Conocidos como prácticamente los únicos chilenos que hoy se ganan la vida con la magia moderna -esa ilusionista que convoca masas, más mediática, tal vez, que la de los conejos que salen del sombrero de copa- el dúo de Magictwins se define como rockero dentro de su estilo y afirman no conformarse con la fama local. Tal como cualquier tenista declararía, su objetivo es estar entre los 10 mejores del mundo.
Hasta ahora, el camino no se ha dado por arte de magia. Se conocieron hace más de 7 años en un encuentro de magos, donde quedaron sentados uno al lado del otro. Comenzaron a hablar de lo que querían alcanzar -un espectáculo como Mayumana o Blue Man Group- y no pararon de lanzar ideas hasta el día de hoy, en que acumulan cerca de 600 show realizados. “Fue así de rápido. Nos dimos cuenta que había mucha similitud en nuestro pensamiento. Conectamos muchas ideas y dijimos ‘ya, tenemos que empezar a trabajar juntos. Nos contrató una empresa y salió increíble. Claro, era más close-up, efectos con cartas, monedas, robos de relojes”, comenta el magictwin menor, Jean Paul.
Si bien él tiene 24, versus los 31 de Nicolás, parece ser el más cuerdo. O al menos eso es lo que dice su productor, Alberto Gómez, el que ha estado presente durante toda esta entrevista y quien apareció hace 3 años en Magictwins para aumentar la empresa de dos a doce personas, entre iluminadores, sonidistas, bailarinas y todo lo que un show de magia requiere, además de hacer como mediador entre Olhaberry y Luisetti.
“Queremos una carrera internacional, pero aquí en Chile quedan muchas cosas por hacer. Es un muy buen mercado para nosotros en este minuto, y estamos muy felices de dar alegría a mucha gente que necesita ver este arte”, comenta Nicolás, en uno de los instantes en que pudo mantenerse quieto en un sillón, sin tirarse del pelo ni ponerse de pie para mirar qué sucede afuera.
Tanto él como Jean Paul, comentan que su siguiente acto masivo tiene como fecha tentativa abril de 2011, y que planean sostener con sus manos cerca de 2 toneladas. El lugar más probable para la hazaña será Plaza de Armas. Ambos concuerdan en que no hay imposibles para ellos ni para la magia.
-¿Durante este tiempo, han sufrido accidentes en los ensayos o en una presentación?
JP: “Una vez nos pasó cuando estábamos en un ensayo en un tanque de agua. Era muy difícil, porque había que mantener la respiración y llegó un momento en que nos vimos complicados y tuvimos que parar”.
N: “O el mismo récord mundial, que nos propusimos 200 minutos, y al minuto 25 yo estaba acalambrado, tenía problemas en las piernas, pero tenía que olvidarme del dolor”.
-¿Lo del tanque de agua fue como el peligroso y fallido truco del mago Oli?
JP: “Claro. Eso sí, el mago Oli lo vivió en vivo. Fue un caso mucho más heavy. Nosotros, en sacar una ilusión, nos demoramos alrededor de 6 meses, porque el ensayo tiene que ser tal a la perfección, que cuando se presenta al público, no puede haber ningún detalle que pudiera fallar. Al mago Oli, no sé bien qué le pasó, pero sé que es un efecto muy difícil de hacer. No pierde mérito, porque ya el atreverse a hacer un efecto así, es porque se tienen cojones.
“A diferencia de otras artes, la magia es una donde el riesgo es real y es parte del mago. El mago, sin el riesgo, no vive la magia”.
-¿Hay algún truco o ilusión que no harían por los riesgos que corren?
N: “No, nuestro emblema siempre ha sido el impacto y los desafíos, atreverse a hacer cualquier cosa. De hecho, nuestro show no va por el lado del humor, sino que por el del impacto mismo. Así que nos preocupamos de buscar cosas que nos lleven a hacer actividades extremas, que no todos puedan hacer”.
JP: “No hay límites. Nos gusta la adrenalina”.
-En la película “El gran truco” aparecen rivalidades entre los amigos magos. ¿Han tenido conflictos en estos 7 años?
JP: “Lo dijo” (señala, advirtiendo que es un tema sensible).
Alberto: “Terrible. A cada rato”.
N: Lo que pasa es que hay muchos conflictos de ideas, porque los dos queremos lo mejor para Magictwins, y siempre queremos llegar a lo más sensato e inteligente, pero cada uno tiene sus propias ideas y se producen roces”.
JP: “Claro, roces de ideas. Somos dos entes pensantes. Pero por suerte está Alberto que es el mediador”.
Alberto: “Pero al final se solucionan las cosas. Son como peleas de hermanos, porque hay mucho cariño”.
JP: “Lo dijo”.
-¿Han habido combos?
N: “No. Sí mandadas a la cresta, pero ya pasamos la etapa más conflictiva, que era cuando hacíamos de todo los dos solos, desde cargar el camión hasta montar. Estábamos todo el día juntos y hacíamos las pegas más duras. Ahora está todo mucho más tranquilo y ordenado”.
JP: “Pero llegar hasta este punto costó muchísimo”.
-¿Cómo han sentido la respuesta del público? ¿Los chilenos aún mantienen su capacidad de asombro?
JP: “Creo que a la gente le gusta ese reencanto y quiere volver a la inocencia, a eso de ser más niños y vivir cosas especiales; de tener algo que no entienden cómo sucede y poder sorprenderse, porque es la sorpresa lo que se ha ido perdiendo con el tiempo, de tanto internet, de poder ver qué es lo que pasa en China o Irlanda. La magia es lo único que mantiene ese misticismo. Por eso es tan importante su labor dentro de las artes, porque mantiene ese secreto que se traspasa de generación en generación”.
