A principios de año los habitantes de Nueva York, especialmente los de Manhattan, manifestaron públicamente su queja por los altos niveles de contaminación acústica que se experimentan en la ciudad, problemática que durante 2016 acumuló más de 370 mil denuncias ante las autoridades de la Gran Manzana.
Y es que la metrópolis más cosmopolita de los Estados Unidos tiene los problemas propios de una vida moderna y agitada. No obstante, la “ciudad que nunca duerme”, quizá por el ruido, también ofrece espacios que son un oasis de silencio y que permiten disfrutar de la naturaleza y el arte en un ambiente reposado que otorga ese necesario respiro al ajetreo diario.
En COCHA recuerdan que “Nueva York figura entre las 10 ciudades más ruidosas del mundo, junto con El Cairo, Mumbai y Tokio, entre otras. Basta caminar por sus calles para sentir los bocinazos, los ruidos de las construcciones, los camiones de la basura; todo lo anterior es parte, claro, de la personalidad de una ciudad”.
Añaden que pese a ello, tiene lugares que dan la opción de arrancarse del mundanal ruido y sumergirse en un ambiente cultural y entretenido.
El museo Guggenheim es uno de esos espacios. Ubicado nada menos que en la Quinta Avenida con la calle 89, este complejo tiene una muestra permanente de obras impresionistas y post-impresionistas que se transforma en una excelente alternativa para apartarse de las transitadas calles. Como si eso fuera poco también ofrece exposiciones de arte moderno temprano y arte moderno contemporáneo.
Otra alternativa para conseguir un poco de relajo es visitar el interior del Central Park, especialmente durante los días laborales cuando baja el nivel de visitas. Nada mejor que llevar una manta y descansar el césped mientras se disfruta de la naturaleza y los bellos escenarios que entrega el pulmón verde de la Gran Manzana.
The Cloisters también es una buena opción, más aún si se toma en cuenta la historia de esta construcción de origen medieval y que fue traída de Europa piedra por piedra. La idea fue del magnate John D. Rockefeller y actualmente es un museo ubicado en el parque Fort Tryon Park. Es un destino poco conocido y una excelente opción para conseguir algo de paz y silencio. Quienes lo han visitado, aseguran que es todo un placer recorrer los claustros del antiguo edificio, que están perfectamente cuidados y conservados.
En Brooklyn también hay un lugar donde el silencio se hace notar, y cómo no si es el Cementerio de Green-Wood. Se encuentra muy cerca del servicio de metro y además de ser un camposanto, destaca por tener un bello jardín botánico para recorrer. Cerca de ahí también está el Jardín Botánico y Museo de Brooklyn, los que si bien no son muy conocidos entre los turistas, son una buena alternativa para pasar un rato de tranquilidad.
Por último, otra alternativa para buscar el silencio en la Gran Manzana es la Tumba de Grant y Riverside. Se trata de un parque emplazado al lado de la Universidad de Columbia donde se encuentra sepultado el General Grant, héroe de la guerra civil, y las iglesias Riverside Church y St. John the Divine.
La primera es un templo bautista que resalta por su estilo neogótico y que fue escenario en algunos discursos de Martin Luther King, Nelson Mandela y hasta Fidel Castro. En tanto, St. John the Divine es para muchos la catedral anglicana más grande del mundo y la cuarta iglesia cristiana de mayor tamaño en todo el orbe.