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Rene Renick: “La mujer víctima de violencia no es un ser débil, es una sobreviviente increíble”

La encargada de una red de apoyo a las mujeres golpeadas en Estados Unidos asegura que las empresas tienen un rol fundamental que jugar en la erradicación de este flagelo. Las llama a adoptar medidas de soporte a sus trabajadoras abusadas y a propagar una cultura de rechazo frontal a estas conductas.

29 de Noviembre de 2012 | 08:15 | Por María José Errázuriz L.
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En Chile un 36% de las mujeres reconoce haber sufrido, alguna vez en su vida, un episodio de violencia doméstica. Quizás eso da pie para que el domingo 25 - Día Internacional por la Eliminación de la Violencia contra la Mujer-, la secretaria adjunta de la ONU, Michelle Bachelet le recordara al mundo que la violencia contra la mujer es y sigue siendo una ‘plaga social’.

Durante estos últimos años el tema salió del closet, se dictó una ley que sanciona el femicidio y se han realizado campañas tales como la polémica “maricón es el que golpea a una mujer”. Pero las cifras no disminuyen y lo peor es que, desde este lado del mundo, nos olvidamos que la violencia contra la mujer alcanza expresiones como la mutilación genital o la trata de blancas.

Hace algunos días, Inglaterra se vio conmocionada por el testimonio de Natalie Allman, quien casi murió degollada en manos de su ex pareja y yació horas inconsciente en una cama donde el victimario puso a dormir a sus hijos gemelos de sólo 2 años.

La experta estadounidense Rene Renick está en Chile esta semana para hablar del tema en la UDD desde una perspectiva poco abordada: la labor de las empresas en la prevención y rehabilitación de las mujeres que son víctimas de violencia. El enfoque resulta un desafío para esta sociedad que tiene centrados sus esfuerzos en la denuncia del delito y la protección efectiva de las mujeres maltratadas.

“Lamentablemente esto sigue siendo una plaga social. Hemos hecho muchísimos progresos en los últimos 30 años, pero todavía hay demasiadas mujeres envueltas en relaciones de violencia y lamentablemente muchas siguen muriendo”, dice al comentar las palabras de Bachelet.

-Pese a las acciones emprendidas en el mundo, esta plaga no disminuye. ¿Por qué, qué estamos haciendo mal?
“No creo que estemos haciendo algo mal; la violencia contra la mujer ha estado enraizada en nuestra cultura por años. Esto es algo que hemos abordado recién en los últimos 30… yo también me frustro por no haberla erradicado totalmente, pero considerando los progresos hechos, hemos avanzado mucho. Por ejemplo, cuando comencé a trabajar en este tema, muchas mujeres venían a mí porque no había servicios que las acogieran para superar el trauma; no había ni leyes ni hogares. Hoy por lo menos, existen líneas de emergencia, servicios y empresas que están haciendo algo. Me siento entusiasmada por lo logrado en tan corto tiempo”.

-¿Ha cambiado la violencia doméstica? ¿Hoy es más psicológica o de extorsión económica, que física?
“No creo; realmente la situación es similar. Probablemente hay más oportunidades para usar los medios económicos para someter a la mujer, pero la dinámica es la misma. Antiguamente los agresores iban al lugar de trabajo de la mujer y hoy lo hacen por mensajes de textos; el acoso es el mismo, sólo que ahora se usa tecnología”.

Rene Renick asegura que las oportunidades que hoy tienen las mujeres, pese a la existencia del ‘techo de vidrio’, ha derivado en que se estén abordando los temas de desigualdad de género y de violencia.

-¿El empoderamiento de la mujer ha implicado un aumento o disminución de la violencia? ¿O en aumento de las denuncias?
“Definitivamente ha habido un aumento de las denuncias. Cuando empezamos a trabajar con las policías y otros organismos creímos que algo se estaba haciendo mal por la cantidad de denuncias, pero lo que realmente pasó fue que al fin se estaba denunciando.
“Ahora, el empoderamiento no ha aumentado la violencia contra la mujer. En algunos lugares donde los hombres abusadores se ven amenazados por las mujeres, pero quienes son así ya eran proclives a ser”.

