporada, que no renuncia ni a los vestidos negros y ceñidos más elegantes ni a las plumas o el encaje, con toques burdeos en telas brillantes.
Más discreto fue Roberto Torretta, con una colección en la que el color es uniforme y no se combina con elementos discordantes. Un buen ejemplo fue el largo vestido azul usado por la modelo Nieves Alvarez. Y un apunte más: los zapatos de tacón con plataforma siguen de actualidad.
Angel Schlesser, con sus elegantes abrigos vestido y nuevamente sus blancos y negro; Roberto Verino, con una mujer gótica, chica disco, con gasas y predominio de negros con algún toque de fucsia; y Miriam Ocáriz, que dibujó estampados y colores pastel en un ejercicio femenino y romántico, completaron el penúltimo día de desfiles en Madrid.