SANTIAGO.- La protección del medio ambiente y el respeto de las culturas locales son tareas que involucran a todas las personas, incluso cuando están de vacaciones. De ahí que no sea extraño que los nuevos turistas no solo demanden bellos paisajes y una buena calidad de los servicios en los destinos que visitan, sino también que estos sean sustentables y que en su desarrollo de negocios involucren, por ejemplo, a la población local para que el crecimiento que genera esta actividad se de hacia todos los sectores.
Estos objetivos han sido promovidos por distintas instancias internacionales, comenzando por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que declaró este 2017 como el año del turismo sostenible para el desarrollo.
Experiencias alrededor del mundo hay varias, pero algunos destinos destacan por sus propuestas innovadoras que minimizan su impacto en la naturaleza y las culturas locales.
Acá presentamos cinco ejemplos que son una buena alternativa para viajar, tener buenas vacaciones y, además, aportar conscientemente a la protección del planeta, así como también de las culturas ancestrales que conviven con ese entorno.
Lanzarote: el orgullo de España
Si bien Barcelona y las islas Canarias son los destinos más demandados en España, tanto así que sufren de lo que han llamado la "turismofobia", lo cierto es que este país tiene otros escenarios como la isla de Lanzarote que destaca por ser Reserva de la Biósfera y albergar el Parque Nacional de Timanfaya, el que ostenta con ser de los pocos lugares que cuenta con una certificación llamada "Biosphere Responsible Tourism".
El reconocimiento es un premio al esfuerzo que se ha hecho en la isla para transformarla en un lugar donde toda acción apunta a preservar el entorno y donde los recursos naturales se utilizan de forma inteligente asegurando su prolongación en el tiempo. Esta isla, por ejemplo, cuenta con un centro de datos que emite informes constantes sobre la afluencia de turistas y además dispone de varios estudios de capacidad de carga para poder regular la entrada y salida de los visitantes.
Soneva Fushi: un complejo libre de emisiones de carbono

Este "paradisíaco" complejo turístico se ubica en la lejana isla Kunfunadhoo de las Maldivas, en el océano Índico, y estuvo varios años deshabitada hasta que Eva y Sonu Shivdasani tuvieron el dinero y la visión de construir un innovador resort que conjugara el máximo lujo para sus pasajeros con instalaciones que tuvieran un impacto mínimo en el medio ambiente. Desde 2014 este complejo destaca por ser absolutamente neutral en emisiones de carbono.
Inkaterra Guides Field Station: un refugio en la selva amazónica de Perú

En el departamento peruano Madre de Dios se encuentra la Reserva nacional Tambopata donde se ubica el albergue Inkaterra Guides Field Station, un complejo que en el pasado fue una estación de investigación científica y que ahora ofrece servicios de alojamiento a turistas, investigadores y voluntarios de todo el mundo.
Este refugio no solo destaca por el sitio donde se encuentra emplazado, sino por desarrollar proyectos de conservación que son supervisados por Inkaterra Asociación (ITA), un organismo sin fines de lucro. El complejo de hospedaje cuenta con cuatro cabañas con terraza privada y pabellones compartidos.
The Emerald: El complejo turístico más verde de Inglaterra

Este parador turístico ecológico está ubicado en el condado de Cornwall, al suroeste de Inglaterra, y es calificado como el único servicio de alojamiento en el Reino Unido que puede ostentar con tener cero emisiones de carbono. Esto significa que el complejo genera su propia energía eléctrica, así como también el agua que consumen. Además utiliza solo materiales reciclados y procesan todos sus desechos para que no impacten el medio ambiente. Destaca además sus esfuerzos de reforestación con especies nativas.
Santa Fe en Nuevo México (EE.UU.): cuando la prioridad es la herencia cultural
La ciudad de Santa Fe en Nuevo México ha conseguido reconocimiento mundial no solo por ser considerada la capital de estado más antigua de Estados Unidos, sino también por ser una urbe cuyo centro histórico y alrededores ha sido pensado para resguardar la herencia arqueológica y autenticidad cultural que han dejado los pueblos originarios que habitaban estas tierras.
Destaca, por ejemplo, el Mercado Indio que tiene más de un siglo de existencia y la plaza central de la ciudad de la que aseguran se mantiene en las mismas condiciones que cuando fue inaugurada. De hecho, los locales aseguran que si un nativo americano del pasado viaja en el tiempo hasta nuestros días la reconocería inmediatamente, ya que parece haber quedado suspendida en el tiempo.