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¿Habrá consenso sobre idea de “bajarse” de los tacos para ir a trabajar?

Las opiniones van desde que es una buena iniciativa, hasta que es poco glamoroso.

03 de Noviembre de 2010 | 16:50 | Por M. Francisca Prieto, Emol
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Más de 3.600 esguinces de tobillo, 7.000 accidentes de trayecto y 32.600 días de reposo causa al año el uso de zapatos de taco alto entre las mujeres, según datos de la Asociación Chilena de Seguridad (Achs). Pero eso no es todo. Esta costumbre también da origen a contusiones múltiples, de manos y/o muñeca, y de rodillas.

Es por esto que hace algunas semanas la entidad decidió lanzar la campaña "La hora del taco terminó" para que las chilenas usen zapatillas o zapatos planos a la ida y regreso de sus trabajos. Para eso fichó a varios rostros conocidos, entre ellos la conductora de Mega Catalina Edwards y la ex ministra de Minería Karen Poniachik.

Según Álex Vaisman, traumatólogo de Clínica Alemana, la iniciativa de la Achs es "indudablemente" positiva, pero apunta más a disminuir las lesiones traumáticas que las de sobrecarga producidas por el uso de tacos altos.

Esto porque además de causar esguinces o contusiones, los zapatos que tienen más de cinco centímetros de desnivel entre la punta y el talón pueden:

1.- Acortar la pantorrilla y el tendón de Aquiles, produciendo dolor e inflamación.

2.- Trasladar la carga del cuerpo hacia la parte anterior del pie, causando inflamación de los huesos.

3.- Generar sobrecarga en las rodillas y caderas por postura inadecuada.

4.- Producir hiperlordosis a nivel lumbar y una sobrecarga en la parte posterior de la columna.

"En el fondo, el eliminar los tacos altos nos va a evitar estas lesiones traumáticas directas, que son muchas, pero también va a prevenir una serie de lesiones por sobrecarga que probablemente son muchas más todavía, pero que no están cuantificadas", sostiene el traumatólogo.

Para evitarlas, Vaisman explica que lo recomendable es usar tacos de hasta cuatro centímetros como máximo. En el caso de las plataformas o terraplenes, puede ser que no causen lesiones por sobrecarga, pero sí traumáticas, ya que la elevación hace que las mujeres corran más riesgos de torcerse un pie o tropezarse.

Desde el punto de vista estético

Les preguntamos a tres conocidos diseñadores chilenos su opinión sobre la iniciativa y qué posibilidades hay de que se imponga en Chile. Aquí van sus respuestas.

"Lo hallo maravilloso, fantástico", afirma convencido Luciano Brancoli, quien agrega que hoy las chilenas están acostumbradas a usar tacos demasiado altos. "Yo creo que no queda otra. La mujer no aguanta caminando o manejando con esos zapatos, es muy incómodo", asegura.

El diseñador pone como ejemplo Nueva York, donde las mujeres caminan por las calles con trajes de dos piezas y zapatillas, y Europa, donde sólo salen con los tacos puestos en la noche.

"El zapato de taco alto te hace mejor facha, pero para el rato no más", añade y manifiesta su confianza en que la tendencia se imponga en Chile. "Cuando las mujeres chilenas viajan afuera hacen eso (ponerse zapatillas en lugar de tacos altos). Entonces ¿por qué no lo van a hacer en su propia patria?".

Por su parte, Rubén Campos considera que la campaña de la Achs es "buena", sobre todo para las mujeres que tienen que subirse y bajarse de buses, metros, etc. Sin embargo, el diseñador estima que es difícil que la moda entre con fuerza en Chile donde -a su juicio- ya hay poco glamour para vestirse. "¡Imagínate sin tacos!", señala.

No obstante, Campos cree que como las mujeres van priorizando la comodidad cada vez más, "cada una lo adoptará en la medida en que se sienta cómoda y confortable".

En tanto, Ricardo Oyarzún es tajante en decir que la idea de "bajarse" de los tacos para ir a trabajar le parece "bastante poco glamorosa".

"A lo mejor desde el punto de vista práctico pudiera ser positivo, pero desde el punto de vista estético, de la femineidad, me parece poco glamoroso", afirma.

Por esta razón, el diseñador cree que no funcionará en nuestro país, porque -explica- las mujeres chilenas siempre quieren verse bien, "entonces van a privilegiar esa sensación, a andar cómoda". "(Las europeas o neoyorquinas) son menos sexy, más frías, menos preocupadas de la apariencia. En cambio, la mujer latina es más picarona, más sabrosa, más femenina", añade.

Asimismo, Oyarzún agrega que el hecho de arreglarse para ir a trabajar "no cuadraría mucho" con ponerse zapatillas. "Habría una incongruencia en los vestuarios", dice, y sugiere una solución: irse con buzo y zapatillas, y en el trabajo cambiarse toda la ropa.

Finalmente, el diseñador sostiene que el hábito de ir al trabajo y regresar a la casa en zapatillas responde a una mentalidad diferente a la latina. "Las costumbres no pueden ser comunes, tienen que ser ad hoc a la idiosincrasia de los pueblos", concluye.

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