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Gabriela Rosende: “El accidente no es un fortuito, es un siniestro que se puede prevenir”

La secretaria ejecutiva enfrenta las altas tasas de accidentes y mortalidad en nuestras calles. Afirma que los conductores están poco educados o mal educados.

23 de Septiembre de 2010 | 10:08 | Por María José Errázuriz L.
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Héctor Yañez, El Mecurio

Las proyecciones hechas por la autoridad estuvieron cerca de la realidad. Si bien no se llegó a los 40 muertos en el largo fin de semana de Fiestas Patrias, la cifra alcanzó los 36 fallecidos en accidentes de tránsito, considerando colisiones y atropellos, siendo estos últimos los de mayor cuantía.


Pareciera que las campañas y advertencia tuvieron cierto impacto entre los que conducen, pero no así entre quienes caminaron por caminos rurales y carreteras bajo el efecto de alcohol.


La muerte por accidentes de tránsito va a pasos agigantados a convertirse, el 2020, en la tercera causa de muerte en el país, después de las enfermedades cardíacas.


La secretaria ejecutiva del Conaset, Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito, Gabriela Rosende, tenía claro el desafío del fin de semana, más considerando que en Chile mueren 4,8 personas por cada 10 mil vehículos que circulan por las calles y las celebraciones de este año eran más largas.



-¿Parece que la salud de los chilenos se está poniendo en juego en las calles?
“Sí, eso es una realidad. En Chile, los que más fallecen por siniestros de tránsito son los jóvenes de 15 a 33 años y hoy el Gobierno quiere lanzar un programa destinado a atacar esto desde la perspectiva de las causas, que es generalmente el alcohol. Siempre está asociado a un accidente un joven conductor hombre bajo el efecto del alcohol”.


Para Gabriela el trasfondo de esta realidad tiene que ver con que las personas consideran al accidente de tránsito como un hecho fortuito que ocurre en la calle y no como un siniestro, un acto, que se puede prevenir. “Y esa mirada es la que queremos cambiar”, dice.

-¿La curva de accidentes de tránsito se ha ido acentuando en estos años?
“No, se ha ido manteniendo. La tasa de accidentabilidad se ha mantenido pese al crecimiento del parque vehicular. Hace unos años era de 600 mil vehículos y hoy hablamos de 3 millones; con esto nuestro índice es que por 10 mil vehículos fallecen 4,8 personas, pero en Europa, en países desarrollados, los indicadores hablan de 1 persona.
“Si bien, en el plano latinoamericano, estamos bastante bien, si nos comparamos con países desarrollados, a lo cual debemos aspirar, estamos muy por debajo”.

-¿Qué hace que Chile verifique este fenómeno de esta manera?
“Inciden muchos factores; el vial, el vehicular y el humano, que es el principal. La educación tiene también mucho que ver y en eso estamos en falta, porque si bien se le considera en la ley del Ministerio de Educación, los contenidos son parte de los objetivos transversales del currículo y no una materia. Esto hace que no necesariamente los contenidos se absorben cuando se hable del autocuidado, valorar la vida y cuidar la sana convivencia”.

-¿Qué tan alta está siendo la incidencia del alcohol en esto?
“Es bastante alto, el 22% de los fallecidos en accidentes de tránsito presentaban alcohol en la sangre o éste estaba presente en el hecho. Esto se da más o menos en las mismas proporciones que en otros países, igual que el no uso de cinturón de seguridad.
“Estos son temas mundiales que la OMS define como necesarias a ser abordadas por los países, especialmente en medidas de seguridad, prevención del consumo de alcohol y disminución de la velocidad. Si estos fueran bien abordados mejorarían las tasas de siniestralidad y fatalidad”.

 -¿Cuánto juega en esto el factor agresividad de los conductores?
“El tema de la agresividad lo hemos visto en la imprudencia. La simple observación nos permite mirar que en esto ha cambiado el panorama; cuando se producen atochamiento saltan las personalidades agresivas que tocan las bocinas, echan el auto encima; si uno sabe que tiene el tiempo suficiente, sabrá esperar.
“Un estudio reciente del Automóvil Club determinó que después del terremoto estas conductas agresivas se acentuaron. En Chile la imprudencia del conductor, del peatón y la presencia del alcohol son los principales factores y gracias a que se han mejorado los estándares de seguridad y las redes viales, las cifras no son más altas”.

-¿Tenemos conductores poco educados o mal educados en el manejo?
“Las dos cosas. En Chile, para obtener carné no es obligatorio ir a una escuela de conducción y las personas pueden aprender cómo pueda, dónde quiera. Esto es un tema, porque si el que enseña es el papá, el amigo, transmite las mañas y el conductor no estará formado de manera ideal.
“Nosotros también hacemos una distinción entre manejar, que es mover el vehículo, a conducir, que tiene que ver con conocer los aspectos de seguridad, de respeto y en esto hay una mala educación. Hay una mezcla entre los conocimientos que se deben entregar en una escuela de conducción y los conocimientos blandos que tienen que ver con un aprendizaje de vida”.

-¿Definitivamente es un mito que las mujeres conduzcan mal?
“Es un mito, porque con sólo ver las estadísticas demuestran que los que más participan y fallecen en siniestros de tránsito son hombres. Los psicólogos lo han dicho, los hombres son más agresivos y más temerarios y las mujeres son mucho más preventivas, inseguras y cuidadosas lo que nos juega a favor. Y no tiene que ver con que las mujeres manejen menos, la cifra incluye a conductores, pasajeros y peatones”.

-¿Qué explicación das a todo esto?
“Esto tiene que ver con el hecho de que las personas creen que esto no les va a pasar a ellos, sino a otro. Dicen manejar bien por lo que la posibilidad es baja. Además, tiene que ver con la mirada de que esto es un fortuito y no un siniestro que se puede prevenir.
“La persona que va a exceso de velocidad, sabe que si se le presenta un obstáculo, va a enfrentar un accidente grave, lo que indica que todo se puede evitar. Hay que ser más consciente del riesgo y no confiarse mucho en las propias capacidades.
“El tema conductual es un tema muy difícil de manejar a nivel mundial tanto en conductores como peatones”.

-¿Los jóvenes han cambiado su conducta? La última encuesta del Conace dice que bajaron su consumo de alcohol quizás impactados por los accidentes de tránsito.
“No, no la han cambiado. Si bien las cifras han bajado, ese análisis es muy simple. El Ministerio de Salud afirma que la baja en el consumo no es relevante aún para las políticas públicas de prevención. Nosotros, como Conaset, seguiremos enfocándonos en ellos, porque los jóvenes son mucho más temerarios, pierden la noción del riesgo y tienen mayor acceso al vehículo, lo que puede hacer que exponencialmente las cifras crezcan”.


Mirando la experiencia extranjera, Gabriela Rosende señala que no es tan fácil como parece copiar y aplicar experiencias foráneas acá. Entre ellas, está el tema de la licencia por puntaje que en algunos países como España ha dado muy buenos resultados.


Señala que si bien el tema se asumió como una iniciativa en el gobierno de Michelle Bachelet, hoy, el Gobierno está revisando el tema porque para que su aplicación resulte se deben tomar muchas medidas.

“Hay que evitar que el sistema se desprestigie. Para eso tienen que estar en línea el Registro Civil con los juzgados de Policía Local y crear estos últimos en donde no los hay. Esta conectividad es cara. Además, la idea es sancionar al mal conductor, pero debe haber un período de marcha blanca”, explica.


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