Bao Bao es nieta de Ling-Ling y Hsing-Hsing, una pareja de pandas que Mao Zedong regaló a Richard Nixon en 1972.
NYT
BEIJING.- Después de su largo viaje desde Estados Unidos a China y de haber permanecido un mes en cuarentena, la panda gigante Bao Bao se presentó hoy primera vez ante el público chino en buen estado físico y con algún kilo de más.
Bao Bao, que en mandarín significa "tesoro", nació en Washington pero fue enviada a China antes de que cumpliera los cuatro años, en base a la política de Beijing que, a modo de regalo, presta este animal a otros países hasta que alcanzan la edad reproductiva.
En su nuevo hábitat, en la base de Dujiangyang del popular Centro de Conservación e Investigación del Panda Gigante de China en Sichuan (oeste), Bao Bao salió a recibir a los turistas desde el habitáculo en el que descansa y paseó por el amplio espacio al aire libre del que dispone, publican hoy medios locales.
Sus cuidadores explicaron en declaraciones a medios chinos que la panda se ha acostumbrado a su nueva dieta e incluso ha comenzado a probar algún alimento que antes despreciaba, como las zanahorias.
Gracias a su gran afición al bambú, alimento que come en igual cantidad que un adulto, Bao Bao ha engordado dos kilos desde que llegó a China lo que, a juicio de los expertos, muestra que está en buen estado de ánimo y que se ha habituado a su nueva casa.
No obstante, los cuidadores aún tienen que utilizar el idioma inglés para dirigirse a esta panda, pues todavía está acostumbrándose al idioma local. Tang Cheng, uno de los encargados de Bao Bao señaló que, de momento, entiende en mandarín "sentarse" y "levantarse".
Bao Bao es nieta de Ling-Ling y Hsing-Hsing, una pareja de pandas que Mao Zedong regaló al Presidente de EE.UU. Richard Nixon tras su histórico viaje a China en 1972 y se convirtió el pasado febrero en el undécimo oso panda nacido fuera de China que regresa al país.
El debut de Bao Bao se realizó este viernes en el marco de una ceremonia que contó con niños disfrazados de panda, y en la que estuvieron presentes medios de comunicación y diplomáticos estadounidenses. Y pese a que todos querían llamar la atención de la panda, ella prefirió quedarse en su zona de juegos y comer bambú.
