Ana María López: La destacada fotógrafa aborda el abuso del photoshop en la moda
La presidenta de la Asociación de Fotógrafos Publicitarios asegura que usar photoshop para cambiar la imagen de las personas es un engaño, y cree que las revistas y publicidad deben abandonar su uso.
02 de Abril de 2014 | 08:02 | Por María José Errázuriz L.
No sabe a ciencia cierta cuántas fotografías tiene, pero hace algunos años tomó el toro por las astas y contrató a una amiga francesa para que clasificara todo su material análogo y hoy tiene, en su casa, centenares de carpetas llenas de negativos y diapositivas perfectamente ordenadas.
En casi 40 años de trayectoria, el ojo –y el lente- de Ana María López han recorrido los más entretenidos rincones del mundo y también los más extravagantes objetos. Así como afirma haber fotografiado top models, hoteles maravillosos, paisajes alucinantes, también reconoce, con total humildad, haber tenido que ‘retratar’ camiones, una botella de Coca-Cola y refigeradores para sobrevivir en los períodos de vacas flacas.
Asesora editorial de la revista ED, sus inicios están en una interrumpida carrera de diseño en Barcelona, que derivó a la fotografía; mundo que la fascinó a tal nivel que, incluso, la llevó a renunciar al apoyo financiero paternal a edad temprana y emprender un camino sin retorno.
Vivió en Europa y en Estados Unidos, antes de regresar, en 1980, a Chile, y comenzar a trabajar en la revista Paula. De ahí, gran parte de su trabajo es conocido. Su fotos han destacado en revista Caras y ED, lo que le han valido distinciones como el gran premio del Salón de Fotografía Publicitaria de Chile de 1991.
Hoy, se declara especializada en fotografía de interiorismo y arquitectura, porque, por sobre todo, es una esteta. Y con una agenda que puede manejar con más libertad –sus dos hijos están grandes y disfruta ahora de sus nietos- ha asumido la presidencia de la Asociación de Fotógrafos Publicitarios de Chile, Fotop.
Su obra está recopilada en algunos libros: “Con todo cariño”, “Santiago Elegante”, “Familias al fin de la Tierra” y el último “Destinos de Lujo” (sobre los mejores hoteles de Chile).
-Has transitado por todos los mundos, moda, gastronomía, turismo, arquitectura, ¿has hecho prensa, foto periodismo? “Nunca, nunca, porque hay que estar en la calle. Alguna vez aspiré una lacrimógena porque hice fotos para mí, pero es algo que no sabría hacer. Hay que ser súper rápidos, hay que tener equipos especiales”.
-Si has pasado por tantos mundos, ¿qué es lo que más te marca, te llena? ¿Qué es lo que no dejarías? “Lo que estoy haciendo ahora, arquitectura e interiorismo, porque es un espacio donde trabajo sola. Espero la luz, recorro el lugar, lo doy vuelta, me impregno del ambiente, me encantan los objetos y la decoración; me encanta ver cómo las personas exponen sus vidas, arman sus nidos. Eso me interesa, ver cómo habitan sus lugares y me gusta transmitirlo; tengo mi propio timming y voy muchas veces a un lugar, a horas distintas y me involucro en el espacio”.
-Muchos piensan que la mejor foto es todo lo contrario, la que no se piensa, la que no se planea, la que no se prepara, ¿o todo lo contrario? “Pienso que es la que sí se piensa, sí se prepara. Especialmente en mi rubro; a lo mejor en prensa pasó en el minuto y había que disparar. En mi caso, se requiere de tiempo y de sentir la foto, más que una cuestión racional. Yo saco varias fotos para elegir solo una porque me pongo en la perspectiva de diferentes observadores, un niño, un adulto”.
-Después de tantos años, ¿las fotos siguen siendo una sorpresa o hay algo mecánico? “No, no, no, es que sigue siendo sorprendente verla como aparece. Hoy, en el mundo digital es menos que antes, porque se tenía que esperar el laboratorio, pero sigue siendo mágico. Me sorprende ver algo con mis ojos y ponerlo en otro ángulo o con otra luz y ¡guuuuau! cambia, se ve distinto”.
