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Un padre “reacio” da la cara por aquellos hombres sin instinto paternal

Por mucho tiempo, un fotógrafo llamó a su hija recién nacida “alien”, al parecerle extraño y desagradable todo lo que ella hacía. Hoy, 4 años después de su experiencia, admite estar enamorado de ella.

14 de Marzo de 2014 | 15:43 | Emol
“Loulou gritaba a viva voz cuando le dije a Carla: “Por Dios, ¿eso no te vuelve loca? Y Carla me dijo: ‘Sí sé. ¿Quieres tomarla y abrazarla?’, y yo le contesté: ‘No, quiero tirarla por la ventana’”, recuerda con un oscuro humor el fotógrafo Phillip Toledano.

El padre de Loulou, explica por estos días y a través de su libro “The reluctant father” (El padre reacio) cómo fue para él convertirse en papá primerizo, hace 4 años, y los pensamientos que se le cruzaron por la cabeza, en medio de la ansiedad que fue no sentir ningún tipo de lazo especial con su hija en una primera instancia y ver a Carla, su esposa, alejarse de él por prestarle más atención a su rol de madre.

“Esperaba un tsunami de amor, pero no pasó nada”, comenta en una entrevista a ABC News, el hombre de Nueva York, acerca de los días en que se convirtió en papá por primera vez a sus 40 años. “Me sentía más o menos confundido por mi falta de conexión inmediata”.

En su página web es posible conocer parte de su trabajo fotográfico y experiencia con el “alien”, como llamaba entonces a Loulou, debido a que no comprendía y hasta le desagrada las cosas que la guagua hacía.
“Nunca estuve particularmente interesado en tener hijos. Me gustaban en un sentido abstracto, de la misma forma en que el ejercicio parece atractivo, pero en la práctica, se hace tedioso”, escribió Toledano. "“Cuando mis amigos venían con sus hijos, los trataba como material radioactivo; tolerable por un período corto de tiempo”, señaló.

Asimismo, el fotógrafo reflexionó acerca de las expectativas que se tienen sobre el día en que alguien se convierte en padre o madre, y la frustración que sintió por no poder decirle a la gente que haber tenido un hijo, no era lo mejor que le había pasado en la vida. “Cuando les decía que no me había gustado tanto (…) me miraban como si me hubiese sacado toda la ropa y lo que vieran fuese algo desagradable”, comentó.

“No es que no me sintiera responsable por Loulou. Estaba ahí para cambiar pañales, para levantarme a mitad de la noche, para hacer lo que fuera necesario. Pero no sentía una conexión emocional. Era como tratar  de relacionarme con una esponja marina o un protozoo”.

Pero hoy la realidad es diferente. Junto con admitir que estaba equivocado y que con el tiempo terminó enamorándose profundamente de su hija, Toledano se emociona al hablar de la niña que le robó el corazón.

Aguantando las lágrimas, comentó: “Ella es una cosa tan rara, peculiar, divertida (…) Eso es lo que la hace tan encantadora”, agregando que, si bien quiso con su libro dar una visión sincera sobre su experiencia, espera que su hija no utilice su contenido en su contra en el futuro.
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