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Uri Uri Pakomio: “Actualmente, trato de no enamorarme”

El pascuense, actualmente soltero, da cátedra acerca de sus descubrimientos del género femenino, incluyendo palabras como “brujas” y “cíclicas”. Dice que ellas son algo falsas y solo buscan comodidad. Él, por su parte, asume que es mañoso, pero muy entregado en el amor.

18 de Enero de 2012 | 09:32 | Por Ángela Tapia F.,
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Foto: Carolina Salamanca

Fue el más odiado por 28 hombres, durante los seis meses que estuvo encerrado con ellos en una casa estudio. Uri Uri Pakomio Riquelme (padre de un niño de 4 años, ex chico reality y actual concursante de “Fiebre de Baile”), si bien tuvo varias apariciones previas en la televisión, se hizo conocido masivamente tras aparecer en “40 o 20”, donde no tuvo pelos en la lengua para decirle a Jennifer Mayani (la princesa hindú que fue reemplazada por Dominique Gallego) que no le importaba a ningún galán del programa.


Quién podrá olvidar cuando a meses de estar escuchando los chistes y acotaciones de Enzo Corsi, quien se caracteriza por ser bien bueno para hablar, el pascuense de 25 años agarró una botella de agua y expulsó su furia hacia el humorista, mojándolo a modo de catarsis.


Es cascarrabias y mañoso, y lo asume. Para quienes no lo conocen y se topan con él en la calle, lo ven como alguien serio y cortante. Y lo es. Pero ya cuando se suelta, agarra confianza y se ríe de todo. Se le hincha el pecho cuando habla de su hermana mayor, periodista y diplomática, que vive en Isla de Pascua, al igual que los padres de Uri.


Nos reunimos con él tras uno de sus ensayos para el programa de baile y nos llevó hasta un restaurante de sushi que queda cerca de su casa, en Irarrázabal. Ya sentados en la mesa, nos dice a modo de cuento un breve resumen de su vida. Nos dice que su papá, un pascuense que vino a hacer el servicio militar al continente, conoció a su mamá de este lado del charco y se la llevó a la isla, por lo que se autodefine como “mestizo”; que él, a los 15 se vino a estudiar la educación media, con el único objetivo de sacar la licencia de conducir, pero que se dio cuenta que acá la gente se preocupaba de estudiar algo más después.


Lo intentó dos veces, pero sus trabajos en Mekano y luego en la discoteque pascuense de Bellavista, “Kitemate”, le absorbieron mucho tiempo y terminó desertando. Auque cuenta con orgullo que luego él mismo se pagó Dirección y Producción de TV. Le gusta la plata y no le avergüenza decirlo. Quiere tener un futuro tranquilo y darle un futuro feliz a su hijo de 4 años, que tuvo con su primera polola del continente.


El tema de las mujeres ha sido objeto de estudio para este hombre que ya cuenta con su grupo de fans -las Uri-Adictas-. Dice que respeta mucho al género, que no es de esos hombres que les gusta hablar mal de una conquista del pasado, pero siguiendo el estilo que lo caracteriza, ni se arruga en decir que ellas no se merecen tanto cuidado en el trato.


Por eso está solo. Dice que su última polola, con la que duro dos años y medio, lo dejó mientras él estaba en el reality. Habían acordado que él solo entraría por trabajo y que ella lo esperaría. Pero estando dentro del programa, se enteró que ella había empezado a andar con un amigo. “Me encontré la otra vez con ella y me contó que está con planes de casarse. Me dijo que estaba feliz de la vida y es lógico que lo diga una chica que es media picada. Si igual las conozco un poco a ustedes”.

-¿Esperabas que te dijera que te echaba de menos?
“No, sí lo sé; dignidad. Pero me di cuenta que el encierro me sirvió bastante. Yo nunca había estado solo, sin pololear. Y ahora estoy solo, viviendo solo y enfocándome más que nada en mi trabajo, en mis objetivos. Estar con una mujer a veces quita tiempo y energía. Si te enamoras, pierdes, porque te olvidas de todas tus cosas. Yo soy de esas personas que se entregan demasiado a una relación, así que como me conozco tanto, trato de no salir en la noche, de no aceptar tragos de personas desconocidas y de no enamorarme de una mujer”.

