El jubilado de 83 años se desmayó en la zona de cajeros del banco alemán, y cuatro personas entraron sucesivamente al lugar para retirar dinero, ignorándolo.
@BILD_Ruhrgebiet/Pantallazo de Twitter
ESSEN, ALEMANIA.- Un tribunal alemán condenó ayer a tres clientes de un banco de la ciudad de Essen, Alemania, a diversas multas por no asistir a un hombre de 83 años que yacía colapsado en el suelo en la zona de cajeros automáticos y que posteriormente falleció.
Dos hombres y una mujer fueron hallados culpables de omisión del deber de socorro, un delito que puede ser penado en Alemania hasta con un año de cárcel. El juez Karl-Peter Wittenberg sostuvo que el anciano les había resultado indiferente. "Nadie quiso ayudarlo", criticó.
Los defensores de la mujer de 39 años y de dos hombres de 55 y 61 años habían solicitado la absolución del caso, alegando que los tres habían creído que el anciano era un hombre en situación de calle que dormía en el espacio de los cajeros automáticos, y lamentaron lo ocurrido. "Lo siento mucho", dijo el acusado de 61 años.
"Nosotros nos dimos cuenta de que no era un mendigo", sostuvo, por su parte, un agente de policía que acudió en ayuda, alarmado por otro cliente.
El tribunal condenó a la mujer a una pena de 3.600 euros ($2.705.326). El acusado de 61 años fue sancionado con una multa de 2.800 euros ($2.104.143) y el de 55, con otra de 2.400 euros ($1.803.551).
El jubilado de 83 años se desmayó en hall de un banco el 3 de octubre de 2016. Y cuatro personas entraron sucesivamente al lugar para retirar dinero del cajero o efectuar transferencias, ignorándolo, pese a que se encontraba tirado en el suelo, algo que fue captado por las cámaras de seguridad.
Según la policía, el hombre no recibió ayuda durante 20 minutos, y solo un quinto cliente reaccionó y pidió auxilio.
El anciano falleció días más tarde en el hospital, y su caso se viralizó en las redes sociales alemanas, desatando una ola de indignación. Con todo, un experto médico señaló ante el tribunal que una intervención más rápida de un médico de urgencias no hubiera impedido necesariamente el deceso del anciano.
Por su parte, la mujer acusada dijo que había sido molestada en el pasado por personas en situación de calle. "Yo normalmente entro, hago mis trámites y me vuelvo a ir", comentó, justificando su conducta en el banco.
El anciano perdió el equilibrio tres veces en pocos minutos y en la tercera caída se golpeó la cabeza en el suelo, lo que provocó un traumatismo de cráneo y su fallecimiento. Cuando llegó la policía aún podía decir su nombre.
El cuarto acusado en el caso será juzgado por separado por motivos de salud.