En un intento para volver a atraer a los visitantes extranjeros, Egipto ha anunciado el descubrimiento de nuevas tumbas faraónicas en la ciudad monumental de Luxor (sur) y está restaurando otros monumentos.
Así lo dio a conocer el director del Departamento de Antigüedades local, Mustafa Waziri, quien explicó que la apertura de nuevos sepulcros y atracciones “anima a volver a los turistas que han visitado Luxor anteriormente”.
El pasado sábado, el ministro de Antigüedades egipcio, Jaled al Anani, acompañado de Waziri, anunció en Luxor el descubrimiento de la tumba de Amenemhat, un orfebre del dios Amon que vivió en la dinastía faraónica XVIII y cuyo sepulcro escondía piezas de uno de los templos de ese dios.
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Además, el pasado abril una misión de arqueólogos egipcios descubrió una tumba casi intacta de un alcalde de la antigua Luxor (Tebas), llamado Ausrihat, de la misma dinastía del orfebre (1.550-1.295 a.C.), en la que había ocho momias.
Estos anuncios -que las autoridades egipcias suelen hacer con bombos y platillos- “ayudan a revivir el turismo”, destaca Waziri, el cual promete que la tumba de Amenemhat no va a ser el último descubrimiento de la temporada. "Vamos a anunciar el descubrimiento de nuevas tumbas en los próximos días”, asegura con cierto misterio el experto ante la sede provincial.
Además, el Departamento de Waziri está restaurando los templos de Luxor y Karnak, los más majestuosos de la ciudad, y en ese último complejo arquitectónico se está renovando una sala donde hay estatuas del faraón Tutmosis III, también de la dinastía XVIII.
Además, en Karnak el equipo de arqueólogos egipcios está quitando el cemento con el que fueron restaurados en los años 70 la sala de Ajmenu y el Templo de las Fiestas de Tutmosis III, para sustituirlos con materiales modernos como cal y arena, explica Waziri.
En el Valle de los Reyes, la mayor necrópolis de Egipto, que contiene hasta 64 tumbas de faraones, los restauradores están iluminando seis de ellas y se disponen a reabrir al público el sepulcro de Ramsés III, de la dinastía XX (1.186 - 1.069 a.C.).
El principal objetivo son “los turistas repetidores”, esto es, los apasionados de la egiptología que regresan al país “para ver algo nuevo”, dice Waziri.
El turismo era uno de los principales sectores económicos de Egipto y representaba en torno al 11,3 % del Producto Interior Bruto y la cuarta parte de las divisas que entraban en el país antes de la revolución de 2011. La violencia e inestabilidad política en los años que siguieron a la revuelta popular espantaron a los 14,7 millones de turistas que visitaron el país en 2010, marcando una cifra récord.
El año pasado tan solo 4,5 millones de personas visitaron Egipto, atraídas principalmente por las maravillas faraónicas y las paradisíacas playas del mar Rojo, menos golpeadas por la crisis que las zonas arqueológicas situadas en el valle del Nilo y El Cairo.