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Aprende a hablarle a una mujer

Suena simple, pero entablar una primera conversación con ellas, sobre todo cuando se trata de ser galán, no es pan comido. Por eso, y varios motivos que pueden llevar al fracaso a una futura relación, un hombre lanzó un libro para aconsejar a su género qué hacer y cómo comprender lo que ellas quieren.

23 de Noviembre de 2010 | 12:19 | Emol
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Estás en un bar y ves que en la otra mesa una mujer no para de mirarte. Es bonita, y a medida que pasan los minutos, no encuentras la hora de poder acercarte para hablarle. Después de esperar paciente a que ella se parara para ir al baño, simulas que tú también vas, y cruzas los dedos para poder encontrártela en el camino. Como las estrellas están alineadas esa noche, quedas frente a ella, quien se muestra totalmente receptiva para conversar. Pero ya sea porque ella es de Venus y tú de Marte, o porque simplemente, la chispa te abandonó cuando más la necesitabas, todo termina en un fiasco, cuando, tras preguntarle cómo se llamaba y cuantos años tenía, ella se disculpó y volvió rauda a su asiento, lejos de ti.

“No hay mujeres malas, sólo hombres débiles”, asegura el periodista español Carlos Burgos, quien, basándose en las consultas y relatos de los usuarios de minovia.es (hoy empareja2.es) lanzó un libro para explicar con detalle el porqué las mujeres son como son, porqué muchas veces se fracasa al tratar de conquistarlas y qué se debe hacer para tener éxito amoroso. El título del texto es nada menos que “Cómo dejar de ser un single” (Styria).

Entre sus varios consejos, el autor explica que “la comunicación es uno de los gérmenes más preocupantes en la problemática de las relaciones”, tomando en cuenta que el género femenino suele ser más sensitivo y con una capacidad de expresión que muchas veces confunde a cualquier hombre.

Así que, una vez que se ha ganado valentía y se ha decidido enfrentar a una damisela, Burgos asegura que la peor idea del mundo es comenzar a hablarle con preguntas como “¿dónde vives?” o “¿cuántos años tienes?”, ya que carece de originalidad y, probablemente, más de un hombre ha comenzado a hacerle las mismas consultas en tan sólo una noche.

El autor aconseja, sobre todo, evitar los silencios y, para eso, dice, “piensa en lo que vas a hablar mientras ella lo hace”. Un ejemplo de cómo salir del paso es el pedirle su opinión acerca de decisiones que se quieren tomar (“estoy pensando irme de viaje a la India. ¿Qué te parece?”), o recordar hechos similares a los que ella está contando para compartir tu propia experiencia. Se deben evitar a toda costa comentarios del tipo cotidiano, como “me voy a la playa el próximo fin de semana” o “qué frío que hace hoy, ¿ah?”.

Es importante que se esté relajado y para eso podría servir el color azul (en la propia vestimenta o buscándolo como objeto de mira mientras se conversa), ya que, como se explica en el texto, ayuda a calmarse.

Para Burgos los elogios en una primera instancia están prohibidos y recuerda el caso de un usuario de su portal: “(él) tardó un poco en darse cuenta que elogiar, preguntar por relaciones pasadas o preguntar si ‘puedo darte un beso’ eran factores que no reportaban ninguna buena imagen durante la seducción (...) Utilizando el humor, es la fórmula más eficaz para que se enganche contigo”.

Cuando sobran las palabras

El lenguaje no verbal es imprescindible para comprender lo que realmente ella quiere decir. Por lo tanto, es trascendental conocer qué quieren decir los gestos que una mujer realiza mientras se comunica contigo. Mal que mal, “un buen seductor es siempre un buen observador”, como dice Burgos, quien comparte algunos datos para aprender:

1.- La mirada: Es el espejo del alma. “El ojo está conectado directamente con el cerebro a través del nervio óptico. Toda acción mental, conlleva una reacción ocular. Por lo tanto, una mujer que mira fijamente, significa que tiene un denotado interés en su objetivo”. Eso, sumado a unas pupilas dilatadas y un “aleteo” de pestañas, son claras señales de que vas por un buen camino.

2.- La cabeza y el cuerpo: De manera inconsciente, a través del cuerpo, las personas delatan hacia dónde tienen fija su atención. Dicho de otro modo, si una mujer está sentada frente a ti, con la cabeza ladeada para otro sitio, lo importante es observar hacia dónde “indica” su cuerpo. Como explica el autor, si te apunta con uno de sus pies “precisamente a ti, entre un grupo de amigos, significa que le gustas”.

3.- Las manos: “Los movimientos de las muñecas son muy positivos, sobre todo si muestran las palmas de las manos boca arriba”, dice el autor. Si notas que sus manos son frecuentemente enseñadas ante ti -si posa sus manos en su pecho, juega con un collar o si te toca de forma tímida- “inconscientemente te quiere hacer ver que no oculta nada agresivo (...) y que quiere dejarse seducir”.

4.- La boca: “Deberás fijarte si ella humedece sus labios con la lengua, si sonríe y muestra sus dientes, si se muerde los labios o los pone ligeramente en ‘u’ pareciendo más carnosos... son signos de interés. (...) Si muerde sus dedos o juega con sus uñas representa un evidente signo de contención”, explica Burgos.