Kate se convirtió en madre por primera vez el 22 de julio de 2013. Dos años después, el 2 de mayo de 2015, nació Charlotte.
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SANTIAGO.- Ser mamá es uno de los trabajos más difíciles de todos y nadie, ni siquiera la realeza, se escapa de esa realidad. Porque aunque cuentes con un arsenal de ayuda extra, como es el caso de Kate, duquesa de Cambridge, la maternidad no es una labor para nada sencilla.
Así al menos lo dejó en claro la esposa del príncipe William, quien reveló lo "gratificante y maravilloso" que ha significado ser la madre de los pequeños George (3) y Charlotte (1), pero que a pesar de lo que se cree, ha debido enfrentar más de un momento de inseguridad ante los "enormes retos" que sus hijos representan.
"Incluso en mi caso, que he contado con un apoyo que la mayoría de las mujeres no tienen, nada puede de verdad prepararte para la difícil y abrumadora experiencia que significa convertirte en madre", aseguró la duquesa de Cambridge quien además ha debido enfrentar el desafío de ganarse al pueblo británico que aún recuerda con gran cariño a su fallecida suegra, la princesa Diana.
"Es como si tu identidad cambiara de la noche a la mañana", agregó, la futura reina británica en su discurso para la fundación real Heads Together. Esta fue fundada por su cuñado, el príncipe Harry, para ir en ayuda de hombres, mujeres y veteranos de guerra que tengan problemas de adaptación, psicológicos o depresiones posparto, para seguir adelante y enfrentar la realidad.
"Gran parte de ese miedo tiene que ver con la presión de querer ser un padre perfecto. Es como si quisiéramos dar a entender que siempre somos perfectos y amorosos. Hablar sobre la maternidad como algo maravilloso es genial, pero también necesitamos hablar del estrés y la tensión. Está bien que no nos parezca fácil y pedir ayuda no debería ser visto como signo de debilidad", dijo con seguridad la duquesa de Cambridge.
Kate aprovechó la instancia para llamar a los padres a que además de preocuparse por sus hijos, también lo hagan por ellos mismos, ya que su bienestar es vital para que los niños estén bien y sean felices.
