La Tierra es cada vez es más pequeña gracias a los avances de la tecnología y pareciera ser que no existe lugar que no haya sido visitado por el hombre. Pero no se engañe, ya que este planeta aún guarda sorpresas y tiene algunas áreas inexploradas que son todo un desafío para científicos y aventureros.
Es el caso, por ejemplo, de la selva tropical del Amazonas (Amazonía) que a pesar de ser destruida diariamente por actividades industriales (forestal - minera) y haber sido objeto de miles de intentos de exploración, aún guarda algunos lugares que se han mantenido ocultos a la influencia del hombre moderno.
Esta vasta región de bosques está presente en nueve naciones de Sudamérica y se estima que cubre alrededor de 7 millones de kilómetros cuadrados siendo el hogar del 60% de todas las formas de vida del planeta, de las cuales solo un 30% es conocido por el mundo científico.
Además de recursos, quien desee adentrarse en este mundo desconocido debe al menos tener agallas, fuerza de voluntad, experiencia en sobrevivencia y mucho tesón para conseguir sus objetivos, ya que ha sido calificado como uno de los escenarios más duros para el hombre.
“Aunque cueste creerlo, en el mundo aún quedan lugares por descubrir, ya sea porque tienen mala conectividad, como algunas islas, o porque en torno a ellos existe un particular hermetismo. Ese es el caso, por ejemplo, de la montaña Gangkhar Puensum, una de las más altas del mundo y que nadie jamás ha logrado escalarla”, dicen en COCHA.
En la agencia de viajes, explican que esta condición de zona impoluta “se debe a que (el monte) tiene una ubicación complicada, se encuentra entre los terrenos de Bután y el Tíbet, y además el gobierno de Bután cerró toda posibilidad de explorar el macizo, pues según la mitología del país en las cimas de las montañas viven los dioses”.
El Gangkhar Puensum tiene una altura de 7.570 metros y pese a todas las restricciones que tiene llegar a su base, se estima que desde 1983 solo un puñado de expediciones ha intentado hacer cumbre, ninguna con resultados positivos.
Otra zona del planeta que se ha mantenido alejada de la mano del hombre es la cordillera central de Nueva Guinea, en el Océano Pacífico, cerca de Australia.
La cadena montañosa atraviesa la isla de Papúa Nueva Guinea de norte a sur. Es tan impresionante su forma y grandeza que su parte más alta está nevada pese a encontrarse en un ambiente tropical.
Las montañas Foja son hasta ahora las zonas más inexploradas de esta cordillera y, en general, las expediciones son muy limitadas para permitir la pureza de su ecosistema. No es extraño que los científicos que visitan esta área anuncien el descubrimiento de un nueva especie de insecto, animal o vegetal.
La Antártida es otro basto territorio que no ha sido explorado completamente por el ser humano. Temperaturas que alcanzan los -90 grados son una razón más que valedera para que se mantenga así. En 2013 los científicos registraron la temperatura más baja nunca antes vistas y que llegaron a los 93 bajo cero.
El continente blanco aún es una caja de sorpresas y muchos ambientalistas desean de todo corazón que se mantenga así por muchos años más.
Algo más complejo –pero que también es un terreno que despierta deseos, sueños y fantasías- es el área de La Fosa de las Marianas. Es el área más profunda que se conoce de la corteza terrestre.
Se ubica en el océano Pacífico noroccidental y dado que está bajo el agua es casi imposible llegar a su zona más profunda ya que sería soportar cerca de mil atmósferas.
Sólo para hacerse una idea el monte Everest quedaría sumergido bajo dos kilómetros de agua si se pudiera poner en las Fosas Marianas.