-Has tocado un punto interesante. ¿Es tema hoy resolver, elegir, entre la fotografía análoga y digital? “No, no es tema. Puedes ser fotógrafo análogo, sobre todo, en foto arte, pero hoy, la fotografía digital es un aporte tan extraordinario que no te puedes restar; te brinda tantas posibilidades, ha sido un salto tan grande y –me van a retar los que siguen fieles a las análogas- que si quieres ser fotógrafo, publicando, actual, tienen que usarla. “Yo me demoré 5 años en pasar de la análoga a la digital, tuve que comprar las nuevas cámaras, aprender las nuevas tecnologías, y fue incluso tema con colegas. Decidimos que si queríamos ser fotógrafas activas, teníamos que dar el paso y estoy feliz de haberlo hecho; si no te quedas en el ámbito de nicho”.
-Si uno habla de fotografía digital inmediatamente tiene que hablar de photoshop. ¿Cuál es tu aproximación a él? “Para ser sincera, manejo el photoshop para trabajar mis propias fotografías. Hago los retoques, porque igual como en la analogía tú intervenías en el proceso de revelado dando mayor o menor exposición a la luz o de químicos, en la fotografía digital también tienes un proceso que es el photoshop que equivale al laboratorio en análogo. Es algo básico para entregar una foto correcta”.
-¿Eso no es un engaño? “No, es un must, un plus. Tienes que ajustar el contraste, la temperatura color y el detalle porque las buenas cámaras que traen herramientas muy sofisticadas que requieren post producción. Ahora, también hay retocadores especializados que hacen los retoques para la impresión”.
-Los puristas te dirían que es un mal fotógrafo el que no logra la foto perfecta sólo con la obturación. “Sí, eso es válido, pero quien no lo puede hacer no es mal fotógrafo; estamos hablando de distintas técnicas y la pregunta es por qué no utilizarlas. Hay fotógrafos que hacen arte con los retoques; ahora en fotoperiodismo claramente hacerlo es peligroso y hay un límite, pero en general, estas herramientas son positivas”.
-¿Qué piensas del abuso del photoshop? Tú eres la presidenta de Fotop y hoy el photoshop está en el centro de la polémica por deformar la imagen de las personas y convertir en extra delgadas a quienes no lo son. “No estoy de acuerdo, es como cuando en los retratos de portadas a ciertos personajes, como la Raquel Argandoña, le retocan tanto las arrugas que la hacen parecer de 15 años. Eso es falso y me molesta. “Eso tiene que ver también con las políticas de las publicaciones. El uso del photoshop está en la línea roja y no tiene ningún sentido mentir a los lectores. Es un engaño cuando se usa en la fotografía de las personas para cambiar rasgos, la imagen”.
-La revista Ya adoptó la política de no usar, nunca más, photoshop para modificar la imagen de las personas en todas las fotografías de contenido editorial y muchos fotógrafos se sumaron a esta iniciativa como Pin Campaña. ¿Qué te parece? “Me parece fantástico, me parece más honesto y transparente. Me parece demasiado ridículo y obvio cuando a nuestros famosos los retocan y los convierten en niños. Si ves fotos de moda, a las modelos les alargan las piernas y eso lo encuentro catastrófico. Es claramente un desafío para todos y felicito a la revista Ya”.
-¿Crees que se debiera replicar? ¿Crees que no debiera ser un esfuerzo en solitario y debiera sumarse, por ejemplo, la fotografía publicitaria? “Es cierto, me parece que se debiera replicar. Ojalá todas las revistas fueran en esa dirección y voy a plantear en Fotop un debate sobre este tema para buscar un consenso entre los fotógrafos profesionales”.
Sin tener claridad en todo el material que ha juntado en sus años de fotógrafa, Ana María sueña con que Chile cuente con una Casa de la Fotografía, algo que Fotop ha tenido en carpeta, pero no ha podido concretar. El proyecto es unir a todos los fotógrafos bajo un solo alero, porque la única otra asociación que existe es la de los reporteros gráficos.
Ella y Macarena Achurra son las únicas mujeres en el grupo de 36 fotógrafos publicitarios, aunque en el pasado participó Carmen Fulle. Aunque la agrupación tiene 29 años, estuvo un tiempo inactiva y ahora, Ana María busca impulsarla transformándola en la Asociación de Fotógrafos Profesionales.
Sobre trabajar con puros hombres tiene su teoría: “Es un lujo, son súper organizados, respetuosos, responsables; para mí ha sido toda una experiencia. Hay una solidaridad y no se hace la diferencia, hay una cosa muy igualitaria que me encanta y hoy, las mujeres, en todas partes, estamos en posiciones de líderes. Por eso, quiero invitar a otras mujeres a sumarse, a la Pin, a la Javiera Eyzaguirre”.