Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile han avanzado en dilucidar algunos de los misterios de la placenta disfuncional que estaría implicada en la preeclampsia, enfermedad que afecta hasta al 7% de las mujeres embarazadas.
Se trata de una afección que genera hipertensión arterial, sobre todo durante el último trimestre de la gestación, y que puede obligar al médico a adelantar el parto para evitar poner en peligro la vida de la madre o de su hijo. Asimismo, la preeclampsia suele ser responsable de que los bebés nazcan pequeños para la edad gestacional.
Según explica Cleo Bosco, investigadora del Programa de Anatomía y Biología del Desarrollo del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad de Chile, la preeclampsia tiene un origen multifactorial y que incluye, entre otros, aspectos genéticos, vasculares, inmunitarios y nutricionales.
Sin embargo, una vez ocurrido el nacimiento y la expulsión de la placenta, la patología y sus síntomas desaparecen por completo en la madre.
Importantes descubrimientosLos hallazgos del equipo chileno han sido publicados en prestigiosas revistas internacionales como "Histology and Histopathology" y "Cardiovascular & Hematological Agents in Medicinal Chemistry". El primero de ellos reveló que el sistema extravascular contráctil de la placenta, que regula el flujo sanguíneo desde el órgano hacia el feto, está modificado en las mujeres con preeclampsia.
Los científicos no encontraron la molécula trombomodulina en el endotelio de los vasos sanguíneos de la placenta, sino fuera de ellos, es decir, en las células del sistema extravascular contráctil.
"Esta molécula que regula la hemostasis está directamente relacionada con el óxido nítrico cuya función es vasodilatadora y, por lo tanto, mantiene el adecuado flujo sanguíneo hacia el feto, lo que incide directamente en su normal crecimiento. Por lo tanto, el hecho de que la trombomodulina se encuentre expresada en otras zonas sería un recurso de adaptación de este órgano para suplir una placentación anómala en el endometrio", explica Bosco.
Otro descubrimiento tiene que ver con el factor angiogénico VEGF que está elevado en la placenta anómala, aumentando la producción de óxido nítrico y, en consecuencia, la vasodilatación e irrigación.
Los investigadores chilenos determinaron que el VEGF se manifestaba en la capa muscular de los vasos placentarios, un lugar donde nunca antes había sido descrito.
"Ahora sabemos que además del endotelio, que sintetiza el vasodilatador, la fibra muscular lisa también cumple con esta función cuando hay de por medio preeclampsia. Sería, como en el caso de la trombomodulina, una adaptación del órgano en favor del buen crecimiento fetal", apunta Bosco.
Sin embargo, cuando el óxido nítrico reacciona con otros productos que se generan en el estrés oxidativo, se produce una molécula extremadamente dañina llamada peroxinitrito. "Cuando la placenta logra dominar el estrés oxidativo evita la producción de esta molécula tan perjudicial, pero si no consigue regular el sistema con sus propias enzimas antioxidantes, entonces se corre el riesgo de un daño en el órgano que conlleva a preeclampsia severa y al nacimiento de niños pequeños para la edad gestacional", explica la especialista.
Por esta razón, para evitar el estrés oxidativo, los científicos suministraron vitaminas C y E a madres con signos iniciales de preeclampsia. Sin embargo, la medida no logró el objetivo, por lo que actualmente están trabajando con otras alternativas terapéuticas.
"La idea es frenar el estrés oxidativo para que la generación de óxido nítrico no se desvíe a la producción de peroxinitrito", concluye Bosco.