Agencias
PARÍS.- El gobierno francés aprobó hoy un proyecto de ley para permitir levantar el anonimato de los donantes de esperma, una medida polémica que puede reducir las donaciones.
El texto, que será debatido por las cámaras, prevé que los hijos nacidos de esperma donado puedan rastrear la identidad de su padre biológico, algo que hasta ahora no era posible en Francia.
La medida, que en ningún caso tendrá carácter retroactivo, impondrá que todo donante de esperma autorice que el receptor pueda en el momento que lo desee conocer su identidad.
Ese punto es el que más polémica crea, puesto que las asociaciones de promoción de la fecundación artificial estiman que puede disuadir a los donantes.
Éstas justifican sus advertencias con diversos estudios, como uno que señala que el 70 por ciento de los donantes es favorable a que se mantenga el anonimato y, de ellos, el 60% asegura que renunciaría a hacerlo si debe revelar su identidad.
La medida tiene un impacto limitado, puesto que de los 50.000 niños nacidos en Francia fruto de una donación de esperma desde 1973, apenas un centenar se han interesado por la identidad del donante.
Tampoco los padres legales de esos niños parecen favorables a la medida, según un estudio, que muestra que el 90% de los hombres y el 95% de las mujeres son contrarios a levantar el anonimato.
Un cuarto de ellos asegura incluso que renunciarían a su proyecto de fecundación artificial si su futuro hijo tuviera la posibilidad de conocer la identidad del padre biológico.
La ley cuenta también con sus defensores, que aseguran que en el Reino Unido el número de donantes creció cuando en 2005 se levantó el anonimato.
El Gobierno asegura que con esta medida persigue "tener más en cuenta los intereses de los niños" y "responsabilizar la donación sin imponer al donante la obligación de revelar su identidad".
El levantamiento del anonimato de los donantes de esperma se inscribe dentro de un proyecto de ley más amplio que también prevé las donaciones de órganos anónimas.
Esta medida está pensada para casos particulares en los que una persona quiera donar un órgano a otra, pero que sean incompatibles.
En ese caso, ambos quedarán inscritos en un registro anónimo, de forma que el órgano del donante vaya a un paciente compatible y el candidato al trasplante reciba un órgano de un donante desconocido.
El Ministerio de Sanidad prevé que la medida permita aumentar en más de cien el número de trasplantes anuales.