Daniel Galaz: Dejemos al cavernícola de lado

Es lamentable y me avergüenza que muchas fiestas son la perfecta excusa para una buena tomatera (y posterior curadera), intoxicación por exceso de comida y, como si fuera poco, discursos baratos y bien cursis de la boca para afuera. Lo vemos en cada 18 de septiembre y, nuevamente, en la celebración de cada Año Nuevo.

 ¿Ese es el país que hemos construido? ¿Hacia allá queremos llevar a nuestros hijos? El pasarlo bien, probar cosas ricas y tomar un buen vino no tiene que llevarnos al despeñadero comportándonos como primates o cavernícolas. Mejor dejemos a ese cavernícola que llevamos dentro de lado y hagamos de una buena vez las cosas con conciencia, pensando en los niños, los padres, las parejas, los que ya no están. Hay tanto para celebrar, tantas formas creativas y sencillamente deliciosas que con un patache lo único que logramos es esconder lo bueno en medio del exceso.

Me disculparán por lo grave justo cuando estamos a pocas horas de celebrar la llegada de un nuevo año, pero no logro sacarme de la cabeza la imagen de ese montón de fierros retorcidos que arrastra muerte: los accidentes automovilísticos producto de la imprudencia y exceso de alcohol.

Cuántas fechas importantes podemos coronar con tremendos condoros y, de pasada, liquidarnos la vida y la de nuestras familias y amigos.

De hecho, si tomamos el Diccionario de la Real Academia y buscamos ‘celebrar ‘ en ninguna de sus acepciones se describe ‘emborrachar’, ‘comer hasta reventar’ o ‘estrellar el auto…’. Bromas aparte, los invito más a ‘conmemorar’, ‘festejar’ y ‘aplaudir’. Los invito a abrazar, a reír, a soñar con lo que viene en 2012. Si a eso le agregamos una buena copa de espumoso o Champagne, y una mesa compartida, el resto viene solo.

En esta oportunidad quise dejarles un menú sencillo con brochetas y un mero especial para celebrar. El postre viene un poco más trabajoso, pero es perfecto para una fecha como ésta, literalmente por lo VOLCÁNICO. Porque al meterle la cuchara ya no hay vuelta atrás…

¡Feliz Año Nuevo!

Daniel Galaz, chef ejecutivo de OX Restaurant