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¿Todo tiempo pasado fue mejor? La ropa usada repunta en París en respuesta al fast-fashion

Los que buscan exclusividad y calidad ven en las tiendas de prendas vintage la oportunidad de vestirse con diseños clásicos y, sobre todo, distintos a los del mercado de masas.

02 de Marzo de 2017 | 12:40 | AFP
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Reuters
PARÍS.- ¿Quieres un estilo que te diferencie? Busca en el clóset de tu abuela. En la era de la moda masiva y efímera –respaldada por cadenas multinacionales de ropa fast-fashion, la prenda "vintage" marca la diferencia en la calle y se abre camino en las pasarelas.

"El look de hoy en día se centra en la exclusividad de la prenda. Y con el 'fast fashion' y el mercado de masas, esto solo se puede encontrar en el vintage", resume el diseñador brasileño Francisco Terra.

La clave reside en la "libertad que nos damos ahora" para combinar prendas estándares, de las que se consiguen en cualquier tienda, con indumentarias únicas, coincide el mexicano Antonio Ortega.

La ropa antigua es el contraataque a la moda de "usar y botar", con prendas con historia que contar, que sobreviven gracias a la nobleza de sus tejidos y la calidad de sus confecciones.

Y su presencia en estos tiempos viene además, respaldada por la ola retro actual, en la que el tocadiscos o la clásica consola Nes de Nintendo vuelven a ser productos codiciados.

La prenda antigua de lujo

El fenómeno de lo vintage "tiene que ver con un sentimiento de inseguridad”, explica Cécile Poignant, analista de tendencias. Esto, debido a que al rescatar lo antiguo "tenemos la impresión de apropiarnos de un pasado un poco idealizado", guiándonos en la típica frase de que “todo tiempo pasado fue mejor”.

Las crisis económicas y la creciente conciencia ecológica explican además el auge del vintage. Y aunque el mercado de la ropa usada ha existido desde siempre, la novedad reside principalmente hoy en la prenda antigua de lujo, algo que está en pleno apogeo en la capital de la moda, París.

Los diseñadores más prestigiosos buscan inspiración en tiendas de segunda mano, como la cadena Guerrisol, donde Neith Nyer, la marca de Fernando Terra, desfiló el miércoles al margen del programa oficial de la Semana de la Moda.

"No les gusta decirlo, porque es un lugar con un público más modesto (...) pero todos los creadores de las grandes marcas vienen aquí (a Guerrisol). Es un poco el templo de búsqueda de la moda parisina", dijo Terra, que ha trabajado para Givenchy y Carven durante sus 10 años de residencia en Francia.

En busca de la diferencia y con calidad

De la calle a la pasarela y viceversa. Cada vez que las grandes firmas rescatan una prenda de décadas pasadas, como las chaquetas de aviador, la demanda se desata.

En la tienda parisina “Thanx God I'm a VIP” solo se recuperan prendas de las mejores marcas en excelente estado. Amnaye Nhas, uno de los socios, explica que su clientela "es generalmente gente que busca desmarcarse".

"Compran en Zara y luego vienen aquí a buscar una prenda original" para completar su look.

En una tienda de ropa usada parisina se puede encontrar un vestido negro de seda de Kenzo se vende por 255 euros ($174.465), otro de Leónard de tonos verdes, a 995 euros ($680.759), aunque la gama de precios empieza mucho más abajo, en los 40 euros ($27.367).

Nhas muestra un abrigo Burberry de 1978, a 450 euros ($307.880). "Es una prenda que todavía se puede conservar 20 años. Si uno hace números, sale más rentable que comprar uno sintético cada invierno".