Se nota que no es santiaguino. Aunque es día viernes, el mismo en que graba por la mañana ‘SQP’ y por la noche ‘Primer Plano’, camina calmadamente por los pasillos de Chilevisión, en dirección al casino, mientras saluda con una sonrisa a sus conocidos, achinando aún más sus característicos ojos.
Ignacio “Nacho” Gutiérrez, vestido con unos impecables pantalones de blanco intenso, se da todo el tiempo del mundo para conversar del tema que mejor maneja, la farándula junto con el ir y venir de rostros y rostrillos a quienes llama con todas sus letras “celebrities”. Se divierte con eso, y se apasiona cuando habla de la industria televisiva, que le encanta.
También se emociona cuando recuerda
la tristeza que lo embargó, al igual que a miles de chilenos, cuando sin haber podido comunicarse con sus padres, se enteró por una prima que la casa en la que ellos vivían en Constitución, la misma en la que se crió, había desaparecido con el tsunami.
“Yo creo que el gran dolor es verlos a ellos íntegros y fuertes, pero sufriendo por dentro. Eso no se lo doy a nadie”, dice el periodista, y explica que la nueva casa de su familia está a punto de finalizar su construcción, precisamente al lado de un río y del mar. “Fue un proyecto de vida que siempre tuvieron, y en un país como Chile no se puede vivir con miedo al mar. Ellos están cada día más tranquilos. Aunque viviendo esa situación y viendo Conti como está, su Conti querido, es muy difícil estar alegre”, comenta el periodista maulino con la voz quebrada, antes de confesar que, aunque viaja harto para su ciudad de origen, aún no puede pasar por fuera del lugar en el que antes estuvo su hogar.
“Aún estoy digiriendo este año, que ha sido asqueroso por un lado. Pero, por otro, estoy viendo recién los frutos de haber trabajado harto. Ha sido el mejor año de ‘Primer Plano’, un programa que asumí hace 3 años con la Fran (García-Huidobro) y con Jordi (Castell), y donde es un agrado trabajar”.
-¿Cuáles han sido los ‘escándalos de la semana’ que marcaron este 2010?
“Creo que en este periodo,
el tema de Mauricio Israel, por toda la cobertura que tuvo, las imágenes de Tel Aviv, las consecuencias, las pasadas que nos llevaron a una especie de inquisición,
que finalmente ganamos. Periodísticamente hablando, fue un desafío. Y en materia televisiva, creo que cuando llegaron las imágenes de Nabih Chadud, metiéndose a la cama de Angie Alvarado en ‘Pelotón’. Era la primera vez que evidenciábamos sexo en un reality y marcaba una pauta totalmente distinta. En el programa siguiente, nosotros tuvimos a la mamá, una mujer que estaba súper afectada y que había asumido hace tiempo su prostitución, pero no quería que a su hija se la tildara como prostituta. Ese tema tuvo una connotación tan fuerte que marcó un antes y un después”.
-¿Y en cuanto a personajes?
“Kenita y
Pablo Schilling. Él es nuestro Kenita; le gusta la tele, se entrega a la tele, llama a los programas de la tele, se saca fotos en revistas y va escalando en este ascensor farandulero. Siempre se va a encargar de darnos noticias y estoy seguro que Raquel (Calderón) no va a ser su última polola. Son cabros jóvenes”.
-Trabajas en esto desde que comenzaste el 2003 en “SQP”. ¿Aún hay cosas que te asombran?
“Siempre. Por ejemplo, cuando tuvo
el cara a cara la Marisela (Santibañez) con Bonvallet. Yo la vi tremendamente afectada con ese tema. Siempre me asombro de la capacidad de la verdad y la emoción que se está contando por la tele. Me impacté hace poco con Kenita también (cuando lloró en ‘Primer Plano’ e insinuó que tuvo una relación con Felipe Camiroaga)”.
-¿Le creíste?
“Me llamó la atención, porque nosotros íbamos a hablar del bullying. Nunca tuvimos en pauta preguntarle por Camiroaga porque no venía al caso, y ella sola habló de Felipe y se puso a llorar. La gente no me cree, pero yo sí le creí. Ella tenía pena, y creo que emocionalmente no está bien. Me niego a pensar que una persona que ve la tele y escucha que dicen que se le está cayendo el pelo, que se fue con uno, que lo pateó, que está saliendo con otro y la adjetivizan por todos lados, no se sienta afectada”.
-¿Existe algún tema que hayas considerado un cahuín excesivo?
