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Especialistas chilenos llaman a la calma sobre el uso de las mallas para tratar daños en el piso pélvico

Los dispositivos fueron prohibidos en Australia, luego de que mujeres acusaran dolores crónicos severos.

05 de Diciembre de 2017 | 09:38 | Por Camila Reyes Hevia, Emol
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Malla de poliprolipeno utilizada en las cirugías para el tratamiento del prolapso genital

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SANTIAGO.- Diferentes posturas y opiniones ha generado el uso de las polémicas mallas vaginales para tratar daños en el suelo pélvico, las que la semana pasada fueron prohibidas en Australia a raíz de una queja colectiva por sus supuestos efectos negativos.

A raíz de esta prohibición es que la Sociedad Chilena de Urologinecología y Piso Pélvico (SODUP) decidió salir al paso de los cuestionamientos para aclarar el uso y los resultados de estos implantes, que son utilizados para la reparación del prolapso genital, conocido como el descenso de las paredes vaginales y de sus órganos vecinos hacia el exterior.

El ginecólogo y Presidente de la SODUP, David Cohen, aclaró a Emol que existen dos tipos de cirugías para el implante de una malla de este tipo: uno es por vía vaginal y el otro por vía abdominal.

En este sentido, Cohen explicó que la alerta en Australia ocurrió "a raíz de las mallas para reparación de prolapso por vía vaginal, que es muy diferente a la vía abdominal".

"Se demostró que hasta en un 15% de los casos (de mallas por vía vaginal) podía haber complicación (...) y principalmente estas mallas se erosionaban hacia la vagina, producían secreción, dolor vaginal durante la actividad sexual, y dolor pélvico crónico", señaló el experto.

Reparación por vía abdominal e incontinencia urinaria


Aunque ambas mallas están fabricadas del mismo material -polipropileno, que es monofilamento y algo que no produce reacción alguna en el cuerpo-, las mallas vaginales implantadas por vía abdominal tienen mucho mejor resultado de acuerdo a Cohen.

"Cuando uno utiliza las mismas mallas, pero por vía abdominal, abriendo el abdomen sin intervenir la vagina, o por vía laparoscópica, las complicaciones de las mallas no van más allá de un 1%", aclaró el Presidente de la SODUP.

En el caso de los tratamientos para la incontinencia de orina de esfuerzos -que corresponde al escape de orina involuntario al reír, toser, estornudar o hacer ejercicio-, el método más utilizado es la cinta sub uretral libre de tensión, la que según Cohen está hecha del mismo material que las mallas vaginales.

"Las grandes sociedades médicas a nivel mundial, sí establecen que el uso de las cintas de este material es el tratamiento a primera elección para la incontinencia de orina de esfuerzo (...) Estas cintas no tienen más de 1,5 cm de ancho y se ponen por debajo de la uretra", dice el médico.

En cuanto a las cifras, desde la SODUP aseguran que hasta un 40% de la población de mujeres mayores de 50 años puede tener algún tipo de prolapso genital, y que alrededor de un 3% a 4% de los casos detectados son candidatos a ser quirúrgicos.

Sobre la incontinencia urinaria, esta puede afectar al 50% de las mujeres mayores de 50 años, pero solo la mitad de los casos son de "esfuerzo", que son las que deben ser intervenidas con cirugía.