El próximo mes de junio se inaugura en Suecia un singular museo que expone grandes ideas que terminaron en rotundos fracasos, con el objetivo de demostrar que no todos los errores son sinónimo de algo negativo, sino que pueden ser el inicio de obras que a futuro cambiarán la historia.
Al menos así lo estimó su creador, el investigador Samuel West, quien ha dedicado parte importante de su último trabajo a recopilar poco más de medio centenar de fallidas iniciativas que a pesar de su malogrado destino pueden servir como guía para futuros emprendimientos.
Al ser entrevistado hace unos días por la cadena CNN, West explicó que “mientras los productos exitosos siempre se colocan en un pedestal, de los fallidos nunca se habla”, aún cuando pueden ser un excelente medio para evitar que otros cometan los mismos errores.
De ahí que se dio a la tarea de organizar el llamado Museo del Fracaso, un espacio que expondrá 51 artículos recopilados por el investigador y que a pesar de estar inspirados en buenas ideas terminaron siendo un completo fracaso. Es el caso, por ejemplo, de la Coca Cola Blak, una versión con toques de café que la poderosa firma lanzó en 2006 y que tuvo tan poca aceptación que rápidamente salió del mercado.
A juicio de West en la exposición también hay objetos que son “francamente ridículos” y que más allá de dejar alguna enseñanza también divertirán al público asistente.
Helsingborg: una ciudad para enamorarse
El Museo del Fracaso abrirá en el mes de junio próximo en la hermosa ciudad suiza de Helsingborg, considerada una de las urbes más antiguas del país y que está ubicada en la parte más angosta del estrecho de Öresund, en la provincia de Escania.
“Helsingborg es una ciudad chica, donde todo está cerca y es fácilmente accesible a pie, con muchos lugares con WiFi gratis. Al igual que en otras ciudades de Suecia”
COCHA
La metrópolis ofrece a sus visitantes bellos lugares para recorrer, como el Castillo Sofiero que fue construido en el siglo XIX para ser la residencia de la familia real sueca. La imponente estructura se halla a tan solo 5 kilómetros de la ciudad, por lo que su visita resulta más que agradable, más aún cuando sus grandes puertas están abiertas a los turistas que además pueden disfrutar de un restaurante que ofrece algunos de los mejores platos de la zona. También tiene una galería de arte donde se realizan variadas exposiciones durante el año.
En COCHA señalan que “Helsingborg es una ciudad chica, donde todo está cerca y es fácilmente accesible a pie, con muchos lugares con WiFi gratis. Al igual que en otras ciudades de Suecia”.
Su gastronomía es conocida y, por lo mismo, no es un destino extraño para los sibaritas a quienes recomiendan conseguir la guía White Guide. Este libro "divide los restaurantes de diferentes ciudades entre los que están más de moda, los más originales, los más exóticos (...) Es una excelente herramienta para comer a gusto en Helsingborg, y en Suecia, en general”, aseguran en COCHA.
El mundo artístico de Helsingborg también tiene un espacio importante reservado entre los destinos que ofrece la urbe a sus visitantes. De ahí que la recomendación es estar atento a la decenas de galerías que alberga la ciudad, especialmente la Cultura Dunkers, espacio donde se experimentan nuevas formas artísticas y creativas.
Otro destino recomendado es el Karnan, que no es otra cosa que parte de un castillo medieval utilizado para controlar el paso por el Báltico y que después de años de trabajos de recuperación fue abierto al público local y extranjero. Muy cerca de ahí también se encuentra el Museo y Jardines Fredriksdal que cubren más de 30 hectáreas, consideradas como el pulmón de la ciudad y un lugar que transporta a los visitantes a la forma de vida que había en Helsingborg hace ya cientos de años.
Si eso no es suficiente, siempre existe la posibilidad de iniciar desde esta ciudad excursiones a otros lugares de Suecia que definitivamente están al alcance de la mano y que son una excelente alternativa para quien quiere conocer y asombrarse con este bello país.