“El de la prima de la Cecilia Bolocco, que alegaba que no la ayudaban. Nunca estuve de acuerdo. Yo lo siento por ella, pero no creo que haya sido una forma indigna de vivir el lugar donde ella tenía su casa, en Puerto Montt. Hay gente que vive ahí con toda la dignidad del mundo, y la Cecilia no tiene la obligación de ayudar a su parentela. Si uno lo hace, es por gusto”.
-¿Te ha pedido algún invitado que seas comprensivo y no le hagas preguntas que lo comprometan?
“Al revés. A veces los veo tan mal que les tiro un salvavidas. He visto gente en el fango; cómo no les voy mostrar compasión, si soy un ser humano. A Edmundo (Varas), por ejemplo. Él lo pasó pésimo, salió de su población a la tele y estaba absolutamente perdido. Era una persona que ya había sido sindicado por la justicia militar, por los tribunales, se había peleado con la mamá... Cómo voy a seguir hundiéndolo”.
-¿Cómo lo ayudaste?
“Una vez lo llamé de mi celular y le di algunos consejos, palabras de aliento. Incluso le dije que si quería algún tipo de tratamiento psicológico, yo le podía ayudar. Es que lo vi tan mal que es imposible no empatizar. Él es un cabro bueno, pudo cometer errores, pero es alguien emocional y, sin duda, una víctima de los realitys.
“La otra vez conversaba con
Juan Falcón. Qué injusto que en la retina de la gente quede su imagen, caminando esposado como un delincuente, y que de aquí a por lo menos 5 años, cuando se hable de famosos y problemas legales, salga su imagen, cuando es un gallo inocente”.
Nacho tiene que cuidarse. Sabe que no puede dar un paso en falso, como tomar trago y manejar, porque cualquier cosa que pase lo convertiría en blanco de la farándula y, como dice, él no es farandulero.
Admite, eso sí, que todos -gente conocida o no- pueden tener su día de furia, donde las cosas se escapen un poquito de las manos. Eso, a propósito del conflicto que su programa estelar tuvo con Raquel Argandoña, cuando ésta acusó a un notero de “Primer Plano” de haberle hecho una pregunta de connotación sexual frente a su hijo menor, en el cine. Tras esto, ‘la Quintrala’ le quitó el micrófono al periodista y lo exhibió al otro día en el matinal de TVN, indignada.
“En este caso, ella se equivocó. Cuando uno tiene días de furia es bueno decirlo, a todos nos pasa. Pero esto fue súper gratuito porque no hubo pregunta alguna; César Barrera es un encanto, un gallo súper simpático.¡Y perdóname! En una avant premier de Harry Potter no hay ningún periodista que le vaya a hacer esas preguntas. Gracias a Dios teníamos el máster de cámara, porque sino, seguramente le hubiesen creído a Raquel y César hubiese perdido la pega. Es súper injusto, porque los periodistas que trabajan de noteros también hacen una carrera y quieren llegar a un panel y conducir un programa de farándula, porque eso es lo que les gusta. Pero pasa que les puedes matar una carrera mintiendo”.
-¿Quiénes crees que son los reyes indiscutibles de la farándula?
“La Fran. Ella sabe entrar a los temas y es muy buena moza. Y yo diría que hoy el rey de la farándula es Felipe Camiroaga. Está de opinólogo, deslenguado, todas las mujeres, o han andado o están con él, y en el panel donde comentan farándula en el ‘Buenos días a todos’ -que de verdad dura dos o tres horas- él es el más empático y el que más opina. Por ejemplo, Felipe es mucho más farandulero que Cristián Sánchez, siendo que Cristián trabaja en ‘SQP’”.
-Pero él siempre trató de mantenerse alejado de esto, ¿no?
“La gente que más reniega de la farándula es la que más está. Siempre pasan cosas con Felipe y hoy, además, está dispuesto a contestar y emplazar a la gente por televisión, en un programa que destina horas a la farándula, con él de conductor. Sin duda es el rey.
“Ahora, a mí me gustaría que si Ricarte (Soto) le dice ‘quiltro’ a una persona (Pablo Schilling), que él lo parara, tal como yo lo hago en mis programas. Porque todos estamos dispuestos a hacer farándula, pero con respeto”.
-¿Cuál es tu vicio privado?
“Soy maniático de la limpieza. Vibro cuando paso por el pasillo de los detergentes en el supermercado, me encantan. Me sé todos los productos. Además, tengo que cambiar las sábanas todos los días. No me gusta dormir en sábanas que no están lavadas”.
-¿Cuántas tienes?
“Unos 25 juegos. Para mi cumpleaños siempre me regalan, porque saben como soy. Una vez estaba en terapia y le pregunté a la psicóloga si era normal. Ella me miró y me dijo que estaba bien, así que me relajé con eso”.
