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SANTIAGO.- Es conocida la pasión que la reina Isabel II de Gran Bretaña siente por los automóviles. De hecho, durante su juventud y en el marco de la Segunda Guerra Mundial, la monarca se formó en la rama femenina del Ejército de su país, precisamente como conductora y mecánica.
Es así que en varias ocasiones ha sido captada por las cámaras al volante de sus vehículos, que van desde modelos todo terreno, hasta lujosos Jaguar.
Es precisamente un automóvil de esta última marca el que eligió Isabel II para regresar del servicio religioso al que asistió el domingo, en la Capilla Real de Todos los Santos en Windsor Park.
Elegante como siempre y muy atenta a las condiciones del "tránsito", la reina fue fotografiada conduciendo el vehículo de color verde, en una ruta que solo pueden utilizar unas pocas personas y que se extiende por... cuatro kilómetros. En el asiento del copiloto la acompañaba un guardia de seguridad.
A bordo del Jaguar no iba su esposo, el príncipe Felipe de Edimburgo, quien -según se anunció la semana pasada- se alejará de los compromisos públicos a partir del próximo otoño boreal.
Cabe destacar que Isabel II es la única ciudadana británica que tiene autorización para ponerse detrás del volante del un automóvil, sin tener una licencia de conducir. Privilegios de Su Majestad...