-Hoy un tema que recién se aborda es el efecto de violencia contra la madre en los hijos. ¿Cuál es el camino a seguir en esto?
“Es verdad, originalmente el efecto de la violencia en los hijos no fue algo que nos haya focalizado, pero hoy estamos comenzando a entender lo importante de esto, porque los niños son igualmente víctimas. Cuando uno ve a la madre amenazada eso es muy traumático. Es importante hacer entender a las mujeres que su seguridad es la seguridad de sus hijos; apoyarla también tiene un impacto en los niños”.

-¿Qué hay que hacer cuando el caso de violencia de una mujer se hace público y ella queda expuesta?
“Bueno, creo que hay que tratar de proteger su privacidad lo más posible para que el caso no se difunda por todos los lados. Creo que hay que hacer algunas cosas: ojalá los medios de comunicación caractericen a esta mujer no como alguien débil, sino que como una sobreviviente increíble que merece todo nuestro respeto; dar un mensaje de fortaleza. Me sorprende lo valientes que son, lo persistentes, el que sean ciudadanas productivas que enfrentan la adversidad”.

Rene Renick es actualmente vicepresidenta del programa e iniciativas económicas de la Red Nacional para Terminar con la Violencia Doméstica de EE.UU., lugar desde el cual coordina políticas de apoyo a las mujeres víctimas en sus lugares de trabajo. Por ello, reconoce que si bien, algunas pueden verse afectadas, en un principio por el episodio, y eso las restará de buscar un empleo –razón por la cual hay que respetar sus tiempos y acogerlas- hay otras que siguen adelante y se sobreponen rindiendo en sus puestos pese a todo lo vivido.

-¿Cómo deben reaccionar las empresas privadas y públicas frente a una mujer golpeada?
“Quiero que sepan que juegan un papel muy importante tanto en crear mayor conciencia en su interior respecto de la violencia intrafamiliar, proteger a sus trabajadoras y como ciudadano con responsabilidad social deben declarar que la violencia para ellos no es aceptable. He trabajado con muchas mujeres que me señalan que para ellas ha significado mucho que su empresa invierta en algo así para ayudarlas a pararse en sus propios pies. Creo que necesitamos el liderazgo de las empresas”.

-¿Deben aplicar programas especiales?
“Hay tantas cosas que pueden hacer en prevención, generando conciencia en su comunidad, financiando programas, o haciendo un servicio directo. También pueden promover el empoderamiento económico para que las sobrevivientes puedan salir adelante. Siempre hay algo que pueden hacer y es importante que éstas descubran algo que calce con sus valores y así todos ganen”.

-¿Las empresas debieran estimular, impulsar a sus trabajadoras a romper el círculo del silencio?
“Esto depende. Aún EE.UU. donde hemos hecho muchos progresos con la policía y los fiscales, la respuesta todavía no es muy buena. Estimularla a denunciar no siempre es lo mejor; diría que se debe estimular a la mujer a que consiga ayuda y luego, cerciorarse de que la respuesta del aparato estatal sea efectiva. Pero esa debe ser su opción, ella debe tomar la decisión de dar el paso”.

-¿Deben aplicar medidas concretas contra trabajadores victimarios? Por ejemplo, despedirlos.
“Ojalá las empresas digan ‘esto no es aceptable, no queremos empleados que maltraten a sus parejas ni a sus niños’. Es importante que envíen ese mensaje en forma clara y si alguien es condenado por abusador, ojalá trataran a ese empleado de la misma forma que si hubiesen cometido otro delito”.

-¿Las empresas se conflictúan por tener trabajadoras víctimas de violencia? ¿Baja su productividad y eso las complica?
“Esa es una espada de doble filo, pero hay que ser realistas: las empresas ya tienen empleadas que son víctimas de violencia doméstica; lo sepan o no, eso ya está sucediendo. La forma cómo las empresas pueden aumentar su productividad es reconociendo esa realidad y ayudando a esas víctimas a recurrir a servicios, además de darles seguridad en sus trabajos, porque pretender que eso no sucede no soluciona el problema.
“Una mujer golpeada sufre lesiones y es probable que presente ausentismo laboral. También es cierto que muchos agresores las golpean justo antes de una reunión importante para evitar su avance. Se pueden tener empleadas muy brillantes que no entregan todo su potencial porque siempre hay alguien que las reprime, por eso es necesario el apoyo de la empresa”.

-¿Cuando la empresa las apoya, qué beneficios se obtienen?
“Tiene mayor seguridad, es más probable que si tiene el apoyo de la empresa reciba asistencia para poder salir del ambiente de violencia y para la empresa hay menos costos por ausentismo”.
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