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Manuel de Tezanos: Un chileno viviendo su duelo lejos de casa

Pasó casi un mes viviendo con su familia en un departamento pelado y sufrió uno de los golpes más duros de su vida, viviendo en otro país. Pero ha sido en el extranjero donde este periodista ha podido analizar un poco a la sociedad chilena, además del fútbol nacional. Aquí nos da algunas de sus conclusiones.

13 de Agosto de 2013 | 13:06 | Por Ángela Tapia. F., Emol
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Luciano Riquelme, El Mercurio.
Aunque de lunes a viernes se le puede escuchar todas las mañanas en el programa “El Clarinete”, de Radio Tiempo, es raro ver al periodista Manuel de Tezanos (@ManuelDTP) en Chile, desde que hace tres años aceptó unirse al equipo de Fox Sports y partir con su familia y gatos a vivir a Buenos Aires.

Desde allá se conecta por Skype para conducir junto a Sebastián Puga y Vale Ortega su programa radial y llegar a través del cable, con Central Fox y resumiendo los goles de la Liga Europea. “Soy un soldado de batalla. Para lo que necesiten estoy”, dice en una de sus visitas a Santiago este declarado “enamorado del fútbol”.

Ya en segundo año de carrera quiso buscar trabajo en lo suyo, porque se aburría en la universidad viendo temas que eran ajenos a su pasión. Y con una suerte que aún lo impresiona, se encontraba justamente haciendo la práctica en La Red, cuando este canal compró los derechos de la Selección Chilena el año 2000. “Fue una bomba, algo increíble. Además, quedé muy contento con lo que hice y me pasaba rollos de que con eso daría un salto meteórico, que en dos meses alcanzaría a Carcuro (ríe). Pero terminé volviendo a mi realidad, a la universidad, dándome cuenta que todo había sido muy apresurado y que había partido al revés”, recuerda.

Canal 13, Mega, mundiales y olimpiadas fueron parte de sus trabajos, con su cartón ya en mano, pero siempre teniendo la nostalgia de esos meses entregado al fútbol. Es por eso que no dudó en aprovechar la oportunidad de ser corresponsal para el canal deportivo más grande de Latinoamérica. A punta de empeño y proponiendo su participación en persona en Argentina, no tardaron en llevárselo junto a sus hijos (Valentina y Juan) y su esposa Catalina.

No fue fácil. Dice que todos los meses que tuvo para preparar el cambio con embalaje de muebles y trámites para llevarse a sus mascotas, pasó yendo a asados y cenas de despedida, así que una vez en Argentina, Manuel y su familia pasaron cerca de un  mes con un departamento pelado y uno de sus gatos que insistía en lanzarse desde el 13° piso en el que habita.

Pero sin duda lo más difícil sucedió cuando Juan, de apenas dos años y medio -y a cuatro meses de llegar a su nuevo hogar- falleció debido a un virus intrahospitalario que agravó su posoperatorio, tras ser intervenido por una peritonitis. Desde entonces, su padre usa una corbata negra cuando sale en televisión.

Y fue precisamente su trabajo, además del apoyo familiar, lo que lo ayudó a salir adelante. Incluso rostros emblemáticos del canal sirvieron de pilares y guías en cosas tan básicas, pero complicadísimas, cuando debió hacer los trámites en un país ajeno tras la muerte de su hijo.

Asegura que en Argentina ha aprendido mucho, sobre todo en temas de la amistad y a ver a su país natal con esa claridad que solo la distancia entrega.

-¿Se acostumbran a la vida allá, tienen su grupo de amigos, los asados?
“Sí. Y aunque en general los argentinos toman poco, hemos encontrado un grupo de amigos que nos puede seguir el ritmo”.

-¿Ellos toman poco o los chilenos toman mucho?
“(Ríe) Sí, los chilenos tomamos mucho. Pero he encontrado gente a la altura y tenemos muy buenos amigos. Allá es muy choro. Argentina es un país muy mezclado socialmente. Conoces gente de todas partes y no hay prejuicios, a diferencia de acá, donde las clases sociales están súper marcadas. Siempre pongo de ejemplo los equipos de fútbol donde uno juega. Aquí, en partidos entre empresas, sabes perfectamente quién es el jefe y quién es el junior. Pero allá los pones en fila a los 11 y jamás sabrían quién es quién, según los estándares chilenos. Eso es notable, porque cualquiera puede llegar, crecer y ser valorado profesionalmente, sin prejuicios”.

-Suena ideal…
“Sí, y tengo amigos de todos los barrios y de dónde uno venga no es tema; somos amigos no más. Eso me encanta, porque es una forma distinta de ver la vida, una más justa. Aquí, en cambio, es muy difícil para la gente de cierta zona o cierta educación, porque existe mucha diferencia”.