-¿Cómo fue para ti, acostumbrado a estar en pareja, retomar tu vida solo?
“Es raro. Igual, le he dicho a los medios que estoy pololeando, para ver si me dejan tranquilo. Es que me preguntan que cuándo voy a llevar a alguien a la isla, y yo no quiero llevar a nadie. Para mí, mi familia es sagrada y la persona que la conozca tiene que tener mucho mérito. Así que la mejor técnica, por ahora, es estar ocupado. No tengo Twitter ni Facebook, y no he contratado ni siquiera un plan de internet. Solamente tengo mi celular y se lo doy a las personas por trabajo porque eso me va a mantener ocupado.
“Debe ser difícil creerme, pero lo hago. De repente veo conductores que solteros, les ha ido bien. Por ejemplo, Felipe Camiroaga. Yo lo veía que soltero le iba súper bien, porque estaba concentrado en lo que quería. Nunca le faltaba, pero siempre estaba dedicado a su trabajo, que era entretener a la gente en la casa”.

-¿Tú quieres eso?
“Para allá voy, esa es mi aspiración. Yo no estoy pintando el mono. Si no resulta, ok, me dedicaré a estar detrás de las cámaras, tranquilo. Pero no quiero estar urgido con las cuentas”. -¿Qué tipo de programa te gustaría tener? “Uno de conversación, al estilo Julio César (Rodríguez). Son programas que valen la pena ver. Por eso no es tan bueno estar perfilándose como alguien desordenado. Puedo ser enojón y peleador, pero serio”.

-¿Asumes que eres una persona cascarrabias?
“Más que cascarrabias soy mañoso. Si no me gusta algo, no lo paso y hago el desprecio ahí mismo. No es por ser egoísta, mi naturaleza es así”. -De repente choca un poco.
“En nuestra sociedad (la chilena) eso no es bien visto. Nos llevamos mucho por los protocolos, por ser diplomático para decir las cosas. Con suerte hay personas que son directas un día y otro no. Como las mujeres, que son cíclicas... Diciendo un día ‘tal vez’, ‘a lo mejor’ (ríe)”.

-¿Te dejaron chato las mujeres?
“No, es que me hacen reír mucho. Yo las he estudiado harto porque trato de entenderlas. Las respeto mucho, aunque no se lo merecen”. -¿Por qué? “Porque uno se tiene que cuidar de ustedes. Las mujeres son más inteligentes que los hombres. Lo hacen todo y después dicen que no han hecho nada. Se muestran de una manera, pero piensan de otra. Al principio, la mujer siempre es sencilla, todo lo aceptan, pura risa. Son un amor, una lady. Pero después empieza a salir esa bruja interna que siempre está. Lo llevan en la sangre yo creo”.

-Y varios hombres, al principio también, son puros príncipes azules.
“Sí, el hombre siempre da al principio y la mujer lo tolera todo. Pero como el hombre entrega todo, también quiere recibir en el momento. Pero la mujer, como se demora tanto en reaccionar frente a ese estímulo que da el hombre, él se aburre de cortejar. Al pasar eso, se da vuelta la cuestión. Es lo más normal”.

-Sabes harto tú, ¿ah?
“Es que he estudiado mucho el tema, para el día de mañana tener una novia y entenderla al revés y al derecho. El hombre es inmaduro, no conoce a su pareja. Pero hay personas que queremos ir más allá y tener una relación bacán, donde puedas estar con ella, comiendo, sin conversar nada y aún así pasarlo la raja. Sin tener la necesidad de adularnos”.

-¿Qué más has descubierto?
“Que todas las mujeres pueden ser diferentes, pero quieren lo mismo: comodidad (dice, apuntando su billetera sobre la mesa)”.

-¿Puede ser por seguridad para la descendencia?
“Mejor pongámosle así, para que suene mejor”.

-¿Cuál es tu vicio privado?
“Mi hobby es coleccionar plata. Lo descubrí hace como dos meses”.

-¿Tendrá que ver por el asunto de la “seguridad femenina”?
“Es que fíjate que como ya no tengo polola y no salgo con mujeres, gasto mucho menos plata. Me regaloneo yo mismo, a mi hijo, a mi familia, gente que creo que vale la pena regalonear y que siempre han estado ahí y siempre lo estarán”.


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