"Soy la última esperanza para estos perros. Muchos están enfermos y ya nadie los quiere", dijo Shukla.
Facebook Rakesh Shukla
SANTIAGO.- Después de haber fundado su compañía de software junto a su esposa, Rakesh Shukla (45) - un ingeniero informático de la India- había hecho más o menos de todo; viajado por el mundo, comprado autos, vivido la vida que siempre quiso, pero por algún motivo no era feliz.
Y no fue hasta que un día adoptó a una cachorra golden retriever, en 2009, que no sintió que todo calzaba en su vida. "Cuando llegamos se escondió en un rincón. Me agaché al nivel del suelo y empecé a llamarla. Me miraba, asustada, pero me daba cuenta que quería confiar en mí (…) Fue en ese momento que ocurrió, como una sensación física (…) Y desde entonces, nunca más he tenido que hacerme la pregunta de '¿por qué estoy aquí?’”, comentó al medio británico BBC.
Actualmente, el nombre de Shukla ha dado vuelta el mundo, por su amor hacia los perros. Después de la cachorra, vino otro perro adoptado, y otro y otro más, hasta que ya era imposible seguir llevándolos a su casa o incluso a su oficina. Por esto, compró 1,5 hectáreas cerca de Bangalore, en la India, en las que puso el hogar de todos los canes que fuera rescatando de la calle. De momento, ya suma 735.
En el lugar, donde además viven cuatro caballos y tres patos, llegan perros de todas las razas y mezclas, que han vivido desde siempre en las calles o han sido abandonados.
"Soy la última esperanza para estos perros. Muchos están enfermos y ya nadie los quiere", comentó Shukla, quien cuenta con la ayuda de 10 personas, entre gente que cocina para los perros y asistentes de veterinaria para el cuidado de los canes, muchos de los cuales llegan muy enfermos a este nuevo hogar.
Según señalaron medios, los 735 perros de Shukla comen 200 k de pollo y otros 200 k de arroz al día. Esto, sumado a los trabajadores del lugar, hace que el costo mensual llegue hasta los 750 dólares, de los que el informático paga el 93%.
“¿Puede un hombre ser la madre de sus hijos?, se pregunta en su Facebook, acompañando una imagen donde uno de sus perros se escondió bajo su polera. “Me he sentido muchas veces así porque los alimento, los limpio. No hay nada demasiado sucio para mí y nada que no haga con mis manos”, explicó el hombre que se hace llamar el “papá” de sus cientos de canes.
