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Las cartas de amor están más vigentes que nunca

Decir con palabras lo que se siente nunca es retrogrado ni cursi sino la mejor manera de cubrir las distancias entre dos amados.

20 de Enero de 2012 | 16:31 | Emol
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"Te deseo con la desesperación y el anhelo de lo imposible", le escribe Henry Miller a Anaïs Nin.


“Mi dulce y traviesa pajarita cogedora. Aquí está otro billete para comprar lindos calzones o medias o ligas. Compra calzones de puta, amor, y asegúrate de rociarles las piernas con algún agradable aroma y también de mancharlas un poquito atrás”, le propone James Joyce a su esposa Nora en sus cartas de amor eróticas.


“No le amo, en absoluto; por el contrario, le detesto, usted es una sin importancia, desgarbada, tonta Cenicienta. Usted nunca me escribe; usted no ama a su propio marido; usted sabe qué placeres sus las letras le dan, pero ¡aún así usted no le ha escrito seis líneas, informales, a las corridas! ¿Qué usted hace todo el día, señora? ¿Cuál es el asunto tan importante que no le deja tiempo para escribir a su amante devoto? ¿Qué afecto sofoca y pone a un lado el amor, el amor tierno y constante amor que usted le prometió? ¿De qué clase maravillosa puede ser, que nuevo amante reina sobre sus días, y evita darle cualquier atención a su marido? ¡Josephine, tenga cuidado! Una placentera noche, las puertas se abrirán de par en par y allí estaré…”, se lee en la Carta de Napoleón a Josefina.


Amor, pasión, deseo, reclamos, desamor, adulación, adoración, la perdida, la ausencia, el olvido, la desolación son los sentimientos y temples anímicos más expresados en el género epistolar.


“El elemento más significativo, que estará casi siempre presente, será la distancia y los sentimientos que evocan al estar en esa condición, donde no solo es el amor sino que también se dan otros sentimientos que son los que expresa y evoca un hablante subjetivo, un yo”, explica Bernardita Bolumburu , académica de la Escuela de Literatura Creativa de la Universidad Diego Portales.


Las cartas de amor son antiguas. Hay atisbos de su inicios desde los griegos con Ovidio, pero es en la época medieval cuando se marca su real aparición, junto con los mensajeros, que de feudo en feudo iban dejando las letras de amor para acortar la distancia entre los sufrientes amantes, generando relaciones amorosas epistolares, donde hay algunas emblemáticas.


Bolumburu destaca las de Gustavo Adolfo Becker, las cartas de Abelardo y Eloísa, la novela escrita en forma epistolar “Las desventuras del joven Werther-Goethe”, y entre las modernas, nombra las que se intercambian Frida Kahlo y Diego Rivera, Yoko Ono a Lennon, Violeta Parra a Run Run y las del poeta chileno Osar Castro en “Epistolario íntimo”, que se lo dedica a su esposa y que se puede leer en www.memoriachilena.cl

Ficción, realidad

Otra de sus características es que son de alguna manera biográficas, pues el que narra, entrega detalles de lo que le sucede, lo que vive, describe el ambiente que lo rodea y las situaciones que le van aconteciendo al estar sin la amada o el amado. Aunque al ser evocativas también son proclives a la ficción, la fantasía y también al erotismo.


En el caso de los románticos de antaño, por ejemplo, el estilo será elegíaco, lastimero que evoca desolación en la descripción de sentimientos, los detalles del paisaje y el motivo que los envuelve, que es la relación amorosa.


Por tanto, las cartas de amor van respondiendo a diferentes épocas, coyunturas y paisajes. El lenguaje va cambiando.


En la actualidad si bien la carta murió o agoniza en el sentido tradicional, la idea epistolar es recurrente aunque sea por email.


“Ahora abundan las abreviaciones o lenguaje tipo chat y eso también es un fenómeno super interesante, como el uso de emoticones o estos monitos que se forman con letras y palabras, tipo : ) y que expresan emoción y sentimiento”, agrega Bolumburu, quien es también profesora de Literatura Clásica Antigua.

Te amo

Te Quiero, Mi amor Eterno, Te amo, ¿Por Qué?, No puedo olvidarte, Se llama Amor, Gracias Amor, Regresa, Esperare, Te Necesito, Amor cibernético, son las temáticas que abundan en las cartas de amor que ofrecen gratuitamente en Internet y que sirven para expresar sentimientos cuando la creatividad escasea. Algunas cursi, chabacanas y hasta se pueden leer con una sugerente música de fondo. Las que destacan son: www.shoshan.clwww.cartasdeamore.com, www.tubreveespacio.com, www.cartasyamor.com y www.cartasdeamor.biz, entre otras.


De todas maneras, aunque se caiga en ensalzar el dolor, los amores tristes, o tener corazones rotos e insaciables que no pueden soportar estar separados, una buena carta de amor siempre funcionará, aunque sea cursi, sensible y hasta cebolla.


Si quiere ensayar alguna epístola este verano y hay ánimo de hacerla pública, está el concurso de la Biblioteca de Santiago, “Dime que me amas”, cuyas bases están en www.bibliotecadesantiago.cl. El plazo de entrega es el 3 de febrero hasta las 12:00 hrs.


Para escribir un carta de amor e inspirarse, van algunos tips para redactar la más romántica, evocativa y sentida misiva.

- Definir qué sentimiento de amor tengo hacia otra persona y desde qué estado anímico se va a escribir: ilusión, alegría, nostalgia, tristeza, rabia, euforia, desamor, impaciencia.
- No perder de vista al destinatario de la carta.
- No basta solo con hablar de sentimientos es necesario situarlos en circunstancias espacio-temporales precisas sean reales o ficticias.
- Utilizar palabras concretas para expresar los sentimientos y el tono adecuado que interprete el estado de ánimo de quien la escribe. También será interesante usar metáforas, comparaciones, acciones, gestos, detalles y no caer tan fácilmente en lugares comunes, como “nuestro amor es único”, “el más grande”.
- Tratar de no usar frases hechas, cursis o estereotipos amorosos.
- Ahondar en los sentimientos que originaron la carta y en sus contradicciones para no quedarse en la superficie de la alegría, tristeza, desazón, por ejemplo.
- No perder el hilo narrativo, para ello necesitará narrar acciones, objetos y hechos para expresar los sentimientos con eficacia.
- Incluir información necesaria que de cuenta del momento que se está viviendo, para que pueda ser leída en cualquier fecha y remonte eficazmente a las circunstancias que impulsaron la expresión escrita.


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