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¿Es riesgosa la quiropráctica? Conoce qué se debe tomar en cuenta a la hora de recurrir a esta disciplina

La muerte de una modelo de Playboy luego de que recibiera un masaje quiropráctico, ha generado dudas sobre su seguridad. Un especialista explica qué fue exactamente lo que le ocurrió a Katie May y entrega algunas recomendaciones para quienes busquen un tratamiento de este tipo.

25 de Octubre de 2016 | 12:08 | Por M. Francisca Prieto, Emol
SANTIAGO.- En febrero pasado, la inesperada muerte de Katie May conmocionó a Estados Unidos. La modelo de Playboy, conocida como la "reina del snapchat", tenía solo 34 años cuando repentinamente sufrió un ataque cerebrovascular que la dejó en estado crítico. Estuvo cinco días conectada a un respirador artificial, hasta que su familia decidió retirárselo para dejarla partir.

Ocho meses después del deceso de Katie, quien tenía una hija de siete años, su nombre volvió a ser titular en los medios estadounidenses, luego de que se revelara qué había causado su muerte.

Según informó Joe May a Eyewitness News de la cadena ABC, el forense del condado de Los Angeles atribuyó la muerte de su hija a un mal procedimiento quiropráctico.

Según explicó el portal TMZ, días antes de fallecer, Katie se cayó durante una sesión de fotos y quedó con molestias en su cuello. La modelo pensó que uno de sus nervios había quedado "pellizcado", por lo que fue a un quiropráctico, quien le habría hecho un masaje. Tres días después, Katie sufrió el accidente cerebrovascular que finalmente le provocó la muerte.

Consultado por ABC, el médico Manuel Momjian opinó que probablemente la modelo presentaba una condición preexistente que la hizo más vulnerable. "No creo que deba culparse a la quiropráctica, pero debería hacernos estar más atentos y consultar a nuestros médicos", señaló.

"La quiropráctica en sí no es riesgosa. Lo que es riesgoso es una mala evaluación del caso (...) Cuando la evaluación es hecha por un profesional debidamente calificado, tú tienes la seguridad de que él va a adoptar el tratamiento indicado para tu caso, para tu edad, para tu condición, porque ve todo el contexto de la persona y no solamente un síntoma", sostiene David López, director del programa de quiropráctica de la Universidad Central.


López señala que ha seguido muy de cerca el caso de Katie May y aclara que lo que a ella le ocurrió fue un ataque cerebrovascular de tipo isquémico, derivado del accidente que sufrió. En otras palabras, al caer una de las arterias cervicales de la modelo probablemente sufrió un estiramiento y luego un espasmo, que obstruyó la circulación de la sangre hacia el cerebro.

"Ella se cayó, se hizo un masaje, no fue a ver a un médico y 48 horas después sufrió el ataque cerebrovascular", explica. En este sentido, advierte que si una persona se cae y abruptamente comienza a tener dolor en la zona del cuello, lo primero que se debe descartar es que esté sufriendo un accidente cerebrovascular de tipo isquémico, los cuales se caracterizan por ser de lenta evolución, tal como le ocurrió a Katie.

Por esta razón, López resalta que, luego de un evento traumático, cualquier dolor intenso en la cabeza o el cuello, que no ceda con reposo ni analgésicos, debe ser analizado en un servicio de urgencia, ya que puede ser una presentación de un accidente vascular.

Recomendaciones para acudir a un quiropráctico


La Real Academia de la Lengua Española define la quiropráctica como el "tratamiento de ciertas dolencias óseas o musculares mediante manipulación de la zona afectada". En tanto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) la reconoce como una "profesión sanitaria", y desde 2005 ha publicado guías para la formación y ejercicio seguro de la disciplina a nivel global.

En Chile, la Universidad Central es la única casa de estudios superiores que forma quiroprácticos en modalidad de segundo título a partir de profesionales de la salud (médicos, odontólogos o kinesiólogos), y de acuerdo a las recomendaciones de la OMS y la Federación Mundial Quiropráctica.

"Ambas entidades exigen para el ejercicio de la quiropráctica la obtención de un título profesional, objetando el aprendizaje de algunas de sus técnicas mediante talleres, cursos de corta duración o sub especializaciones", explica López.

No obstante, agrega el especialista, en nuestro país aún falta regulación por parte de la autoridad sanitaria. "En Chile hay personas que se autodenominan quiroprácticos y lo único que les interesa es hacer una tronadura de huesos", asegura.

En este sentido, el especialista entrega las siguientes recomendaciones importantes de tener en cuenta a la hora de acudir a un quiropráctico:

1.- No todas las personas pueden hacerse una terapia quiropráctica: "Los pacientes que utilizan anticoagulantes, que tengan antecedentes previos de accidentes cerebrovasculares, que padecen cáncer con metástasis a la columna o que sufran osteoporosis severa, deben abstenerse de usar la quiropráctica como forma de tratamiento", enfatiza David López.

2.- Averiguar si quien lo atenderá es un profesional debidamente titulado: esta información se puede consultar directamente en la Universidad Central. "Hay cursos o talleres de quiropráctica, pero no tienen ningún reconocimiento válido", advierte el especialista.

3.- En caso de que el quiropráctico sea extranjero, es importante preguntarle dónde se formó: "En Latinoamérica hay solo tres países que dictan esta carrera a nivel universitario: Chile, Brasil y México", detalla López.

4.- Es fundamental que el paciente ponga a disposición del quiropráctico, toda la información médica de que disponga, como exámenes, radiografías, etc.: "Cualquier omisión de alguna condición de salud que tenga el paciente y que no sea revisada adecuadamente por el profesional, podría aumentar la incertidumbre en el diagnóstico", dice el especialista.

5.- Siempre considerar que quiropráctica es un complemento al tratamiento: "Cuando las patologías requieren de la visita a otros especialistas, el paciente no debe dejar de ir (...) La quiropráctica es un complemento de otras terapias", señala López.

6.- En el caso de las embarazadas, la quiropráctica está absolutamente contraindicada durante los primeros tres meses de gestación y debe realizarse con precaución desde la semana 34 hasta el nacimiento de la guagua: David López sostiene que las futuras madres que recurran a un quiropráctico, deben hacerlo con uno que esté especializado en embarazadas. Asimismo, deben tener en cuenta que en ellas no se usarán técnicas de alta velocidad, sino que técnicas de tejido blando, es decir, masajes, relajación y estiramientos. Y por último, el quiropráctico siempre debe estar en contacto y coordinación con el médico ginecólogo.
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