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¿Le temes a la oscuridad? Podría ser la clave de tu insomnio

Ya no usan espantacucos, pero muchos adultos podrían tener problemas para dormir debido al miedo que les da apagar las luces, según un estudio.

15 de Junio de 2012 | 15:03 | Por Ángela Tapia F., Emol
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Mariola Guerrero, El Mercurio.
La doctora Colleen Carney no lo podía creer. Más de la mitad de los 93 estudiantes que había incluido en su investigación, aseguraron tenerle miedo a la oscuridad. “No pensamos que las personas admitirían este temor. Creímos que dirían que era algo de niños o que sería algo muy vergonzoso (de admitir)”, comentó.

Pero su impacto fue mayor cuando constató que justamente estos atemorizados adultos presentaban más problemas para dormir, relacionando así el insomnio con su fobia a la oscuridad.

No suelen ir hasta la cama de los padres para decirles “tengo miedo”, y mucho menos acostumbran usar un espantacucos como compañero de descanso, pero la investigación liderada por Carney, para la Tyerson University de Toronto, confirmó que existen adultos atemorizados cuando se apagan las luces, y que éste podría ser uno de los motivos por el que el 30% de los que sufren de insomnio no logren superarlo.

“Una fobia o miedo a la oscuridad es diferente al miedo a las arañas. La gente no necesariamente sabe que la tiene”, dijo la doctora, agregando que “un individuo puede no ser capaz de conciliar el sueño una vez que está oscuro, y su mente comienza a divagar. Entonces, piensa ‘¿qué pasa si alguien entra en mi casa?’. Y en vez de darse cuenta que esas asociaciones (oscuridad-ladrón) podrían indicar un miedo a la oscuridad, asumen que tienen miedo a los ladrones”.

En Chile, Ilse Hermansen, psiquiatra de la Clínica Alemana, se mostró igualmente sorprendida por los resultados de este estudio, presentado durante la última reunión del Associated Professional Sleep Societies (APSS), en Boston.

Como explicó, lo más común es ver estos temores en los niños y adolescentes. En el primer caso, debido a la ansiedad que les provoca el separarse de las personas que los cuidan. “Al quedar solos en el dormitorio, con la luz apagada, estos sentimientos se intensifican, lo que les impide conciliar el sueño”, explicó.

En cuando a los adolescentes, existen varios casos en los que duermen con la luz encendida o la televisión prendida, que puede justificarse por miedos arrastrados desde la infancia o por el momento crucial que viven, en el que deben individualizarse de los padres y comenzar a enfrentar grandes desafíos.

“En adultos es menos frecuente, y puede aparecer como respuesta a situaciones traumáticas como quedar encerrado a oscuras en un terremoto, por ejemplo. La persona queda temerosa de quedarse dormida a oscuras, ya que le reactiva los temores vividos frente a una experiencia en que se vio en peligro la vida. Pero lo esperable es que estos miedos vayan cediendo a las pocas semanas y que el insomnio se regule”, dice la psiquiatra.

Pero, ¿qué pasa si el temor no se pasa y perjudica el descanso? Hermansen explica que es posible racionalizar el miedo y tomar conciencia de que éste se puede deber a asuntos internos. Para eso, la psiquiatra recomienda conversarlo con los cercanos para “sobrellevar estos sentimientos”.

“Si la persona no es capaz por sí misma de superar estos temores se recomienda consultar a un especialista, ya que existen tratamientos médicos con fármacos que regulan el centro de alarma que se encuentra en el cerebro y también hay tratamientos psicológicos que apuntan a explorar más profundamente la raíz del síntoma, como las inseguridades o los rasgos de personalidad dependientes”.

Para comenzar, Hermansen aconseja prestar atención al lugar en el que se duerme, y hacer de él un espacio grato. “Que el dormitorio se relacione a confort y descanso”, sacando la televisión y manteniendo una temperatura agradable. También se recomienda realizar ejercicios de relajación.
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