Extraña Chile, los cerros de la capital -“en Buenos Aires no hay un una loma”, dice- y obviamente sus amigos y la red de apoyo que solo entrega la familia. Pero, como a todos los que le ha tocado separarse un tiempo de estas tierras, dice que ha podido reflexionar acerca del país, de su sociedad, una que sufre marcadas diferencias según barrios y poder adquisitivo, profundizando así la arrogante costumbre de mirar en menos.

“Como país, Chile cada día es más respetado y admirado. Se ve un país serio, ordenado, donde las cosas funcionan; algo que se valora mucho hoy en día en países como Argentina, por ejemplo, donde está medio caótico todo, al menos en la capital. Pero nunca me dejará de llamar la atención el tema de las separaciones. Llegas a Santiago y no cuesta mucho ver lo segmentado que está, con una ciudad que es la que conoce el turista y otra que hace que esto no sea tan cuento de hadas el lugar”.

“Socialmente, Chile es un país súper injusto, muy basado en estadísticas, y cosas que en realidad no le importan a nadie que trabaja. Se habla del crecimiento y el índice económico, cuando la mayoría tiene que tomar una micro, con un sistema de transporte pésimo… Sinceramente no sé en qué les pudo cambiar la vida a esa gente, en los últimos 25 años. Creo que todo el conflicto con los estudiantes es apenas la punta del iceberg de una situación social que debe cambiar”.

-O sea, ¿estás feliz de haberte ido?
“¡Para nada! Estoy feliz de estar aprendiendo otras cosas, de vivir in situ una realidad que a veces te la pintan como si fuera terrible y en verdad no la es, como es el caso argentino. Y me encantaría poder, de alguna manera, traer esa experiencia que he vivido allá y ojalá ayudar a que cambien un poco las cosas aquí. Mi filosofía de vida es distinta ya. Siento que tengo menos prejuicios y haría las cosas distintas si volviera a vivir aquí, sería más generoso”.

-¿Cómo es eso?
“Que creo que las personas que tuvimos la suerte de nacer en un lugar más privilegiado debieramos hacer un sacrificio en nuestra comodidad, y me refiero a sacrificios impositivos. Acá todos dicen ‘ay, sí, seamos todos iguales’. Pero cuando les dicen que eso les va a significar plata, se espantan y no quieren nada”.

-Centrémonos en tu especialidad… ¿cómo ves el fútbol chileno desde afuera?
“Muy bien, fíjate. El fútbol chileno ha crecido un montón. Se ha logrado dar pasos en muchos sentidos, importantes; en actitud, organización, y creo que el CDF es un buen modelo de negocio, aunque comete algunos errores”.

-¿Cómo cuáles?
“El fútbol chileno debiera volver a la televisión abierta. No puede ser que se pueda ver con tanta facilidad fútbol extranjero y no se pueda ver el chileno; están separando al fanático que compra CDF y va a ver todos los partidos, del que no le gusta tanto y que hoy, por esa razón no tiene idea ni cómo se llaman los jugadores. Es un error a largo plazo.
“Después, lamentablemente, está el tema de que tenemos un fútbol que no tiene nada que hacer frente al poder económico del europeo o brasileño. Así que si sale acá un jugador que mete tres goles, lo compran al tiro y los equipos pierden sus figuras cada seis meses. Espero que algún día eso cambie, que los clubes puedan competir con los europeos con los sueldos de los jugadores.
“Con la salida de los jugadores, aparece otro tema; el chovinismo del chileno, que es terrible. Alexis (Sánchez) es el ejemplo. ¡Juega horrible!”.

-¡Pero ha llegado súper lejos!
“Pero juega horrible y la gente no lo puede aceptar y si dices que está jugando mal, te miran como si fueras anti chileno. Lo encuentro buen jugador, pero lo ha hecho mal, y cuando empezó a meter goles, ya el Barcelona estaba casi campeón; no fue trascendente. No entiendo por qué decir eso es como atacar a Chile… Puedo decir que (Arturo) Vidal sí fue el mejor de su equipo (Juventus) este año, pero Alexis no. Asumir eso, ¿minimiza al país? No lo creo”.

-¿Cuál es tu vicio privado?
“Mi vicio es correr. Jugué fútbol mucho, pero en la medida que fui creciendo y teniendo más responsabilidades, tuve menos oportunidades de hacerlo, así que empecé a correr para mantenerme en forma y bajar de peso. Hoy ya soy adicto y tengo varias maratones en el cuerpo. Empecé a entrenar seriamente el año pasado, cuatro o cinco veces a la semana, y en septiembre voy a correr a Torres del Paine y el próximo año espero ir a la maratón en la Gran Muralla China”.

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