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Blog de padres: El juego, la mejor manera en que aprenden nuestros niños desde los primeros meses

Distintas experiencias cotidianas: cantarles, bañarlos y hasta mudarlos, se pueden transformar en instancias muy ricas para su desarrollo. Mira aquí algunas recomendaciones.

13 de Julio de 2016 | 12:25 | Por María Luisa Orellana.
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Es valioso cantarles canciones simples y relacionadas con ellos, con las partes del cuerpo y experiencias cotidianas.

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Desde que nacen, e incluso antes, los niños están preparados para aprender, y lo manifiestan con su asombro y avidez por descubrir el mundo; su exploración es activa, por lo que es fundamental aportarles oportunidades para que vayan construyendo una comprensión cada vez más rica y profunda del mundo en el que están insertos.

Ofrecer experiencias educativas tempranas a los niños basadas en el juego y el placer es un aporte a sus aprendizajes, lo cual está en la esencia de la educación parvularia y ha sido ratificado en el estudio "A report on the value of children’s play with a series of policy recommendations", de la Universidad de Cambridge. Esta publicación enfatiza que de esta manera los niños desarrollan habilidades para su inserción social y bases sólidas para sus aprendizajes futuros.

Por otra parte, la familia también puede potenciar los aprendizajes de los niños; papás y mamás pueden aprovechar experiencias cotidianas, incluso antes del nacimiento, para cantar y realizar verbalizaciones para comenzar a establecer vínculos con la guagua, con lo cual al nacer ya conocerá las voces de sus padres.

Durante los primeros meses de vida, lo central es satisfacer las necesidades básicas de cuidado de los niños, en el momento oportuno y demostrando cariño, con expresiones gestuales, acciones suaves, verbalizaciones y juegos simples, tales como el "está-no está", y narrando las acciones compartidas: "ahora te voy a mudar, porque necesitas un cambio de pañal". También es valioso cantarles canciones simples y relacionadas con ellos, las partes del cuerpo, experiencias cotidianas y recuerdos que nos conecten con nuestra infancia. Por ejemplo, una práctica que puede realizarse a diario después del baño, es hacerles masajes e ir nombrando las partes de su cuerpo. Así se aprovecha un momento de cuidado e higiene para que los pequeños aprendan mientras disfrutan.

A partir de los 5 o 6 meses podemos invitar a los niños a explorar elementos y el efecto que pueden causar en ellos, ofreciéndoles ver y tocar objetos de la naturaleza como hojas o juguetes como pelotas que llaman fuertemente su atención. En esta etapa es fundamental permitir a los niños moverse libremente de acuerdo a sus características y capacidades. Para ello, hay que dejarlos en espacios amplios en posición horizontal, libres y, al mismo tiempo, resguardados. De a poco, podemos presentarles nuevos desafíos, como por ejemplo, dejando un elemento atractivo a su vista y al alcance de su mano y luego moverlo de posición acercándoselo o invitarlo a tomarlo por sí mismo, dependiendo de sus habilidades emergentes.

Otras actividades que contribuyen a su desarrollo y aprendizaje es leerles cuentos, de imágenes y textos sencillos, y mostrarles objetos atractivos para observar, como un espejo, móviles de elementos naturales, o bien ubicarlos en una manta bajo los árboles.


Lo central es que los momentos que los padres pasen con sus hijos, ellos estén realmente disponibles para acompañarlos. Deben observarlos, verbalizar sus acciones e imitar sus actos, compartir sus expresiones de alegría, invitarlos a jugar y aprovechar todas las situaciones de juego que ellos inician, ya que esta es la actividad más natural en los niños desde su nacimiento.

Acompañar a los niños en estas situaciones contribuye a que conozcan y comprendan su entorno en contextos placenteros, favoreciendo su lenguaje, la comprensión de ideas, y el reconocimiento de emociones y formas de interacción con otros.

Recomendaciones para los padres:


- Aprovechar todas las instancias de cuidado para satisfacer las necesidades de sus hijos de manera oportuna y con cariño. Esto genera seguridad y favorece aprendizajes valiosos en los niños.

- Ofrecer a sus hijos distintos elementos cotidianos que sean seguros, atractivos y manipulables por ellos, para que los exploren con todos sus sentidos.

- Verbalizar las experiencias cotidianas que comparten con los niños de manera permanente y así "prestarles las palabras" para que vayan construyendo su estructura lingüística.

- Entregar a sus hijos canastos con elementos coleccionados que puedan ser usados de diferentes maneras, como por ejemplo cajas, tubos y pelotas.


Por María Luisa Orellana, Educadora de Párvulos y Académica de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
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