N: “También la gente agradece y valora nuestro camino. Ya llevamos más de 7 años como empresa, y hemos demostrado tanto en televisión como en hitos urbanos o show de empresas todo nuestro trayecto, que ha sido 100% dedicado a la magia, y no como hobby, sino como un trabajo profesional. Cuando hicimos el record mundial, llegaron más de 5 mil personas”.
-¿Creen que han llegado a dinamizar la magia en Chile?
JP: “Lo que pasa es que estaba dormida. Desde el mago Oli o Larraín, se durmió mucho tiempo la magia y se estaba viendo una que estaba desde hace mucho tiempo haciéndose, que era con frac, con palomas, con conejos. Ahora viene una revolución, un despertar muy fuerte, que en Chile se dio con nosotros y en EE.UU. con David Blane y Criss Angel, pero ha sido a nivel mundial. Muchos magos están volviendo a los efectos antiguos, pero revolucionándolos con los medios y tecnología que hay hoy en día”.
-¿Los magos de capa y sombrero están en retirada?
N: “Un poco obsoletos ya”.
JP: “No, son otros estilos. Hay mucha gente que le gusta ese tipo de magia, la clásica. A mí me gusta mucho verla. Es como escuchar los estilos de música; está el rock, el blues o el jazz”.
-¿Ustedes son los rockeros?
N: “Sí. Magictwins tiene como eslogan ‘energía en potencia’ y a la larga eso es lo que queremos demostrar en el escenario, mucha fuerza”.
-¿Ni siquiera tienen sombrero de copa y un conejo por el romanticismo?
N: “No”.
JP: “Yo sí tengo ese recuerdo romántico. Me gusta mucho la historia de los magos antiguos, de (Howard) Thurston, (Harry) Houdini, magos de esa época, del estilo de ‘El ilusionista’ o ‘El gran truco’; la magia de 1800 que era mucho más sutil. Es como la poesía de la magia, pero la nuestra es otra cosa”.
-¿Cómo es la vida de un mago?
N: “Más que mago, yo hablaría de un artista de sangre, que siempre se ha caracterizado por ser un poquito desordenado y bohemio, como muy desparramado. Piensas en magia las 24 horas. De hecho, la familia tiene que aterrizarte un poquito, bajarte del columpio, porque dejas otras cosas de lado. Así soy yo por lo menos. ¿Y en tu caso?”
JP: “En mi caso, lo mismo, y me quieren echar de la casa hace rato. Tengo lleno de cosas, aparatos, artefactos, libros, videos. Tengo como 3 piezas de mi casa llenas de magia”.
-¿Qué es lo mejor y lo peor de trabajar con la magia?
N: “Que puedes conquistar a tu público”.
JP: “Para mí es sorprender”.
N: “¡Claro, eso! Sorprender, asombrar, hacer feliz a tu público”.
JP: “Me robó la respuesta. Lo mejor es que en la magia nada es imposible. Lo que se te meta en la cabeza lo puedes lograr”.
N: “Lo peor es que no sabes parar, porque la máquina te agarra y es como una bola de nieve a la que no sabes cómo ponerle stop y ordenar un poco tu vida. La magia nos absorbe muchísimo porque nos pusimos una meta muy alta”.
-¿Cuáles?
N: “Una carrera internacional, estar entre los diez mejores magos e ilusionistas del mundo y tener un espectáculo de calidad; llegar a la perfección como show. Y eso no depende sólo de nosotros, sino que de todo un equipo de trabajo. Por eso es que es tan importante que seamos doce personas trabajando juntas”.
JP: “Estar en Las Vegas, llevar nuestro espectáculo al Mirage, como estuvo David Copperfield, Siegfried & Roy y los grandes magos”.
- Siegfried & Roy tenían su tigre blanco. ¿Tendrían una mascota como ellos?
JP: “No trabajamos mucho con animales, sólo con un patito, Freddie. Él vive con Alberto y tiene su show especial: desaparece y viaja a través del tiempo. Los animales sufren mucho para lograr estar en un espectáculo, sobre todo cuando son exóticos, pero en el caso de Freddie, él está ahí no más, no hace mucho ni está entrenado. Simplemente, aparece y desaparece”.
-¿Cuál es su vicio privado?
JP: “A mí me gustan mucho las películas de Jodorowsky, lo freak de su postura y la psicomagia. Él juega mucho con el origen de la magia, de cómo el efecto puede transformar las enfermedades en la mente de las personas. En el chamanismo, había una persona a la que le dolía algo, y llegaba el chamán con una piedra blanca que le ponía sobre el dolor y luego la cambiaba por una negra, pero la persona pensaba que se había sanado. Jodorowsky agarró todo eso y lo transformó a la psicología. He estudiado cursos con él, es muy interesante.
“A este gallo (Nicolás) le gusta Candy”.
N: “Soy cafetero, pero eso es muy fome”.
-Quizás por eso eres tan inquieto.
N: “Siempre ando muy loco y revolucionado.
“También me gusta agarrarme el pelo y tirarlo”.
JP: “Le gusta sacarse los mocos a este gallo (Jean Paul se retira de la sala)”.
N: “(Quien también sale de la habitación, pero vuelve a entrar por unos segundos) Soy muy ansioso, muy nervioso. No puedo estar sin hacer nada, ¿cachái? Necesito estar haciendo algo”.