EMOLTV

¿Sabes que sentido predomina en tu hijo? Descúbrelo aquí

Una especialista en lenguaje infantil asegura que si los padres logran averiguar si sus niños son táctiles, auditivos, visuales o gusto/olfativos, la comunicación con ellos mejorará enormemente.

28 de Diciembre de 2010 | 10:39 | Emol
imagen
Comunicarse con un hijo, saber qué le gusta, qué le molesta o qué le duele, a veces puede ser una tarea titánica. Sin embargo, la experta en lenguaje infantil Priscilla J. Dunstan promete una solución en su libro "Los cinco sentidos del niño" (Urano), en el que plantea un sistema de clasificación sensorial que ayuda a los padres a entender cómo los niños experimentan, interpretan y comprenden el mundo.

Basándose en su propia experiencia como madre, Dunstan descubrió que cada persona tiene un sentido predominante -la vista, el oído, el tacto o el olfato y el gusto- que afecta a todo lo que sucede en su vida.

También se percató de que la mayoría de los conflictos diarios que atormentan a los padres derivan simplemente de un vacío de comunicación.

De esta manera, la autora asegura que si los padres consiguen identificar los sentidos dominantes de sus hijos, serán capaces de crear un canal de comunicación mucho más eficaz, rico y armonioso, adaptado a las necesidades individuales de cada niño.

"Conocer y comprender el modo sensorial de su hijo le permite dejar de luchar contra la manera de ser del niño o de la niña, y empezar a responder de forma creativa y constructiva a su exclusiva forma de abordar el mundo. Cuando lo haga (...) transformará, en el sentido más literal de la palabra, su vida familiar", promete Dunstan.

Los tipos sensoriales

Priscilla J. Dunstan identifica cuatro tipos de niños: los táctiles, los auditivos, los visuales y los gusto/olfativos. Cada uno de ellos tiene características propias según la forma cómo el sentido que predomina en ellos los afecta.

Eso sí, la especialista en lenguaje infantil advierte que a muchos padres podrá resultarles difícil identificar de inmediato y con exactitud el sentido dominante de su hijo. En esos casos, les aconseja tener paciencia y, de ser necesario, comenzar nuevamente el proceso de identificación.

A continuación, una breve descripción de los tipos de niños de los que se habla en el texto:

Niños táctiles: Se comunican a través de su cuerpo. Son aquellos que si están alegres, saltan por todos lados; si están molestos, hacen pataletas; y si están aburridos, andan con los hombros caídos. Dunstan los describe como "vivaces, activos y agotadores"; "llenos de energía y vigor"; "bulliciosos y atrevidos".

Desde que nacen, los niños táctiles le dan sentido a su mundo a través del contacto físico y la exploración, para lo cual no sólo utilizan sus manos, sino que todo su cuerpo. Asimismo, son muy prácticos y tratan sus propios sentimientos -y los de los demás- con una franqueza categórica. Según la autora, construir su autoestima es un asunto sencillo: basta con darles un proyecto en el que trabajar o una misión que cumplir. Son niños a los que les encanta ayudar.

Niños auditivos: Viven la vida siguiendo un ritmo y una banda sonora propias. Son los típicos niños que no responden a sus padres si éstos les hablan con un tono de voz brusco o enojado. Y no sólo captan el sonido, sino que también lo producen. Por ejemplo, cuando son bebés, no dejan de hacer ruiditos antes de aprender las primeras palabras; un poco más grandes aprenden solos a hacer funcionar el equipo de música para cantar sus canciones favoritas; y ya en el colegio, pasan todo el viaje de regreso a su casa narrando con detalle cómo fue su día.

Para comprender su mundo, Dunstan recomienda a los padres "sintonizar" con el poder del sonido, con los modelos que generan esos sonidos y con los mensajes que existen en la voz, en la música y en el ruidoso entorno diario.

Niños visuales: Disfrutan con los colores, las formas y el movimiento. Son tremendamente observadores, coleccionan mentalmente las imágenes que se convierten en su medio para captar el mundo. Cuando recién nacen, comúnmente son catalogados como "bebés buenos", esto porque sus padres satisfacen sus necesidades visuales sin ser conscientes de estar haciéndolo.

Les gusta el orden y en sus relaciones tienden a preferir a las personas parecidas a sus seres queridos. Para ellos, el aspecto de la gente siempre será importante. En el colegio aprenden bien mirando con atención los libros y la pizarra, las cartulinas explicativas o los computadores. Les es fácil memorizar letras, números y palabras, ya que tienen la habilidad para "ver" mentalmente todos esos datos.

Niños gusto/olfativos: Son muy sensibles y a ellos les afecta muchísimo todo tipo de estímulos intensos (sonidos fuertes, voces enojadas, luces deslumbrantes, y olores y sabores potentes o desagradables). Tienen un sentido del gusto muy agudo, y son muy explícitos en relación con la comida que les gusta y la que no.

Debido a su sensibilidad a todo tipo de estimulación sensorial, los niños gusto/olfativos tienden a retraerse hacia una activa vida interior. Por esta razón, en sus primeros años suelen vivir en mundos de fantasía y comúnmente les atribuyen complicadas personalidades a sus peluches. Son protectores y leales, harán cualquier cosa por las personas a las que quieren, hacen buenas amistades y siempre tendrán un "mejor amigo".

Cuando crezcan, mostrarán una capacidad innata para la empatía e incluso a veces absorberán los sentimientos de los demás llegando a confundirlos con los propios. Esto los hará vulnerables a avergonzarse y a que sus sentimientos puedan resultar heridos. Por eso, en general prefieren no destacar de ninguna manera.

En estos casos, la autora sugiere a los padres de niños gusto/olfativos ayudar a sus hijos para que desarrollen la capacidad de reconocer y respetar sus propias opiniones, preferencias y deseos.

EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?