Normalmente México es reconocido como destino turístico gracias a su Riviera Maya, la que ostenta con tener algunos de los escenarios más bellos del Caribe. Pero este generoso país no solo tiene lugares de interés en la costa, ya que en su interior esconde ciudades que son todo un encanto y que invitan al turista a adentrarse en las tradiciones más arraigadas de su gente.
Es el caso de la ciudad de Puebla, oficialmente llamada “Heroica Puebla de Zaragoza”, una urbe localizada en el altiplano central de esta nación y que en sus calles se puede desentrañar el ADN mexicano.
Por algo la UNESCO la declaró Patrimonio de la Humanidad y hoy ostenta con ser la cuna de tradiciones que han definido la forma de ser del pueblo de América del Norte.
Por sus avenidas desfilaron por primera vez las mujeres vistiendo el traje de china poblana, hoy símbolo cultural de México, al igual que su tradición culinaria cuyos máximos exponentes son el mole poblano, los chiles en nogada y sus tradicionales dulces, representantes de este país en el mundo entero.
Pero si hay algo que define a esta ciudad, que desde ya es un destino recomendado para quienes quieran visitar México, es el haber sido escenario de la histórica batalla del 5 de mayo de 1862. Gesta heroica del ejército mexicano que derrotó a las experimentadas fuerzas galas en la Segunda Intervención Francesa en estas tierras.
Esta fecha es recordada todos los años en el país de los aztecas con bellas y coloridas celebraciones donde no pueden faltar los bailes típicos y los fuegos artificiales. Estas fiestas son tan populares y llamativas que los mexicanos asentados en otros países no dudan en celebrarla estén donde estén.
“Las celebraciones del 5 de mayo son populares en Estados Unidos, donde ya es casi una tradición el festejar al ritmo de la música mexicana, comidas tradicionales del país azteca y las infaltables bebidas”, comentan en COCHA.
Incluso, dicen en la agencia de viajes, se suele asociar erróneamente esta fecha con la independencia mexicana que se celebra los 16 de septiembre cuando se conmemora el “Grito de Dolores” que da inicio a la guerra de emancipación.
Tierra de historias y leyendas
Su arquitectura es hermosa y prueba tangible de épocas de esplendor y riqueza. Sus templos y conventos solo hacen juego con el resto de los bellos edificios donde resalta la magnífica Biblioteca Palafoxiana que data de 1646 y que aún guarda nueve libros de las Historias de Herodoto, publicados en 1473.
Con una amplia oferta hotelera y gastronómica, esta urbe invita a perderse en sus calles y admirar, por ejemplo, la mansión de Pedro Carvajal construida durante el siglo XVI y conocida como “La casa del que mató al animal”.
La leyenda cuenta que Carvajal era un adinerado comerciante que quedó viudo y debió hacerse cargo de sus dos hijos. Durante un día de fiesta una extraña criatura bajó de los bosques cercanos de la ciudad y devoró al hijo menor de este hombre. Sumido en su dolor el hombre ofreció una recompensa y la mano de hija al hombre que cazara y asesinara a la malvada bestia.
Al poco tiempo un valiente joven se dio a la tarea de cumplir el objetivo. Un día cabalgando en su corcel, el astuto joven llegó con la cabeza de la criatura que colgó en la entrada de la mansión de Carvajal. Como recompensa el comerciante le regaló la casa, dio a su hija en matrimonio e intercedió para que fuera nombrado virrey de Nueva España.
Otra leyenda habla que la ciudad de Puebla fue trazada por ángeles que se le presentaron en un sueño al Fray Julian Garcés. Tras despertar, el religioso corrió a dar la buena nueva a sus compañeros del convento a quienes convenció de caminar 5 leguas hasta encontrar el punto exacto señalado por los enviados de Dios. Fue precisamente en ese lugar donde se levantó la actual metrópolis.
